Recuento de nada

Nos juntamos con McDonnell a celebrar el año nuevo a mediodía, ¿por que celebrar en la noche? es una tontera, decidimos que era mejor celebrarlo a las 12 del día. Entre las resoluciones para el 2014 mi orate amigo anunció que va a dejar de beber, a pesar de los muchos y buenos argumentos con que traté de convencerlo para que desista de esa tonta idea. No hubo caso, así es que por lo menos teníamos que hacer un farewell to copete, emborrachándonos como Dios manda.

Convino conmigo McDonnell que como la resolución corre a partir de mañana, hoy era justo y necesario tomar los últimos vasos de alcohol así es que nos fuimos al Shop-Dog donde consumimos tres pitcher (1 pitcher=2 litros) de cerveza al hilo. Cuando mi amigo iba a pedir el cuarto pitcher le dije que era hora de moderarse, así es que nos movimos al Café del Mar y nos tomamos las dos últimas copas de vino blanco, un poco afirulados pero que diablos. De allí me fui a dormir siesta bien cufifo y recién vengo despertando cuando me di cuenta que no había escrito mi tontera díaria. Entonces aquí voy.

Ah, no hay mucho que decir, ¿un resumen de lo que hice en el año por ejemplo? no hice nada, justamente conversábamos sobre eso con McDonnell en medio de los pitcher de cerveza, según el estandar americano los años deben ser como una escalera y cada uno se debe subir un peldaño más alto, no fue mi caso. Pero igual fue un año estupendo, sigo con buena salud y no he tenido grandes preocupaciones. Conversaba anoche con un amigo, que se va a quedar pronto sin trabajo con el cambio de gobierno y le decía que no hay para que preocuparse, Krishna proveerá, no me creyó mucho pero me parece que esa obsesión por la plata es lo que enferma a las personas.

Yo hace años que dejé de hacer planes y tener ambiciones, la ambición es una especie de enfermedad que ocupa tiempo y energía ¿para que? alguna vez gané bastante plata y no es nada de otro mundo, la plata viene y se va.

Aunque pensándolo bien hice algunas cosas este año que termina. Pasé casi todo el año leyendo y estudié un montón de cosas, así es que tengo cierto capital acumulado que me podría servir para algo en caso de apuro: el saber no ocupa lugar.

 Recuerdo que a principios de año andaba loco con la idea de los cursos online, en el CFT de la universidad me contrataron para que hiciera un proyecto sobre eso con informes y presentaciones. La última presentación fue ante la Junta Directiva y el presidente -que había sido profesor mío muchos años atrás- dijo algo así como "la idea es muy interesante pero ¿como puedo saber que no me conviene más colocar esa plata en el banco y ganar los intereses? lo vamos a estudiar". Y nunca más se supo.

Bueno, seguramente el profesor había hecho un cursito de evaluación de proyectos y le quedó en la memoria eso de los intereses bancarios, pero el curso debe haber sido malo o no lo entendió bien, porque el criterio para decidir si se entra o no a un nuevo negocio no es comparar con el interés bancario, sino que se trata de determinar si el negocio agregará o no valor a la misión institucional. Lo del interés es cuando se tiene tomada la decisión y se barajan varias alternativas para implementarla.

En el momento no quise insistir y fue una buena idea, porque tiempo después negocié con la Fundación de la Universidad para que me prestaran la plata que después pagaría con cursos. Y como se dijo se hizo, compré los aparatos, encontré las plataformas, hice mis primeros cursos, hice unos cursos para la fundación y ya tengo los equipos pagados.

Todavía no empiezo a ganar plata y los cursos que he hecho no son ninguna maravilla, pero empecé. Los alumnos, principalmente de cursos gratis, son al día de hoy 1.096 de Udemy, 1.557 de Tareas Plus, 304 en Floqq y 21 en Tutellus, es decir casi 3.000 alumnos de más de 15 países. Creo que no está mal y con el tiempo empezaré a hacer cursos mejores y a vender la producción de cursos que es algo que ya manejo más o menos bien. Me he divertido y capaz que hasta empiece a ganar algo de plata ¿que más se puede pedir?

Y fin del recuento, ahora empieza la estúpida charada de todos los años, la seudo-cena familiar, los falsos abrazos y toda esa comedia absurda, es una de las pocas ocasiones en que me arrepiento de no estar viviendo solo, pero que hacer, es lo que hay.