La obsolescencia programada

Leí sobre la obsolescencia programada hace varios años, antes de que me empezaran a interesar las cosas de economía y lo encontré bastante lógico, en pocas palabras dice que a los fabricantes no les conviene hacer productos que duren muchos años, así es que fabrican con un cierto período de vida limitado para poder venderlo una y otra vez a las mismas personas. El concepto aparece publicitado en este enlace.

Ponían el ejemplo de las ampolletas, y en particular de una ampolleta que está prendida sin interrupción desde el año 1911 hasta ahora, un ejemplo que puede impresionar a alguien que no tenga mucha idea del asunto como era yo cuando lo leí por primera vez.

Veamos por ejemplo esa ampolleta que lleva más de 100 años encendida: difícilmente podría tener un uso práctico en el mundo de hoy porque la luz que emite debe equivaler a una incandescente de 20 Watts o menos, tampoco dicen nada sobre el consumo que -por la tecnología de hace 100 años- es seguramente mucho mayor que una moderna que emita igual cantidad de luz.

Toda la idea de la obsolescencia planificada es engañosa y busca convencer a los que no se molestan en sacar las cuentas. ¿Es cierto que los bienes de consumo en los años 20 se hacían para durar muchos más años que ahora? Claro que si, lo que no se dan cuenta es que la duración de los bienes actuales es menor porque el avance tecnológico hace mucho más cortos los ciclos de vida de los productos.

¿Que sentido tendría fabricar ampolletas incandescentes que iluminan apenas y duran 100 años? Ninguna en un mundo donde las tecnologías cambian en ciclos de 5 o menos años. Con el desarrollo de los LED, la ampolleta incandescente en pocos años más será tan obsoleta como una máquina de escribir o un manipulador de código morse.

Los refrigeradores duran muchos menos ¡lógico! ¿saben cuanta electricidad consumían los Westinghouse de los años 40 con su anticuada tecnología? Mi amigo Daniel tiene uno y el día que saque bien la cuenta estoy seguro que no lo vuelve a enchufar nunca más. Lo mismo se puede aplicar a todos los demás electrodomésticos, vehículos, maquinaria, etc.

Eso explica -por ejemplo- el éxito de la maquinaria china. Los tornos, fresas y demás máquinas de control numérico que usan tecnologías avanzadas no necesitan durar más de 10 años, porque quedan tecnologicamente obsoletas mucho antes. Todavía hay mercado para los grandes tornos de 10 metros fabricados en Alemania o Inglaterra en los años 50, pero solo para unos cuantos trabajos específicos. Lo que incorpora tecnología -o sea casi todo- está sujeto a ciclos de vida mucho más cortos.

Otro ejemplo son los autos. Hasta los años sesenta más o menos, los autos americanos eran masas de fierro y gruesa chapa de acero, muchos de ellos todavía se conservan bien, pero solo en manos de ricos coleccionistas. El rendimiento en kilómetros por litro de esos autos y sus prestaciones son pésimas comparadas con los actuales.

Los que tuvieron auto con carburador saben como era el drama para arrancar en una mañana fría. ¿Que objeto tiene fabricar un auto que dure 40 años? Ni hablemos de las emisiones, los japoneses fueron los primeros en darse cuenta de eso y meter tecnología a los vehículos con lo que necesariamente se acorta su ciclo de vida.

Antiguamente el concepto de "calidad" se asociaba con características físicas que hacian a un producto más durable. Eso cambió a partir de los años 50, hoy eso es lujo, la calidad es la relación prestaciones/precio y cuan bien se adapta a las necesidades específicas de un cliente.

Si nada de esto los ha convencido y todavía piensan que existe una confabulación de los malvados capitalistas para obligar a la gente a comprar una y otra vez sus productos les pongo este otro ejemplo: computadores. ¿A quien le sirve hoy un Atari 800XL? ¿o un disco duro enorme de 1 MB de capacidad? (yo tuve uno). ¿Cual es la importancia de que un computador, calculadora o teléfono celular dure más de 10 años? Ninguna.

Supongo que todavía debe haber algún reclacitrante que sigue pensando en que los fabricantes antiguos eran "más honrados" y hacían productos que "duraban para siempre". Les diré una cosa: todavía hay fabricantes que hacen productos garantizados de por vida y -adivinen que- son sumamente caros. Ese es el mercado del lujo.

Por ejemplo mi cazadora Victorinox, un bolígrafo Cross o una pluma Mont Blanc. Un Rolls o un Bentley todavía tienen garantía que en unos 50 años seguirán en condición más o menos buena, el único detalle es que cuestan un ojo de la cara.

Las personas normales, a las que el cerebro nos funciona bien, instintivamente compramos cortaplumas chinas, bolígrafos Bic o autos Suzuki que sabemos que en 10 años estarán hechos bolsa pero tienen un precio mucho más barato. El lujo de los artículos garantizados de por vida lo dejamos para darnos un gustito o alimentar nuestro irremediable snobismo.

La obsolescencia programada no existe como conspiración, si existiese dejaría abierto un enorme nicho de mercado que otras empresas llenarían en muy poco tiempo. La amenza de muerte al que inventó una ampolleta LED es un cuento chino, absurdo porque las luces LED ya se están adueñando del mercado a medida que bajan de precio, no tiene ningún sentido que alguien amenace de muerte al supuesto "inventor", que probablemente es un mitómano parecido al creador del robot "Arturito".

Lo que si existe es la obsolescencia tecnológica y es fuertísima, cada día mayor por la rapidez con que aparecen nuevas tecnologías. Esa no necesita de ninguna conspiración ni acuerdo, simplemente refleja preferencias de mercado por productos nuevos, con mejores prestaciones y más baratos. Por eso los grandes autos americanos deaparecieron y los Mercedes Benz de este año son sospechosamente parecidos a los Hyundai.

La economía popular está llena de engaños de esta clase, hay explicaciones que -si no las revisamos con cuidado- nos parecen muy lógicas y evidentes, aunque sean las mentiras más grandes. ¿Por que hay gente que miente -y a veces descaradamente- en estas cuestiones? Pregunténle a los Hermanos Parisi, que son expertos en el tema.

Siempre que un tipo parezca más interesado en arreglar los problemas de la humanidad que sus propios asuntos, chequeo a ver si no me está metiendo la mano al bolsillo, los que predican la economía pop son cazadores de incautos, prrrrofesionales.