El aprecio y la mala reputación

“Básicamente, cuando llegues a mi edad, medirás tu éxito en la vida por cuántas de las personas que quieres que te amen realmente te aman.

Conozco personas que tienen mucho dinero, y reciben cenas testimoniales y tienen alas de hospital que llevan su nombre. Pero la verdad es que nadie en el mundo los ama. Si llegas a mi edad en la vida y nadie piensa bien de ti, no importa lo grande que sea tu cuenta bancaria, tu vida es un desastre.

Esa es la prueba definitiva de cómo has vivido tu vida. El problema con el amor es que no puedes comprarlo... La única forma de conseguir amor es ser amable... Cuanto más amor das, más recibes”.

Warren Buffet es una especie de Pepe Mujica de los billonarios, con su austero estilo de vida y la corte de fervientes seguidores que escuchan sus consejos financieros como si fuese palabra divina, parece que ha conseguido ser reconocido y admirado por los demás. Yo no le creo ni una palabra cuando habla de finanzas, pero si le creo en esto que dice sobre la necesidad que tenemos del aprecio y el reconocimiento de los demás.

Y especialmente sobre la importancia de ser amable, hay que tratar a los demás como quisiéramos que nos traten a nosotros. Cuando a veces se me sale -en este Templo del Ocio o en cualquier otra parte- alguna pachotada, una expresión poco amable o insultante, siempre me arrepiento y pienso que pude decir lo mismo sin necesidad de sonar insultante. Bueno, no siempre me arrepiento, la verdad es que a veces disfruto insultando a un petulante pero igual trato de evitarlo.

Como contrapartida a lo de Buffet o Mujica recuerdo esta triste historia de Sonny Liston

Después de la primera victoria de Mohammed Ali sobre Sonny, un editorial de Boxing Illustrated comentó: “Nadie quiere que recuerden a Sonny Liston. La idea es olvidarlo". De hecho, después de sus derrotas ante Ali, el establishment del boxeo, que siempre había odiado a Sonny, aprovechó bien esa oportunidad. 

Sonny no pudo conseguir una pelea en los Estados Unidos durante años después de Ali. A Sonny no se le prohibió formalmente boxear en los Estados Unidos, por supuesto, su licencia no fue suspendida, y mucho menos revocada. Solo se suspendió una vez, en 1961, por un año (3 años antes de la pelea de Ali) y se restableció en apelación en 90 días. Su licencia nunca, jamás, fue revocada.

Los promotores congelaron a Liston durante 3 años en los EE. UU. después de la derrota contra Ali, como dice Nick Tosches: “Liston era un veneno, nadie lo quería en un programa. Era libre de pelear si podía encontrar a alguien que lo contratara, lo cual no pudo hacer en los Estados Unidos”.

Lo que los fanboys no pueden entender, es que no basta con que un boxeador tenga una licencia, alguien tiene que ponerlos en una tarjeta, y hasta marzo de 1968, 3 años después de la segunda pelea de Ali, nadie estaba dispuesto a poner a Sonny. una tarjeta en los EE.UU.'

Johnny Tocco, quien trabajó con Mike Tyson, Foreman y Liston, dijo que la reputación de Sonny como un bruto fue una creación de los medios: “Lo convirtieron en un monstruo”, se quejó Tocco. 

El propio Sonny lo resumió con tristeza, diciendo que las peleas son como las películas: “Tiene que haber buenos y malos”, explicó Sonny y dijo que si ganaba el título, quería ser un campeón para todos: “Quiero gustarle a la gente”. Por supuesto, el establishment y los medios se encargaron que eso no sucediera nunca.

Mohamed Ali dijo de él: “Liston fue el mejor boxeador de todos los tiempos, aparte de mí. De todos los hombres con los que peleé en el boxeo, Sonny Liston fue el más aterrador".

Que increíble historia. Adquirir una buena reputación cuesta mucho tiempo y esfuerzo, perderla no cuesta nada y es inmediato, pero recuperarla después que se perdió... eso puede tomar una eternidad.