El poder de compra

 

Ahora que estamos entrando a un ciclo recesivo con muchos riesgos y charlatanes de Youtube ofreciendo recetas para la "libertad financiera con ingresos pasivos", es decir cómo vivir sin trabajarle un día a nadie,  dedicaré un par de entradas para explicar algunas cosas fundamentales de las finanzas que todos deberíamos saber, por nuestro propio beneficio. En esta entrada partiré comentando una de las cosas más importantes que es el poder comprador del dinero.

Como el dinero es para gastarlo, el poder comprador el "el poder" por excelencia que tienen las lucas, este varía  y es normal que con el tiempo el dinero vaya perdiendo valor. Pensemos por ejemplo que en 1980 (para no ir tan atrás) un galón de gasolina en Estados Unidos costaba  1.12 dólares, en 2021 ya costaba 3.07 dólares y éste año el mismo galón ha alcanzado los 5 dólares. El poder comprador no es tan sencillo como comparar precios solamente, porque existen varias circunstancias que distorsionan la comparación. 

Por ejemplo tenemos la tecnología, que nos produce cada año equipos electrónicos más potentes y baratos. Cuando yo vendía el microcomputador Casio FX-900P en la zona franca, el precio era de 2.600 dólares, hoy por menos de 100 dólares se puede comprar un computador infinitamente más potente.

Además tenemos la inflación, que varía de país en país, por eso normalmente se usan los precios de los commodities para comparar. La gasolina por ejemplo es un commodity, es decir un producto indiferenciado, de iguales características en cualquier lugar del mundo, por eso es bueno para medir el poder comprador del dinero. Cosa parecida ocurre con los metales, alimentos y el resto de los commodities.

El dinero pierde poder adquisitivo de manera natural, normalmente por efecto de las políticas de los gobiernos que son más antiguas que el hilo negro. Por ejemplo el aumento del gasto público y las medidas que desalientan la inversión. En algunos países esta pérdida de poder es más acelerada que en otros y cuando se produce un proceso en espiral creciente que se realimenta, los gobiernos siguen recurriendo a la vieja receta de imprimir más billetes, con eso los precios suben y el dinero pierde su poder adquisitivo de manera acelerada. Eso es lo que vemos hoy en todo el mundo.

La inflación es uno de los fenómenos económicos más fáciles de medir: basta comparar los precios de un mismo artículo en dos momentos en el tiempo, por ejemplo de un año a otro. En los años ochenta muchos políticos en el mundo se tomaron el asunto en serio y empoderaron a los bancos centrales en su misión fundamental de mantener la estabilidad de la moneda, por ejemplo con metas de inflación menores al 3% y cosas así. Pero duró muy poco porque para el año 2000 empezó de nuevo la irresponsabilidad fiscal y la demagogia en casi todo el mundo, Chile incluido obviamente.

La inflación es también uno de los fenómenos más fáciles de resolver -al menos en teoría- porque basta con contraer la expansión monetaria y aplicar políticas pro inversión como la baja de impuestos y cosas así. Con eso la inflación desaparece de un día para otro. 

Recuerdo que yo tenía 18 años en 1973 y la inflación que se estimaba alrededor del 1.000%, llegaron los militares y cortaron drásticamente el gasto fiscal junto con una política desreguladora pro inversión. Eso tuvo un efecto inmediato sobre los precios, en un par de años la inflación estaba controlada y el país crecía como nunca antes.

La inflación tiene dos causas: la demagogia de los políticos y la estupidez de los votantes. Es característica de las democracias donde el 80% de los electores son mediocres o idiotas según la Regla de Pareto, estos tontos se encandilan con la prosperidad de corto plazo que causa la impresión descontrolada de dinero.

Bueno, esas son la generalidades, vamos a lo particular y lo práctico ¿que se puede hacer en caso de inflación? ¿Como puede uno defenderse?

