Un amigo menos

Y ayer se murió otro amigo, nada menos que el Chorto Morales con quien pasamos buenos momentos en la parcela del pueblo. Tenía una hernia que no se cuidó durante muchos años hasta que finalmente se desarrollo un doloroso cancer de estómago, un par de meses y ya estamos dando las condolencias. Un amigo menos.

Como dijo el General Mendoza se está desgranando el choclo, esto se parece a la canción yo tenía diez perritos y los amigos nos empezamos a mirar nerviosamente con cara de ¿a quien le toca ahora?. En fin que moraleja voy a sacar de esto ¿que hay que cuidarse? pamplinas, vivir con miedo no es vivir. La moraleja es que para morir nacimos como nos recuerda cada vez que un amigo deja este mondo cane.

El Chorto tuvo una buena vida, bienestar económico, excelente familia y montón de amigos, pasó lindos momentos y si es cierto eso de que un instante antes de morirse uno ve toda la historia de su vida, como en una película, seguramente muchas de las buenas escenas fueron en tomatateras y aventuras con los amigos. ¿Como será morirse? supongo que tarde o temprano voy a salir de la curiosidad, que digo, no supongo, estoy seguro.

Y pensar que uno se preocupa porque no resulta un proyecto o por cuestiones de plata, que tontera más grande, si no estoy enfermo ni me duele nada, si todavía no estiro la pata ¿que mejor podría estar?, bueno, ya habrá tiempo para que nos tomemos unos tragos a la salud del Chorto, lo pelaremos y nos reiremos un poco, hay que aprovechar mientras estemos bien.

Todo el día soñando, imaginando cosas y queriendo algo más; cuando lo obtenemos resulta que ya queremos otra cosa, es como la memoria RAM, nunca es suficiente, no podemos sentirnos satisfechos metidos en un torbellino de deseos. Creo que les conté que mi abuelo paterno fue millonario ¿y a quien le importa ahora? ¿quien lo recuerda?, el viejo ahi sentado en su palacio, "no me puedo quejar" debe haber pensado. Yo siempre me lo imagino así, pensando en todo lo que consiguiò y que no se podía quejar, después igual estiró la pata, tal como cualquier roteque patipelado, así es la vida.

Hay que aprovechar los días que pasan, estamos en pleno verano, son los mejores meses en Arica, recuerdo que cuando fue el día más feliz de mi vida tenía mucho menos que ahora; un día de sol y un durazno, solo que me gustaría sentirme así más seguido. Pero en fin, como para sufrir nacimos mejor me voy a sufrir un poco y a maltratar mi hígado con una cerveza a la salud del Chorto. Hasta mañana, si es que El Pulento no dispone otra cosa.