Indignante

Tengo pocas dudas que la alcaldesa de Santiago Hirasi Hassler es una sinverguenza. Aunque el delito es ténicamente fraude al fisco, lo que pretendió hacer es lo que en Chile conocemos familiarmente como un robo.

Y aunque eso mismo se puede decir de muchos políticos, el caso de ella es especialmente indignante, porque además de la tentativa de fraude se está riendo en la cara de todos nosotros al tratarnos como si fuésemos estúpidos.

El asunto de la compra frustrada de la Clínica Sierra Bella está más claro que el agua, fue un intento burdo de robarse varios miles de millones de pesos de los fondos municipales. Pero lo que agrega insulto a la ofensa es la manera descarada en que se ha actuado todo esto. 

Nunca antes había visto tanta falta de verguenza ni tal cara de palo. Robos han habido muchos en las municipalidades, pero ninguno que yo recuerde ha sido tan descarado y arrogante. Los ladrones hoy no solo no muestran verguénza ni arrepentimiento, se jactan y hasta se atreven a moralizar.

La historia empieza con dos abogados que crearon una sociedad inmobiliaria. Su capital fue de 100 millones de pesos, y en su primer negocio compraron una clínica privada que había quebrado pagando dos mil millones por ella, o sea veinte veces su capital social ¿de donde diablos sacaron la plata? 

Me imagino que el Servicio de Impuestos Internos estará investigando el origen de los fondos, tal como me citaron a mí para dar explicaciones, cuando pagué 8 millones por mi casucha o cuando me llegaron -hace años- los intereses de un depósito a plazo donde mantenía mis pobres ahorros..

Ocurre algo inexplicable con Impuestos Internos, cada vez que le encuentran algo de plata a un contribuyente chico, le caen encima como buitres intimidando y pidiendo explicaciones. Sin embargo vemos como narcotraficantes conocidísimos y gente ligada a la política adquieren inmuebles de millones de dólares y jamás los tocan.

En lugar que el alcalde-payaso Carter ande demoliendo "ampliaciones irregulares", en un un acto estúpido que no les mueve un pelo a los malandras, vemos como ni Impuestos Internos ni la Fiscalía hacen su trabajo frente a muestras flagrantes de lavado de activos.

Recuerdo la ridícula cruzada de el ex fiscal Gajardo que se puso a perseguir políticos opositores por "boletas ideológicamente falsas". Claro que el espíritu justiciero les duró hasta que empezaron a tocar a funcionarios del gobierno.

Pero me estoy desviando, volvamos a la sinverguenza, que a todo esto no se encuentra ni siquiera sometida a proceso, como tampoco sus cómplices ni encubridores.

Esa misma clínica se había ofrecido en tres mil millones y no encontró compradores, PERO milagrosamente la alcaldesa contrató a tres tasadores "profesionales", quienes valorizaron esa clínica en ocho mil millones de pesos.

Cuando se destapó el tubio asunto, la alcaldesa ya había firmado la compraventa por ocho mil millones y había emitido un vale vista por dos mil millones a los vendedrores como garantía de seriedad de la oferta. Si no me equivoco fue la Contraloría quien ordenó congelar el pago de ese vale vista.

Pero ya estaba firmado el contrato, y cuando lo mandaron a inscribir al Conservador de Bienes Raíces, este se rehusó a hacer la inscripción, dos veces, por presumir que el contrato tenía el vicio de "lesión enorme" en perjuicio de la Municipalidad. Así de evidente era el chanchullo.

Ahora lo más probable es que ni a la sinverguenza, ni a sus cómplices ni encubridores les van a tocar un pelo, porque ni fiscales ni jueces se atreven a enamistarse con los políticos con quienes conviven tan estrechamente ligados.

Hasta hace un par de días la alcaldesa defendía a brazo partido a los tasadores, acusando que estaban manchando la honra de profesionales de alto prestigio. Ahora que la Contraloría emitió un durísimo informe negando la toma de razón, empezó a traicionar a su propia gente.

La guinda de la torta fue cuando la alcaldesa -sin asomo de verguenza- indignó a todos con una caricaturesca conferencia de prensa que enseguida recibió el calificativo burlesco de "puesta en escena".

Llevó a una claque de viejas pagadas para que la aplaudieran, apareció acompañada de la diputada Cariola, su correligionaria del Partido Comunista con una sonrisa de oreja a oreja anunciando que "había decidido desistir" de la compra ¿Decidido? ¡Pero si no decidió nada, fue obligada por la Contraloría, tuvo que desistir para no terminar en la cárcel!.

Que espectáculo más grotesco. Termina de hablar la sinverguenza y la claque de viejas chantas estallan en aplausos y gritos. La fulana junta las manos, empieza a dar saltitos y repartir abrazos como si estuviese celebrando una gran victoria. Como una niñita en cuerpo de vieja celebrando su cumpleños ¿Creerá esta fulana que somos idiotas?

Asqueroso todo el asunto. Que una persona con tal cara de palo siga en su puesto cobrando millones todos los meses -después de haber intentado un enorme fraude- resulta terrible, muy irritante. El lugar que le corresponde es una celda en Colina 1, ya que convirtió a la Municipalidad de Santiago en una asociación ilícita para delinquir.

Además aprovechó de salvarle el pellejo a dos funcionarios, parte de su grupo de cómplices al "solicitarle la renuncia", con lo que les salva de las consecuencia de ser sometidos a sumarios administrativos. Eso era lo que correspondía.

En fin, todos estos nuevos políticos han sido la gente más chanta que se han visto ostentando cargos públicos. Su comportamiento, de malos actores de reality show, ha resultado escandaloso. Ni siquiera Américo Zorrilla, el obrero gráfico que fue ministro de hacienda de Allende llegó a ser tan chanta, al menos tuvo bastante más dignidad y no fue ladrón.

Los comunistas ya no son lo que eran, antes eran malos pero ahora son mucho peores.