Pese a todo, las finanzas tienen una forma en que uno puede sobrevivir en inflación, los anticuerpos financieros se llaman la "tasa de interés real" pero eso le sirve principalmente a los que tienen grandes negocios. Los asalariados siempre pierden poder comprador en un entorno inflacionario, por eso dicen que es "el impuesto a los más pobres" pese a que el progrerío se lo vende al 80% de Pareto como "justicia social·..  

Ahorrar es la primera línea de defensa si tenemos poca plata o ganamos un salario pequeño, y protegerse de la pérdida de valor de los ahorros es la segunda. Como la inflación es relativamente fácil de medir, si vivimos en un país que no falsee sus cuentas públicas lo primero que deberíamos hacer para protegernos es cortar de raíz todos los gastos superfluos y ahorrar cada peso que se pueda. 

Este ahorro puede ser en dos formas: una cuenta indexada a la inflación, por ejemplo en Chile una libreta de ahorro para vivienda en Unidades de Fomento es la manera menos riesgosa para protegerse, pero también la que menos renta y si la inflación es muy alta, el índice se irá quedando atrás y poco a poco iremos perdiendo valor.

Otra forma de ahorrar en una economía inflacionaria es comprando moneda de un país que esté mejor que el nuestro -típicamente dólares americanos- esto produce una sinergía porque cuando la economía de nuestro país se deteriora o se percibe como mala a futuro, mucha gente piensa lo mismo que nosotros, compra dólares y el tipo de cambio sube por la mayor demanda, es un mecanismo de realimentación parecido a la inflación, pero este es virtuoso para el que compra los dólares.

Bueno, como dije el primer paso es ahorrar, aunque sean centavos, cuando hay inflación todo lujo, gusto o gasto improductivo nos pasará la cuenta en corto plazo. El objetivo de ahorrar en inflación es distinto al de ahorrar en tiempos normales. Cuando la economía anda bien, uno ahorra para darse algún gusto, pero cuando la cosa está mala el objetivo del ahorro es tener liquidez para poder aprovechar las oportunidades de inversión que aparecen.

La reina de las inversiones son los bienes raíces, porque si elegimos bien la compra da una combinación insuperable de seguridad, valorización y rendimiento. En tiempos de inflación muchos perderán su trabajo y enfrentarán gastos inesperados, si tienen una segunda vivienda es posible que necesiten venderla y el que necesita vender siempre está en una enorme desventaja frente a alguien que tenga efectivo para ofrecerle. La inversión inmobiliaria no siempre es buena, debe cumplir con varios requisitos de impuestos y defensa contra leyes demagógicas, entre otros, pero cumpliendo con eso, es insuperable.

Si nuestro capital ahorrado no alcanza para un bien raíz, podemos invertir en un negocio comercial que venda algo, en particular los alimentos dan buen rendimiento y requieren de poco capital. En la casa por ejemplo compramos el almuerzo casi todos los días en un delivery, eso, los sandwich, pizas y cosas por el estilo casi siempre dan buenos rendimientos porque la inflación normalmente es neutra para el comerciante que simplemente sube los precios. Otra alternativa es un almacén con alimentos no perecibles, cuando la economía va mal aparecen grandes oportunidades de acaparar y vender en mercado negro.

Creo que en tiempos de inflación lo peor es pedir un préstamo para capitalizar cualquier negocio, lo mejor es que el 100% del capital venga del ahorro y que además se capitalizen parte de las ganancias, los riesgosde un préstamo se aproximan al suicidio financiero, para qué hablar de los préstamos de consumo. 

En resumen: la inflación acelera la pérdida de valor del dinero, pero eso no quiere decir que no hay que ahorrar. Todo lo contrario, hay que ahorrar más que nunca, no tanto para tener un colchón de seguridad sino que para ener un capital de efectivo en el bolsillo, siempre listo por si se presenta cualquier oportunidd de negocio. En mi opinión el ahorro no tiene que pasar por los bancos, sino que quedarse en el bolsillo, de preferencia en moneda sólida para quedar fuera del radar del miserable recaudador de impuestos. Así es, más o menos, como veo yo la cosa en estos tiempos de turbuencia.