Casi todos usaban terno y corbata, una corbata ridículamente delgada. Casi nadie salía a la calle sin sombrero, en calle Puente estaba la más famosa tienda de sombreros que se llamaba "Donde golpea el monito". Los jóvenes coléricos -si tenían plata- andaban en motoneta Vespa o Lambretta, en Recoleta la calle era todavía adoquinada y me tocó ver mi primer muerto en motoneta con el craneo destapado frente al cine Recoleta, recuerdo el color de los sesos de un rosado muy vivo. En las fiestas se tomaba Ron o Coñac Tres Palos con Coca-Cola. Los imitadores de los Beatles se dejaban crecer las patillas y se hacían cortar una chasquilla adelante, las mujeres todas con minifalda,
Los rusos pusieron en órbita el Sputnick y luego enviaron al espacio a Yury Gagarin, el primer cosmonauta (los americanos -para diferenciarse- se llamaron astronautas). Esto puso de cabeza a los países no comunistas y especialmente a los Estados Unidos que partieron la carrera con una sucesión de fracasos. El presidente Kennedy dio un gran golpe publicitario en un discurso de 1962 prometiendo que ponría a un norteamericano en la luna en 1989
"...Elegimos ir a la Luna, en esta década... no porque sea fácil, sino porque es difícil... Porque esta meta, servirá para organizar y probar lo mejor de nuestras energías y habilidades..."
El objetivo en esos años era técnicamente una locura. El transistor se habia inventado recién unos pocos años antes y no existía casi ninguno de los materiales que aguantaran un viaje espacial. Cada parte fue una proeza por separado: el traje, el módulo lunar, el cohete Apolo. Cualquier calculadora científica actual tiene mucho más poder de cálculo y almacenamiento que la computadora a bordo del Apolo. Así y todo llegaron a la luna.
Era una carrera a muerte para mostrar al mundo quien era mejor: la planificación socialista o el mundo libre. Krushef fue a los Estados Unidos por esos años en visita oficial y comentó entusiasmado "los dejaremos atrás, aplastados en el polvo". La URSS era una potencia enorme y pujante, con muchos países satélites. Asi todos pensaban que la planificación socialista era teóricamente superior y los que se oponían decían que era mala la implementación, pero rara vez la planificación misma.
Los primeros astronautas debían ser muy aptos físicamente, el proceso de selección era durísimo y la mayoría eran pilotos de prueba con experiencia en la guerra de Corea, como era el caso de Neil Armstrong, además casi todos eran ingenieros y seleccionados por su capacidad para mantener la calma en ambientes extremos.
De no haber existido la fuerra fría ni la carrera espacial hoy no tendríamos el velcro; mucho menos los computadores personales; los paneles solares; los satélites de comunicaciones; el kevlar; la fibra de carbono y ni soñar con Internet solo por mencionar algunas cosas. Sin ir más lejos desde que se terminó la guerra fría, con la caída del Muro de Berlín en 1989, los adelantos fundamentales de ingeniería fueron mucho menos importantes. Todos los grandes avances desde la computación a las comunicaciones se hicieron bajo la amenza de guerra fría.
¿Quien dijo que la guerra era mala? Nada como la amenaza de una guerra para fijarse grandiosos objetivos nacionales para cumplirlos o desaparecer, la llegada del hombre a la luna fue uno de esos objetivos que solo aparecen pensando en la guerra, hoy solo interesa la cultura de las celebridades y los reality show. En una de esas Paul Krugman no estaba tan perdido cuando dijo que la solución a los problemas del mundo sería una amenaza de invasión de los extraterrestres.
