¡BANZAI!

Preocupado como loro en el alambre, llegué con mi autito a la temida revisión técnica. La inspección fue relativamente rápida pero minuciosa y yo miraba de lejos, detrás de un ventanal como manipulaban a mi joya. En fin, después de un rato la inspección terminó y niña encargada me dice "sabe, tiene que hablar con el joven".

Se me cayó el alma al suelo, eso significaba que estaba rechazado. Y esperando lo peor me fui a escuchar mi sentencia de muerte. Pero no fue así, el joven me dijo "su auto salió rechazado pero es por un detalle pequeño, el amortiguador trasero izquierdo está reventado" "¿Y los gases" le pregunté ansioso, "no, los gases están perfectos". Casi me pongo a saltar de alegría.

Así es que me fui rápidamente a comprar un amortiguador, lo llevé a que lo colocaran y en una media hora estaba de vuelta en la revisión, donde me dieron el codiciado certificado ¡BANZAI!

Ahora me toca comprar el seguro y sacar el permiso de circulación, pero esos son detalles sin importancia, lo haré mañana y así tendré mi autito perfectamente legal después de tres años de estar botado. El más contento es el Tomás Jr. que recién aprendió a manejar y le dije que iba a pasárselo, para que aprenda lo que es sufrir.

Estoy más contento que flaite con pitbull, esquimal con guatero, niño con luca, indio con espejo, chancho en el barro, perro con pulgas, perro con dos colas, McGiver en ferretería, japonés en tienda de cámaras, etc. etc. (créditos al gran duarte.cl)

Bueno, creo que no es momento de escribir sino de celebrar, así es que hasta mañana mis amigos. Ah, antes que se me olvide, así fue como lo arreglé