La mayoría esas discusiones son una racionalización de rencores genéricos, vagos, independientes de lo que hayan hecho, o dejado de hacer los señores políticos. Cuando se discute de política, nuestra falta de neutralidad va más allá de cuestiones ideológicas. Por eso como escribió Pournelle, una república solo es posible cuando los que pierden las elecciones lo aceptan y los que ganan no hacen demandas exageradas. Yo que llevo como 10 años discutiendo de política en CSP me di cuenta hace rato -igual que la mayoría de los regulares- que esas discusiones no tienen casi nada que ver con la política, sino más bien con simpatías y antipatías personales.
Bah, mejor comentemos el festival
Los festivales de la canción fueron una moda hace décadas, cuando recién aparecía la tele y no existían los video clips ni la posibilidad de piratear música. Hoy están extinguidos en casi todo el mundo, mutaron a conciertos en los estadios donde la fanaticada va a chillar, tomar y buscar minas (o minos).
En Chile todavía tenemos como un fósil el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Aunque dejé de verlo en los años 90 tengo bonitos recuerdos de los primeros tiempos, cuando lo escuchaba por radio en los sesentas, animado por Ricardo García y las grandes estrellas eran el dúo Los Perlas o los cantantes de la nueva ola. Digamos que me estoy poniendo un tanto maduro.
Los humoristas son un fenómeno específico de este festival, creo que fue en 1971 cuando apareció el primer mega ídolo Bigote Arrocet: éxito enorme e instantáneo. Creo que Arrocet fue el más talentoso humorista chileno, a mucha distancia de todos los demás, él abrió el nicho que se convertiría en indispensable de todos los festivales. En esos años también vino por primera vez Julio Iglesias, apareció la peligrosa costumbre de prender antorchas y el festival se convirtió en trinchera política con Dean Reed haciendo el loco y a los Huasos Quincheros recibiendo pifias del pueblo unido cuando cantaron El Patito.
Un año después del golpe, en 1974, Bigote Arrocet tuvo su mejor noche, además de cómico era extraordinario imitador y cantó "Libre" imitando a Nino Bravo en un lugar repleto de fanáticos del Gobierno Militar. Unos años después se fue a España luego de casarse con Gabriela Velasco, que fue de las mujeres más lindas en esos años y tuvo más de una década de éxito continuado en la televisión española.
Insisto en la palabra extraordinario al hablar de Arrocet porque tenía una capacidad inusual de transformarse según el gusto del público, cuando estuvo en España hacía una especie de cameo de Cantinflas y perdió hasta la última mota de gracia para el público chileno. Muchos años después volvió a Viña y lo pifiaron a pesar que en España le iba estupendo. Pero tenía capacidades que nunca vi a otro humorista nacional.
Después pasaron varios otros que eran plato fuerte del festival, Coco Legrand fue el más destacado con sus chistes sobre la clase media. A mi me aburrieron los monólogos en poco tiempo, su humor se basa en libretistas y no tiene ningún talento especial, aparte de ser un excelente productor de sus propios show. Los libretos no siempre han sido graciosos, pero en fin, de gustibus....
Durante los militares también se presentó Jorge Romero "Firulete" que igual trabajaba apoyado en libretistas, era un dinosaurio muy querido y con larga trayectoria en la radio. Su presentación fue muy arriesgada porque el público entonces era caprichoso y exigente pero fueron cariñosos con él y zafó con éxito, aunque tuvo el tino de no volver nunca más a presentarse. Algo parecido pasó con Manolo Gonzalez.
Volvió Coco Legrand después de como 20 años que no se quiso presentar porque le cortaron una transmisión y durante algunos años fue más de lo mismo. Creo que desde entonces el humor fue de mal en peor y por lo que he leído en Twitter parece que este año ya tocó fondo. Dicen que es difícil que pueda aparecer alguien más malo.
Creo que desde hace varias décadas el festival se murió, ahora es una especie de ritual, un zombi que sigue dando plata porque la gente lo ve y lo acepta sin cuestionarlo. Se dice mucho que el público es tonto pero no es así, especialmente en el público joven no intelectual yo noto una aproximación totalmente diferente hacia la tele que los de mi generación y tal vez explica por que esos programas siguen dando utilidades.
Es una idea que todavía no tengo clara, pero creo que le voy a dar un par de vueltas. Durante muchos años los espectadores -digamos- "educados" nos acostumbramos a pensar en la tele como un espectáculo, como ver una obra de teatro o leer un libro. Pero noto que los que nacieron con la tele se aproximan de manera diferente, mucho más acrítica y la consumen solo como un medio para pasar el rato como podría ser jugar a la pelota o a los naipes.
