Lo que no me gusta de las mujeres

"Hace pocos días salió un estudio, que señalaba que las empresas dirigidas por mujeres tenían mayor capacidad de enfrentar la crisis, las mujeres son más prudentes, más cuidadosas al tomar riesgos (...) el mensaje es que la crisis es manejaba mejor por las mujeres, ahorran más, es más prudente y tienen mejor administración", eso lo declaró ayer la ministra del servicio nacional de la mujer, una generalización absurda pero me voy aprovechar para listar algunas de las cosas que me caen mal de las mujeres. Ya, que me digan cerdo chovinista, gay o lo que quieran, pero hay comportamientos comunes en varias mujeres que conozco y me caen pésimo, así es que sin más preambulo aqui voy:

Superficialidad: se deslumbran fácilmente con la apariencia, un tipo bien vestido con un reloj caro, zapatos de marca y con buen auto, a su modo de ver tiene que ser un millonario, un tipo así puede pasarle 40 cheques malos seguidos a algunas mujeres y estas caerán 40 veces seguidas.

Viven buscando a un hombre que las "enamore" y de paso que las mantenga: la verdad es que muchas mujeres parecen incapaces de imaginarse en hacer una vida por su propia cuenta (que es el sueño de la mayoría de los hombres), son muy interesadas en lo material y muy ingenuas en lo físico. Cuando comentan sobre un tipo lo primero que mencionan son características físicas como la cara, los ojos, la barba y muchas tonteras por el estilo, sin darse cuenta que una buena apariencia es solo un accidente de la naturaleza. Normalmente atribuyen cualidades de caracter a una apariencia: un tipo con una mirada intensa debe ser apasionado, un tipo corpulento debe ser valiente, etc.

Exigencia desmedida: exigen la perfección sin considerar sus propios defectos. En verdad se dan cuenta pero recurren a un permanente ejercicio de negación que hace que sus defectos sean "simpáticos" mientras los de los demás son insoportables. Por eso viven persiguiendo al príncipe azul, el Señor Perfecto, a Mr. Big y todo eso, no importa que ellas sean superficiales y poco agraciadas parece que muchas mujeres están convencidas que se merecen una mezcla de Einstein con Brad Pitt, sin considerar lo que les muestra el espejo (y no solo en la apariencia).

Incapacidad de soportar la realidad: cuando no son tontas y se dan cuenta de sus limitaciones las racionalizan por medio de explicaciones y argumentos de toda clase, entonces buscan mentirosos que saben que les están mintiendo pero se aferran a ellos desesperadamente. No soportan a alguien que les diga la verdad, no son capaces de enfrentarse a la realidad y cuando ya no soportan más que les mientan explotan en una crisis de resentimiento, es lo que ellas llaman "romper".

Negociación del sexo: bajo distintos mecanismos convierten el dar la pasada en un asunto de negociación, "yo te doy la pasada pero tu me das..." (llene la línea de puntos con lo que quiera: compromiso, plata, regalos, comidas, un trabajo, etc. etc.). Esto tiene un efecto contraproducente porque al usar el sexo como moneda de cambio se ponen frígidas, en su empeño por no ser fáciles les cuesta cada vez más pasarlo bien en la cama. Enfrentan al sexo como una competencia deportiva en que hay que tener cierto desempeño atlético de acuerdo a lo que dicen las amigas, lo que incluye multiorgasmos, quedar al borde de la inconsciencia y cosas por el estilo. Pretenden que cada revolcón sea como el lanzamiento del transbordador espacial y si eso no pasa (lo que es bien lógico y esperable) se quejan de que "los hombres" no las satisfacen.

Romanticismo barato: siempre esperan que les regalen flores, les manden tarjetas que digan "te amo demasiado, no podría vivir sin ti" o que pinten en las murallas "Te amo mi niña" o "Te amo alita de pollo, esposa mía" (no es chiste, existen idiotas así)  aunque sepan perfectamente que eso es mentira, por eso atraen a los chantas como moscas a la miel y después se quejan amargamente contra "los hombres que son unos mentirosos y chantas".

En fin, que bonito es generalizar, hay mujeres que no tienen nada de eso todas las que leen este blog por ejemplo (me pongo el parche antes de la herida), pero los comportamientos que describo no son nada raros.

La ilustración de esta entrada pertenece al genial dibujante peruano Alberto Vargas y fue pintada para Playboy en 1962. Vargas fue un gran artista poco reconocido, tal vez por su temática que no era "respetable", me lo imagino moreno, achinado de pelo chuzo, perteneciente a la aristocracia de Arequipa, pero educado en Suiza y con su estudio en Nueva York, siempre mantuvo la imagen mental de la mujer sajona ideal, exagerando las proporciones hasta rozar a la caricatura, incluso las cubanas que dibujó parecían holandesas con la cara pintada. Notable maestro Vargas, un gran valor del arte peruano, aunque insuficientemente reconocido. 

Y bueno, me dediqué a despotricar sobre cosas que no me gustan de las mujeres y en la ilustración de Vargas muestra lo que me gusta de las mujeres. Mentira, nunca me han atraído esas proporciones perfectas, creo que en algunas imperfecciones está lo que encuentro más atractivo en la mayoría de las mujeres, en la asimetría está el gustito, como el grano de pimienta sobre un bistec perfectamente tierno. Ya, tiren piedras nomás.