Hay mucho, muchísimo de cierto en este comentario, particularmente en lo que se refiere a las "ventajas" de la amenaza de guerra. Pongo por ejemplo cuando absurdamente el por entonces poderosamente militar Perú amenazó dramáticamente y de facto a la escuálida Arica cuando yo, aún siendo civil y con un pasado de dirigiente estudiantil "angélico" (demócrata-cristoide no militante pero por años candidato de ellos porque no tenían buenos líderes capaces de captar al estudiantado), como indiscutido Jefe de la Cirugía de Arica, era el mandamás. Al margen de las atrocidades que se cometieron y se nos ocultaron, los militares sí querían ordenar al país e inicialmente priorizaron jefaturas técnicas meritorias y en el caso de Arica, por encima de los médicos militares de su propio Hospital Militar (y de allí me gané poderosos enemigos que fueron "frenados" de alguna manera por la autoridad).
ResponderBorrarPues casi en secreto venían expertos de Israel a evaluar a nuestras precarias posibilidades en cuanto a a la atención de los heridos y la manipulación de lo que se le informaba a la ciudadanía. Sin sospechar atrocidades hoy muy bien conocidas, los militares me entregaron "poder civil" para definir la gestión de una ciudad horrendamente amenazada. Y ese poder perduró con beneplácito de los militares, pero años después hicieron todo lo posible por eliminar mi gestión y hasta relegarme. No soy un héroe, me refiero a lo vivido sólo para que se entienda que el asunto. Por fortuna para mí, me benfició enormemente y no en el sueldo precisamente. El cuento es largo y los del Ejército terminaron exigiendo que mi cargo fuera asignado a uno u otro médico militar de menor capacitación técnica y (yo diría nulos) en lo que refiere a generar gestiones exitosas. Pero la Fuerza Aérea y la Armada me apoyaron, creyendo aún que los cargos técnicos debían ser ejercidos por personas calificadas y no militantes. Esa capacidad de mando que me otorgaron terminó haciendo posible que mi Servicio fuera un ejemplo para Chile, pero, a mediados de la Dictadura, los militares se pusieron muy presuntuosos y abusivos (crímenes aparte) y angurrientos y mis subalternos militares en el ámbito médico trataron de hacer de mi vida algo muy peligroso si no renunciaba para dejarles espacios para que ellos se pelearan entre sí la jefatura. Tras años de resistirme, la Medicina Privada que abusaba lo indecible de la Ley que la financiaba, una instancia médica entre particular-angurrienta y responsable de la salud laboral, me reclutó con los mismos o más poderes de decisión, pero tras sólo 3 años percibí la perversión de ese sistema, luché y me garabatié con el Gerente General y los obligué a echarme con una mansa compensación financiera que me permitó hacer de mi propia Clínica (por un tiempo no más a falta de ulteriores recursos financieros), el más técnicamente eficiente y mejor dotado nosocomio local por algún tiempo de heroicos esfuerzos (que algunos años después degradamos a la categoría de "complejidad mediana").
Bueno, ese gané yo y más aún ganó Arica gracias al poder entregado por el fantasma de la guerra.
Sigue, porque soy latero...
Cuando éste estaba en su punto máximo, se nos trató de prepararnos para el magno evento (ya mencioné a los israelitas). Pero volviendo al tema de Tomas, recuerdo una frase de un psiquiatra que debía prepararnos para la guerra. Dijo algo así como "la gerra es horrible, pero una experiencia muuuuy enriquecedora para quienes la sufren". Y así fue, como yo lo veo aún hoy: enriqueció de manera tan asombrosa a la medicina local y a un par de jefes técnicos, personalmente, instrumentalmente y en términos de poder, que se consiguió algo inesperado en el ámbito nacional, aunque años después, cuando los militares se empezaron a creer dueños de Chile y capaces de prescindir de la civilidad, lo que nos entregaron pasó a ser una amenaza para ellos si te negabas a dejar de ser Civil. Y en cuanto forzaron a esos personajes a migrar al área privada (era lo que Gobierno quería y a lo cual yo por lo menos me oponía), se inció bruscamente el deterioro de la Medicina Estatal de Arica y eso se incrementó progresivamente cuando llegó la politiquera "Alegría" y llegamos a la situación actual, ya casi irreversible en el ámbito de lo estatal y tal vez mejorable vía privatización empoderada para gestar magnos cambios en la estructura que hoy existe, de capitán a paje.
