No hay enemigo pequeño

Un rico día de campo tuvimos ayer en la parcela de mis compañeros Ricardo y Patricia, yo me porté como un lord inglés, iba un poco crudo porque la noche anterior estuve tomando bastantes cervezas con el Mouse, así es que me mantuve perfectamente sobrio. Me contaba Ricardo que el kilómetro 28 del Valle de Azapa, donde está la parcela, hay 550 metros de altura lo que hace un clima bien distinto al de Arica, con bastante frio en invierno, pero ayer estuvo exquisito, especialmente al atardecer y la noche, el lugar es un pequeño paraíso con muchos olivos, cabras, ovejas, gallinas y hartos árboles frutales y hortalizas. También estuvo el Claudio Ulloa, el más piola de nuestros compañeros con su familia, la Paola, mi amiga que conocí en la Municipalidad hace algunos años y la familia del Alejandro Willye quien no pudo venir porque tenía que atender el negocio en Santiago, en fin, para otra vez será. 

Todo bien, había costillar, un cabrito, pollo, prietas, de todo. Yo comí hasta quedar como globo y sobró mucha carne, lo único que no hice fue meterme a la piscina. Que bonito juntarnos con los amigos de hace tantos años. Lo más impresionante es que con hijos, canas, trabajo y todo eso, debajo de la cáscara de nuez que nos van dejando los años, somos los mismos, igualitos que antes. Para mi fue como volver a esa época en que nos juntábamos en la casa del Matute, o el departamento del Juan Hugo, solo para tomar algo y conversar un rato, pensé que esos tiempos no volverían más pero por un minuto me sentí igualito que entonces, todo vuelve aunque sea por un rato. Las fotos irán cuando nos pongamos de acuerdo y las juntemos todas.

La Pilar se fué a Santiago por un mes a instalar al Tomás Jr. y yo me quedé solo con mis suegros en la casa, soy un perfecto viudo de verano ¡atención minas! ¡a mi! ¡a mi!, bah, y justo cuando estoy en bancarrota. Se cumple así una maldición que me ha perseguido durante toda mi vida: cuando hay diversión no hay plata, cuando hay plata no hay diversión. Me acuerdo cuando salíamos hace años con mis amigos de la universidad -cuyos nombres me guardaré para proteger a los inocentes- entonces si teníamos auto y departamento no aparecía ni una sola mina, cuando no teníamos en que salir ni donde llevarlas empezaban a aparecer todas. Bien decía el Pepe Drago, Dios le da de comer al que no tiene hambre.

En fin, al mal tiempo buena cara, cuando me empiezo a deprimir con tonteras me acuerdo de mi amigo Jaime, me busco un espejo y pongo mi mejor sonrisa, Everythings gonna be all right! Everythings gonna be all right!, Bob Marley no podía estar equivocado. Que no exista un problema en el mundo capaz de borrarme la risa.

Todo bien y muy tranquilo, mi querida suegra salió a no se donde y en la casa lo único que se escucha es soplar el viento, una tarde especial para divagar sobre cualquier cosa. Ayer en el supermercado me encontré con un viejo amigo que me dijo ¡buenas las crónicas, dales nomás, porque a nosotros no nos dejan! es un cuchillo de doble filo esta libertad de escribir lo que a uno se le antoje porque hay muchos tipos que se sienten respetables y se ofenden con gran facilidad cuando uno escribe las mismas cosas que conversamos todos los días, creyendo que son ataques personales para perjudicar su imagen.   

Nada de eso, no me interesa perjudicar a nadie, nunca he sido un moralista de esos que se escandalizan por los corruptos, por mi parte yo sería amigo de todos, incluídos los corruptos. Bah, a decir verdad muchos de los corruptos son efectivamente muy buenos amigos mios, solo han tenido su oportunidad y la han aprovechado, pero que aguanten de buen humor pues, cuando este patipelado les lanza algún palo, no es con mala intención solo para que traten de mantener las formas, por lo menos.

No tener que ponerse una camiseta, andar sin preocuparse de pisar los callos a alguien, es una libertad exquisita, yo una vez escribí -acá mismo- que Inacap ya no era ni la sombra de lo que fue antes, tiempo después un amigo me dijo que no me podía invitar a un coctel en Inacap porque me habían vetado, big deal, que desilusión más grande, no me invitaron al cóctel, snif. Y así ha pasado muchas otras veces, los respetables se deben enfurecer cuando se sienten tomados del pelo. 

Me acordé de una buena anécdota sobre lo mismo, recuerdo a un asesor del alcalde, varios años atrás que se enfureció por algo que dije en una entrevista. Yo estaba a cargo de la web de la municipalidad y después de eso me echaron, yo seguí con Infoarica y la Alternative Guide por mi cuenta. Pasaron los años y mientras mi amigo Marcelo estaba enfermo yo administraba temporalmente el Rapa Nui. Una noche llega este tipo, bastante borracho, me quería invitar un trago al cual prudentemente decliné, pero llamé a una de las niñas de mi confianza y a un garzón les dije "a ese tipo desplúmenlo, que se gaste todo lo que tenga", se debe haber gastado medio millón de pesos o más, se creía el rey de la noche y todos nos divertimos mucho a costillas suyo. 

Si quieren un buen consejo, nunca, jamás se pongan en mala con un garzón, esos tienen todos los medios para vengarse y son el más claro ejemplo de que no existe enemigo pequeño.