Un día en Tacna

Vengo llegando de Tacna, donde pasé todo el día en una interesante visita. No podía dejar pasar la oportunidad de comerme un ceviche mixto con poco picante y un par de cusqueñas, como no tengo costumbre de tomar al almuerzo debo reconocer que me dejaron medio cucarro. El lugar: un muy buen restaurant que no conocía, se llama Mar Adentro y queda frente a la Universidad.

Me fuí muy temprano pero llegué solo hasta la frontera, porque al controlar me encontraron que tenía la cédula de identidad vencida, vuelta a la casa a buscar el pasaporte. Al segundo intento me fuí en un Pontiac peruano, con motor cambiado a petróleo y llegué cerca del mediodía sin problemas. Es increíble como está creciendo Tacna en infraestructura, fuí a conocer la nueva piscina olímpica que se inaugurará en agosto y es parte de un proyecto muy ambicioso: será techada y temperada con una combinación de termosolar y gas, tiene las medidas olímpicas 50x25 aunque su profundidad va de 80 cm a 2.10 metros, esto con el propósito de que no sea solo para nadadores expertos sino también accesible a jóvenes que se inician en el deporte. Solo lamento no haber llevado la cámara fotográfica.

La piscina tiene acomodación para unos 5.000 espectadores y está ubicada dentro de un gran complejo deportivo que incluye dos canchas de fúbol de pasto, reglamentarias, salas de clase para deportes, camarines, canchas de frontón y de futsal, es un proyecto muy bonito y ambicioso, espero poder conocerlo cuando esté listo.

Para el viaje de ida tomé un colectivo peruano sin problemas, pero a la vuelta un colectivo chileno resultó un completo fraude, el chofer me ofreció el viaje por $ 1.500 dejándome a domicilio (poco más que US$ 3), cuando estaban llenando los papeles me preguntó adonde era mi casa y me dijo que allá me tenía que cobrar $ 1.800 "porque estaba muy lejos", la verdad es que el tipo ni tenía idea de la dirección porque tuve que indicarle yo mismo, al llegar a Arica le pagué con $ 2.000 y no me quería dar vuelto porque alegó que había tenido que subir, lo mandé al diablo y le exigí mis $ 200 de vuelto, finalmente me los entregó. La empresa de transportes se llama "Barrientos", ya lo saben por si tienen que viajar a Tacna.

Por cierto, le cobré la palabra a mi amigo el ingeniero que me invitó al ceviche ¡lo prometido es deuda! pasamos un muy buen rato conversando de lo humano y divino, un viaje muy interesante. En fin, vengo algo cansado así es que hoy me declaro en huelga, no escribo más, después les sigo contando. Pero antes de despedirme los invito, a los que no lo conocen a visitar el sitio Aquí Tacna, que hicimos hace años en conjunto con un amigo que se puso nada menos que el seudónimo de Carlos Basadre Arias, ¡visítenla!.