ResponderBorrarSi la absolutamente indeseable amenaza de guerra se hubiera prolongado por algunos cuantos años más, tal vez la gestión médica fiscal actual no habría conseguido implantarse y los Jefes Técnicos seguirían siendo Jefes despreocupados de amenazas y humillante servidumbre a Jefes Ejecutivos designados a dedo, los que a la vez tienen esa misma perniciosa relación con sus superiores y éstos con el mando máximo. Viviendo en Paz, la eficiencia técnica y de liderazgo se hizo la nada misma ante el nocivo blanco-o-negro del ser uniformado-o-civil.
No se confundan, no dejaré de openerme a nuevas dictaduras basadas en el poder de las armas, pero eso (crímines aparte) es la nada misma comparado con el dañino poder político o "conveniente" en términos de sumisión que terminaron implantando los miliatares y la Concerta. Y por cierto, no quiero más guerras sino priorización de la eficiencia y compromiso personal por encima de cualquier otra consideración. Eso, con las peculiaridades de la gestión estatal, no se volverá a conseguir durante las próximas no-sé-cuántas décadas, ni por los upelientos ni por los momios. Tiene que haber una manera de salir de este hoyo sin una nueva amenaza de guerra, pero no la veo posible...
Una nueva guerra (que no deseo, propongo ni acepto), ordenaría el sistema a corto plazo. Triste realidad. Una guerra interna (privatización de la Medicina estatal) sería como un terremoto y en esas condiciones todo tendría que ser redefinido. Y no hay duda que eso priorizaría a la eficiencia por encima de toda otra consideración, si acaso se lograra racionalizar el lucro vía aportes estatales. Ppodría el Estado ahorrar mucho en cuanto al inmenso costo de la Medicina actual y a la vez hacernos volver al pasado cuando la eficiencia personal era prioritaria...
Tengo que madurar más el tema, pero a priori por ahora creo que toda la gestión médica estatal y municipal volvería a ser eficiente si se privatizara con los debidos resguardos. Es lo que me inspiran mis 43 años de ejercicio en tan diversas y a veces dramáticas situaciones enriquecedoras o tristemente perniciosas..
Los dos proyectos que más han contribuido al desarrollo económico de gringolandia han sido el proyecto Manhattan y el programa Apollo. Ambos fueron un gastadero enorme, sin ninguna aplicación práctica, aunque ambos produjeron spin-off tecnológicos importantes, como los que mencionas. Pero su mayor contribución no fue eso, si no la de formar un enorme grupo de personas altamente capacitadas que después se dispersaron por universidades y empresas formando a la siguiente generación de ingenieros y científicos. Que esa generación se esté muriendo dice mucho de los problemas de gringolandia. Paul Krugman tiene razón.
ResponderBorrarMV
Sin duda, la carrera espacial funcionó como un genial sustituto de la confrontación real.
ResponderBorrarComo en la guerra de Troya, uno puede hacer matar a un montón de gente o puede dejar que los Héroes confronten, Héctor y Aquiles, en justa deportiva. La carrera espacial funcionó así.
Que buenos comentarios, están mejores que la entrada original. La historia que cuenta el Dr. Aguirre sobre la administración del hospital se repitió en muchos otros servicios públicos porque cuando alguien tiene poder se le suben los humos a la cabeza y eso es lo que se vio con los militares y también lo que se vio después, hasta el día de hoy:pobres diablos empoderados, vanidosos que se creen omnipotentes.
