La malhumorina

Y se terminó el verano en teoría y práctica. Ayer estuve en la playa donde había muy poca gente y hoy fué el primer día de clases en los colegios. Tomás Jr. tuvo que ponerse camisa blanca, pantalón gris y corbata para el inicio del año escolar. La vida sigue su curso en Lazyland y yo, una vez más dejé pasar el verano sin ir todos los días a la piscina como era mi propósito. El ocio fue más fuerte y apenas fuí un par de veces.

Anoche, como casi todos los fines de semana dos conductores borrachos chocaron destrozando sus respectivos autos. No le veo gran problema a que los estúpidos se maten entre si manejando borrachos, es solo la supervivencia de los más aptos en acción. Lo malo es cuando matan a gente normal que va manejando cuidadosamente.

Otro problema es que por culpa de estos idiotas se endurecen los controles policiales, lo curioso es que los que reciben multas nunca son los que andan corriendo borrachos sino los que están tranquilamente tomando un par de cervezas en el auto y luego se van de lo más tranquilos a su casa. De nuevo los moralistas con sus estúpidas ideas inventan castigos que no sirven para nada.

El verdadero problema son los tipos con autos tuneados, con tubo de escape libre y música a todo volumen, un jockey al revés, borrachos y drogados que hacen sonar los motores mientras esperan que el semáforo les de las luz verde. O los que se divierten haciendo carreras en la calle. Es el Complejo de pene pequeño en ación, eso lo explica todo. Ojalá se maten entre ellos lo antes posible porque son un peligro para los demás y un deterioro genético para las generaciones por venir. No es culpa del trago ni de la droga sino de su extrema estupidez.

Las autoridades siempre son malas, hasta donde yo recuerde todos los que llegan a un cargo de autoridad lo hacen para conseguir privilegios y ganarse la vida facilito o simplemente abusando, autoridad que no abusa pierde prestigio dice la sabiduría popular, esa que nunca se equivoca.

Pero un tiempo atrás yo me equivoqué al declarar la muerte anticipada de la fuente de agua del Parque Vicuña Mackena, debo reconocer que la arreglaron, claro que a la chilena, a medias, y parece que sacaron partes de otra fuente que estaba en Chinchorro y hoy está botada y desarmada. O sea, me equivoqué en la forma pero no en el fondo: las autoridades, efectivamente no sirven para nada, una vez más se confirma la sabiduría popular.

Otra muestra de esa ley tan evidente es la cantidad de basura desparramada en las calles, la recolección de basura es un caos en la ciudad porque tienen un itinerario y frecuencia tan caprichosos como la bajada del río San José, nadie tiene claro que días ni a que hora pasarán a recoger la basura así es que la gente rellena hasta el tope los sucios contenedores que deben haber costado una buena fortuna al municipio. Es una ley, siempre se cumple.

Por si no lo han notado hoy ando de mal genio, entonces me pongo a despotricar contra mis muchos enemigos hasta que la malhumorina se disuelve por completo en el torrente sanguineo. Creo que necesito alguna buena noticia, para variar un poco, porque el fin del verano ha sido el clavo que terminó de sellar el ataud de mi mal humor. Ya, chao nomás.