Si vamos a jugar fútbol con los amigos, nadie se enoja si lo hacemos bien o mal porque nadie toma el asunto en serio, no se espera que juguemos como profesionales porque no tiene ninguna importancia. De manera similar, la gente que nació con la tele no la cuestiona y simplemente la consume para pasar el rato, así es que no importa mucho que los humoristas sean mediocres, sin ningún talento, que los reality o los programas de la farándula sean burdos, o estúpidos. Simplemente los consumen de manera casi inconsciente, como cuando alguien come papas fritas sin tener hambre o fuma un cigarrillo.
En fin, la idea la tengo en bruto, pero creo que algo de eso hay. Hasta mañana.
A mí, viña me trae recuerdos lindos de mi adolescencia, Nava Baruchin ganando el 77, una canción muy melódica, el 78 con el triunfo de Ubiergo, la canción de Homero, que ganó el mejor intérprete y la presencia de Chabuca Granda, el tremendo baile que protagonizó The Hues Corporation con su "Rock the Boat", símbolo de la revolución sexual americana, que ya pasaba del hippismo al Hustle. Por supuesto, Bigote Arrocet diciéndole a Ray Conniff que "Besame Mucho" era la canción de la Papa (jejejej), lo máximo. Luego en el 79, ya a colores, la canción de Japón, maravillosa, el triunfo de Braulio, que dese ahí se re consqagró, la presentación de Santa Esmeralda con un nuevo cantante, mucho más fachoso, jajaja, y Matía Bazar, con una Antonella Ruggiero para el infarto (se le puede ver en Youtube en esa presentación), Firulete que salió abucheado, era realmente lo máximo el Festival en aquellos años (cuál de los dos cómicos era el que imitaba al Pinocho diciendo "He llegado hasta Tal Tal..."?)
ResponderBorrarAh, y por supuesto, Horacio Saavedra haciendo un mix de música Disco donde destacaba "Rasputín" de Boney M, jajaja, para morirse de risa.
ResponderBorrarAh ese fue Manolo Gonzales, un cómico de los años 50 que se atrevió a presentar y le fue razonablemente bien. En esos años se hacía humor homeopático a costillas de los militares, esa imitación de Pinochet fue una muestra, otra fue cuando Coco Legrand dijo que "andaba más perdido que boleto de micro en bolsillo de carabinero" (los carabineros no pagan en las micros).
ResponderBorrarSi me acuerdo de Antonella Ruggiero, rica, rica, RICA... ah, me voy a verla enseguida
La calidad de contenidos de la TV decae y no decae porque la sociedad decaiga.
ResponderBorrarLa TV ya no refleja a la sociedad sino solo a los estratos de más bajos ingresos.
Es un círculo vicioso:
La TV constantemente pierde espectadores a manos del cable e internet y se va quedando con aquellos que no pueden pagar esos servicios.
Los que no pueden pagar cable e internet son los estratos de menor cultura.
Como cualquier negocio que quiere sobrevivir, la TV se adapta al gusto de sus clientes. En este caso, bajando el nivel cultural de su programación.
La baja de la calidad de la programación provoca mayor fuga de espectadores.
Esta pauperización de un medio la sufrió antes la radio AM a manos de la TV y de la FM.
Sergio, no estoy tan seguro que tenga que ver con el nivel socioeconómico o educativo, el alto rating del festival o de Morandé con COmpañía me parece que es transversal y por eso son programas que generan mucha plata y los patrocinan auspiciadores con un amplio alcance socioeconómico.
ResponderBorrarRecuerdo que Enrique Maluenda o Juanito La Rivera tenían programas de nicho enfocados a los niveles socioeconómicos bajos con auspiciadores como sabrosalsa Deyco, Poncholindo, Plastigom y otros por el estilo, pero no creo que sea el caso del festival ni de otros programas de farándula. Mi impresión es que son muy transversales.
El rating debe estar inflado para beneficio de todos los que participan del negocio de la TV.
ResponderBorrarLa parte de la torta publicitaria de la TV se ha reducido y en general los programas son más baratos que los de los 80.
Diría que transversalidad queda en los noticieros o eventos como el Festival, partidos de la selección y similares. El resto es para "el pueblo".
Los programas que mencionas eran del horario de la dueña de casa.
Recuerdo una entrevista en que Leo Caprile se quejaba hace algunos años que no podía animar un estelar porque no tenía la alcurnia de Morandé o la facha de Santis o Vodanovic.
Hoy anima estelares porque esas cualidades que no tiene ya no son determinantes.