ResponderBorrarMe acuerdo del matrimonio fastuoso de un alcalde de Arica, durasnte los militares, y de los negociados que hizo durante su fugaz gestión. Era un Sankan de esos años, después se metió a un partido de derecha y hoy es rector o no se que cosa por el estilo de una universidad privada. La sinverguenzura y la prepotencia son transversales. Mucha gente de esa desembarcó en Arica para el segundo período de Valcarce, no hay que olvidarse de eso. Yo los veía a mediados del 2000 paseándose como dueños de la municipalidad.
Yo creo que todo eso se produce, cuando no hay competencia y los jefes no corren peligro de despido por mala gestión, eso pasa igual en un gobierno de militares, de izquierda o derecha pero otro gallo canta cuando hay que competir con incentivos económicos de por medio. Creo que si no existieran los monopolios estatales habría espacio para muchos proyectos de pequeña y mediana escala de excelencia como fue la Clinica Lautaro. En el esquema actual entre el estado y los grandes consorcios protegidos por la ley las ahogan.
Miguel, buen punto. Los equipos de trabajo que se armaron para la carrera espacial y para la carrera nuclear fueron lo más valioso que salió de la amenaza de guerra.
Ulschmit, claro, la amenaza es igual de efectiva que la guerra real y mucho menos costosa. La amenaza es la que impulsa a competir y colocarse objetivos nacionales grandes que aunque no sirvan gran cosa en su resultado lo que dejan en el proceso puede ser muy valioso.
Lo de las confrontaciones deportivas si que no me gustó, ¡ya me imagino que el Perú nos gane Arica o Argentina se quede con Punta Arenas (fácil) en un partido de pelota!!, además con eso Brasil se hace dueño de todo el continente en poquitos años.
Chile no tiene capacidad industrial porque evitamos embarcarnos en la guerra con usa en 1991.
ResponderBorrarLas guerra no son malas si obligan a progresar técnicamente, como bien lo cuentas en esta entrada
Sin contar que una amenaza de guerra le permitiría al Siniestro Doctor Nervio perfeccionar su Rayo de la Muerte.
ResponderBorrarYa te veo apuntando un cañón de iones con una risa descontrolada y todos alrededor mirando estupefactos
No, no, al contrario: Brasil no invade más territorios porque gana en los estadios. Ya es el mejor!. La última guerra brasilera, la Guerra del Caucho por la cual se quedó con un buen pedazo de Bolivia, fue en 1903 según creo.
ResponderBorrarDespués con ese mismo caucho inventaron la pelota de futbol, los ferrocarrileros ingleses lo difundieron por toda Sudamérica y desde que son virtuosos en eso el Brasil abandonó la política expansiva. Y si a la vinotinto le fuera mejor Chávez ni siquiera compraría aviones rusos. A propósito hubo una guerra del fútbol en Centroamérica, después de un partido entre seleccionados.
¡Claro, entre Honduras y El Salvador en el 70!, el caso es que si decidimos las disputas jugando a la pelota los chilenos estamos fritos, en casi cualquier deporte para ser francos :D
ResponderBorrarCasi nada que ver con el post de hoy, pero me acorde de este articulo de La Cuarta: un 63 por ciento de su muestra no cree que los gringos llegaron a la luna.
ResponderBorrarNo dice como encuestaron digo para robustecer las creencias en la democracia...
Yo lo creo, estoy seguro que casi cualquier opinión que junte al 63% de los chilenos debe ser o una estupidez o una completa ignorancia ;D
ResponderBorrarBueno y por quien votamos para la proxima?
ResponderBorrarJusto terminé mi entarda con las propuestas de los candidato, en 5 minutos más sale
ResponderBorrarNo creo que "la guerra no es tan mala" de hecho lo es y muy mala, debido a que la constante idea de un enemigo puede suprimir derechos de los individuos además de todas las muerte que trae. Lo que gatilla el desarrollo y la constante superación es la competencia, eso y nada mas "competencia". La vida se ha mantenido en la tierra y ha sido exitosa por lo mismo por una competencia
ResponderBorrar