Tres cosas que no me gustan de los progres

1. Su extraña manera de hablar
En general los hábitos y manierismos de los progres no me molestan demasiado, me los tomo con calma y recuerdo que mi generación también tuvo los suyos, más que enojarme me divierten  

Pero hay algo que me saca de quicio y me enfurece por alguna razón que no entiendo bien todavía, es la manera de hablar de un progre.

No me refiero a lo que dicen, sino como lo dicen. A ver, trataré de describirlo, si es que puedo: se trata de una dicción exagerada, hablan tal como las "tias" del parvulario le hablan a los niños, enfatizando cada palabra y exagerando algunas letras como la "s", mueven la cabeza y las manos al compás a medida que hablan como si estuvieran organizando un coro de párvulos.

En fin, me resulta muy difícil describir esa forma de hablar tan antipática y que podemos identificar de inmediato cada vez que escuchamos a alguno de nuestros amados líderes de gobierno, a ciertos animadores de la tele o a las mayoría de los políticos. 

Cuando los escucho la acidez recorre mi esofago y la nausea se me acumula en la traquea. No tengo muy claro por que me molesta tanto, pero la verdad es que me pudre escucharlos con ese tonito de pedagogos infantiles. No lo soporto.

2. Cuando se ofenden por todo
Está bien, ya se que no es bueno andar por ahi insultando a los demás, también entiendo que a algunas personas no les haga maldita gracia que las insulten, a mi tampoco me gusta. 

Pero la extrema delicadeza de cutis que no soporta una broma o alguna burla sin ponerse histérico es algo que me parece pésimo.

Con conceptos como bulling, acoso, cancelación, homofobia, misogenia, colonialismo, patriarcalismo, machismo, sexismo, discriminación, no inclusivo y un rosario de otras expresiones por el estilo ha ocurrido algo extraordinario, de lo que pocas personas se dan cuenta.

Resulta que todas esas palabras que originalmente se usaban para quejarse por alguna ofensa -real o supuesta- ahora se convirtieron en insultos. 

Es alucinante como usan las quejas para insultar: antes a alguien le decían maricón, ahora se le dice homofobico; antes se le decía desgenerado, hoy se le dice discriminador; antes se decía macabeo o calzonudo, ahora se dice hetero patriarcal, etc.

Es lo más extraño que he visto porque consiguen lo mismo -agredir- usando lo opuesto. Eso es una fingida sensibilidad y buenismo usados para agredir. El buenismo ahora se usa para ser malo.

3. La moralina inversa y sexualidad torcida
Algunos vejetes de mi generación piensan que los progres son unos inmorales, porque se exhiben como yeguas sueltas, se meten objetos por detrás en público, partusean, le enseñan a los niños la manflinfa, los incentivan a mariconear y todo lo demás.

Nada de eso, los progres son ridículamente puritanos, son tan pechoños que un numerario del Opus Dei queda chico al lado de ellos, en comparación es un libertino.

Lo que pasa es que tienen una sexualidad torcida -el potismo- dentro de la cual ejercen el puritanismo moral tan fanático que ni el pastor Soto les hace competencia.

Su sexualidad torcida viene de que todos esos referentes del progrerío como Sagan, Sartre, Lacan, Focault y los demás fueron todos inadaptados sexuales y sociales -anormales en el sentido estadístico- que odiaban con toda su alma a las personas y comportamientos normales.

Nietsche describió eso de "la inversión de todos los valores", claro que él lo atribuía a los judios, cuando esa explicación les cae mucho mejor a los progres.

Seguramente para compensar el problema que no recibían el reconocimiento que exigía su ego, estos "raros" crearon una ideología donde todo lo que resulta normal es perverso, opresor, discriminador, en cambio todo lo anormal es bueno. 

Esa es la base de las ideas de deconstrucción: tal como muchos estudian psicología para sobrellevar sus propios problemas mentales, estos hicieron una moral de lo anormal, lo chocante y feo, lo ridículo, endiosando lo monstruoso.

A mi no me molesta tanto los chillidos de las feminazis, econazis, homonazis o cualquiera de esos que tienen gustos minoritarios y pretenden que piensan como los locos del manicomio, que todo el mundo es el que está loco y ellos están en lo correcto. 

Entiendo que se trata solo de un mecanismo de defensa, pero cuando se les pasa la mano, se ponen agresivos y desde pustos de poder intentan imponernos sus taras, ahí se me termina rapidito la tolerancia 

Mejor no sigo
Podría seguir poniendo muchas otras cosas que me molestan pero solo dejaré esas tres. Además aparte de su estúpida manera de hablar, soporto bastante bien sus tonteras y no tengo problemas con mis muchos amios progres, que -en general- son muy buena compañía para tomarse una -o varias- cervezas llegado el caso.