Todo está saliendo a las mil maravillas

Llevo mucho tiempo podrido de tanto escuchar a mis amigos de derecha, quejándose asustados que "los comunistas" están hundiendo al país, que vamos de mal en peor y que la derecha está perdiendo cada una de las peleas importantes.

No es verdad. Lo que está pasando en Chile y en todo el mundo muestra lo contrario, la izquierda y la social democrácia son las que han perdido la batalla por las ideas, y aunque siguen enquistados en los medios y centros globales del poder político cada día se degradan más.

La gente común que ve la política como un partido de fútbol, va anotando lo que considera que son "goles a favor" y los "goles en contra" de sus ideas, esta es una forma muy superficial de ver como van las cosas, porque no todo lo que pasa en política tiene el mismo peso.

Una victoria -o una derrota- política no se puede contar como "un gol", porque en asuntos políticos no gana el partido el que mete más goles. Un sector puede tener cuarenta victorias al hilo que serán olvidadas al día siguiente, sin embargo una sola derrota los puede tumbar, o al menos golpear violentamente.

Otro error de los derechistas llorones es que son incapaces de distinguir quienes representan sus intereses y quienes no. También esto es un error de superficialidad porque dividen al mundo entre los comunistas y sus amigos por un lado, mientras que por el otro están todos los que "se oponen a la izquierda".

Esa es una manera de pensar tonta y dañina, porque estos derechistas todas las micros le sirven, aunque sean deshonestos y miserables, con tal que sean enemigos de sus enemigos. Son incapaces de identificar a sus verdaderos enemigos, que muchas veces creen aliados.

Por eso la relación enfermiza de muchos derechistas con la llamada centro derecha de "Chile Vamos", que son mucho más peligrosos para los objetivos de la derecha que cualquier grupo de la izquierda.

De hecho, pienso que cualquier gobierno de izquierda es preferible a uno que funcione en coalición donde predomine Chile Vamos. Bachelet y Boric han sido excelentes para acelerar el cambio de la gente hacia ideas de orden y derecha, Piñera en cambio, fue nefasto.

Piñera potenció a la izquierda y así lo hace todavía el piñerismo. Así como lo que hundió a Sebastián Piñera fue su obsesión de hacer alianzas para la izquierda, existe lo que podría hundir a mi Partido Republicano y destruirlo; una especie de obsesión por acercarse a Chile Vamos.

Es algo que ya vimos en la segunda comisión para escribir una nueva constitución, donde el "profesor Silva" junto con varios otros republicanos hicieron lo imposible por agradar a Chile Vamos sin tener ninguna necesidad de hacerlo. Ese fue un error garrafal del partido que hoy lo está pagando muy caro.

Por que estoy más optimista que nunca
Resulta que me entero de puras buenas noticias, la primera es lo que está pasando en la Corte Suprema, esas acusaciones constitucionales eran algo que el país estaba pidiendo a gritos. 

Aunque no los acusan de lo que es relevante, resulta un tremendo paso que tres supremos -que hasta hace pocas semanas se sentían intocables- estén hoy en la picota Angela Vivanco, Sergio Muñoz y Jean Pierre Matus, muy merecidamente.

La ministra Vivanco, regalona del piñerismo por su conducta escandalosa de tráfico de favores para altos nombramentos. El ministro Muñoz por indesmentible corrupción para favorecer a su hija, jueza y de conducta igual de escandalosa. El Ministro Matus la tiene más suave porque lo acusan solo de sus contactos con Hermosilla y no haberse inhabilitado en un juicio contra Chadwick.

La verdad es que creo que los tres se merecen la destitución pero el primero de todos es Sergio Muñoz, que es un tipo peligroso para el país y para todos los sectores políticos. 

Muñoz es uno de los muchos jueces que se dejaron seducir por hacer carrera persiguiendo a militares. El problema es que sus fallos empezaron a ser escandalosamente arbitrarios y se convirtió en el símbolo del nefando "activismo judicial" en la Suprema.

Creyéndose omnipotente, fraguó el fallo contra las Isapres, aplicando torcidamente la ley y se justificó diciendo que si los legisladores no hacían su trabajo se lo iba a hacer él. Esa clase de petulancia en un juez cuando crece, termina convirtiéndolo en prevaricador, tal como pasó con Garzón y tantos otros.

Estas acusaciones son un aviso potente y solo han sido posibles gracias a las últimas elecciones parlamentarias, donde llegó una cantidad significativa de republicanos y simpatizantes que después se han ido del partido -como Kaiser y de la Carrera- pero no están en "el club" de los políticos tradicionales.

Muchos amigos me dicen que están desilusionados de Kast y el Partido Republicano por como actuaron en la segunda constituyente. Yo también lo estoy, pero hay que ser capaces de mirar un poco más allá de las narices: es fundamental para los años que vienen que los republicanos avancen en las municipalidades y el parlamento.

Porque por tibios que sean, siempre le quitarán espacios al verdadero enemigo que es la Social Democracia. Si el Partido Republicano tiene un buen resultado en las parlamentarias estará en condiciones de liderar a toda la derecha.

Solo puede haber una coalición con Chile Vamos si son minoritarios y siguen las directrices de Republicanos, donde todavía quedan unos cuantos derechistas de verdad, ahora el trabajo pendiente es que vuelvan al partido los que se fueron y que empiecen a ganar espacio los que son realmente de derecha.

Y por supuesto que José Antonio Kast -un gran tipo pero político tradicional después de todo- vuelva a ser el que fue hace algunos años. Mi impresión es que se ha aggiornado y el club de los políticos ahora trata de recapturarlo: ojala que no lo consigan.

Finalmente otra razón para estar contento. Desde la Revista Economía y Sociedad me mandan el dato de una entrevista en La Tercera a Francisco Leturia, ex presidente del Consejo Para la Transparencia, donde dice:

"Hay un Falutista de Hamelín en la Fiscalía, que utiliza las filtraciones para desviar la atención y proteger a los poderosos"

Llevaba años esperando que alguien con figuración pública se atreviera a decir abiertamente que dentro de la Fiscalía hay delincuentes y que el Fiscal Valencia los está protegiendo. 

Tanto las acusaciones constitucionales como esta declaración de Leturia son señales de los tiempos que están cambiando. Tanto la Corte Suprema como el Ministerio Público rebalsaron el vaso, ahora se les podría venir encima la noche negra, si es que no raccionan.

Yo creo que Valencia ha sido un buen fiscal, especialmente comparado con sus corruptos antecesores. Pero cuidado, que vea bien lo que hace y a quienes protege, porque los tiempos de la inmunidad se están terminando.

Poco a poco las cosas importantes van mejorando. Un chincol se comió una viña: uva por uva.