Bachelet y la hipocresía: mi ejemplo con manzanitas

El gobierno sangra en el suelo
Es el mejor momento para atacar al gobierno. Ahora que el Servicio de Impuestos Internos está echando pie atrás y no quiere perseguir penalmente a Soquimich por los mismos cargos que está persiguiendo a los dueños de Penta. Nunca antes -que yo recuerde- un gobierno había caído en contradicciones tan groseras entre lo que dice y hace en un mes y lo que hace en el siguiente, están metidos en un papelón impresentable por culpa de su propia torpeza.

Y no les ha salido gratis, en El Mercurio aparece una encuesta con pésimos resultados en cuanto a la credibilidad del gobierno, hay que esperar la CEP pero me parece que la cosa se está poniendo apocalíptica. ¿Como llegamos a esto?

Una idea genial, que no era tanto
Todo empezó con un director del SII audaz y no muy inteligente, por decirlo de manera amable. Se le ocurrió que la mejor manera de seguir la tendencia de la OCDE para combatir la elusión la genial idea de tomar al grupo de empresas que financia las campañas de la UDI y -con la colaboración de fiscales y prensa adicta- armar una gran persecusión que los presentara como corruptos y falsificadores. Para esto inventaron un nuevo crimen tributario, la "falsedad ideológica" que ya comenté en una entrada anterior, no les voy a dar la lata de nuevo.

Al principio todo funcionó a las mil maravillas, porque justo se dio la coincidencia que al gerente general de Penta Hugo Bravo lo habían echado porque estaba involucrado en una gran estafa tributaria, pero los políticos no necesitaban a Bravo sino a los dueños de Penta, a ellos había que convertirlos en criminales. Así fue como inventaron lo de la falsedad ideológica como delito tributario.

La muchedumbre enardecida
Tan bien funcionó el asunto que enardecieron a toda la opinión ignorante gracias a una campaña donde participaron todos los medios que le deben algo al gobierno, y los que no también ¿a quien no le interesa crucificar a los ricos y famosos? eso si que vende. Inclusive allanaron con gran publicidad la casa de Andrés Velasco, ex ministro de hacienda de Bachelet ahora convertido en crítico. Todo parecía funcionar y la operación parecía genial, hasta que el diablo metió su cola.

Apareció el torpe negocio del hijo y la nuera de la presidenta, entonces de un día para otro la veleidosa muchedumbre le dió vuelta la espalda y empezó a desconfiar de los cuentos. En el juicio a Penta, el fiscal Gajardo, inspirado por el SII y pasado de revoluciones se le ocurrió extender el concepto de "falsedad ideológica" como un crimen tributario, haciendo apasionados alegatos con preceptos morales y todo eso, que encantaron a la galería pero estaban abriendo la puerta a una monstruosidad jurídica.

Por que la falsedad ideolófiga es un crimen tributario ficticio
Mi ejemplo con manzanitas
Como está de moda explicar con manzanitas y otros más estúpidos que yo lo han hecho, explicaré a continuación como se puede consumar el crimen nefando de la falsedad ideológica.

1.-La propuesta de negocio
Supongamos que yo estoy cesante (eso en realidad no es una suposición sino un hecho) y tengo mi amigo Jorge que tiene una importante empresa exportadora de cuchuflís, a quien le subieron el impuesto a la renta y no le hace maldita gracia pagar más. Entonces me llama y me propone el siguiente negocio: que yo le haga una boleta de honorarios por 10 millones de pesos por una asesoría económica o computacional, que son mis giros. Como sabe que yo soy un flojo sin remedio, no le haré ninguna asesoría pero me pagará el millón de pesos correspondiente al 10% de la retención y me pasa 500 mil cash para que me compre unas cervezas. Yo acepto encantado, me tomo mis cervezas, en abril me devuelven un millón y mi amigo rebajó sus ganancias en 10 millones que era justo lo que necesitaba para quedar bajo el tramo afecto.

2.-Nos cae la teja
Pasa un año y alguien que le tenía mala a Jorge lo denuncia, viene un fiscalizador a mi casa y me pregunta si efectivamente hice esa asesoría. Yo como soy un mentiroso descarado digo que si la hice, si existe un estado de derecho y nadie abusa, el fiscalizador se volverá a su oficina tranquilo buscando algo mejor que hacer.

3.-Me meten a la jaula
Fíjense que mencioné el estado de derecho ¿por que? Imagínense que yo me metí con la señora del fiscalizador y este me tiene un odio parido, entonces me denuncia al ministerio público donde justamente me toca un fiscal que le pusieron los cuernos con este servidor y me acusa de falsedad ideológica, me presenta como un peligro para la sociedad y el juez, que normalmente no tiene mucha idea de nada pero también me vio haciendo ojitos a su mujer me mete en prisión preventiva por considerar que soy "un peligro para la sociedad" en base a las penas teóricas que podría tener si se probara fuera de toda duda que yo no hice el trabajo.

Un pequeño cambio en la historia
Ahora imaginemos esta otra situación, el paso 3 queda igual pero la propuesta fue distinta, Jorge necesitaba la asesoría y yo me pelé el lomo durante 6 meses en asesorarlo para que resolviera sus problemas, o mejor todavía, no trabajé mucho pero le di algunos consejos que valían esos 10 millones o más. Luego viene el fiscalizador y me exige que yo pruebe que hice el trabajo. No tengo como probarlo y me voy a la jaula siendo perfectamente inocente.

¿Se dan cuenta por qué mencioné el estado de derecho? resulta que si no existe la presunción de inocencia y los fiscalizadores, fiscales y jueces se pueden guiar por sus resentimientos personales, o por la presión de la muchedumbre como ocurre en el caso Penta, me pueden meter a la cárcel a mi y a quien se le ocurra sin ningún problema ¿han pensado lo peligroso que puede ser eso?

Por eso el SII tuvo que retroceder 
Cuando apareció la "arista Soquimich" en la investigación, donde hay cientos de esas boletas en situación similar a las de Penta, que involucran a gente del gobierno, la oposición y probablemente la misma presidenta, a quie a todo esto se le conocen a lo menos tres facturas "a todas luces" ideológicamente falsas, se estaba abriendo la puerta para una situación completamente fuera de control.

Los demagogos ahora están felices, a todos les llegó el espíritu de la moralidad y del caiga quien caiga, pero no se imaginan que si volvemos a la época de la guillotina empezarán a aparecer los Robespiere y todo va a terminar en un baño de sangre tan inútil y estéril como fue la maldita Revolución Francesa.

Hipocresía
Y todo esto se produjo y se mantiene por esa característica tan nuestra que es la hipocresía. La presidenta como ya todos sabemos es hipócrita, dice una cosa y hace otra, miente según le convenga tal como todos nosotros. Eso probablemente no es novedad, pero la histeria moralizadora que produjo su fallida "Operación Penta" se le esta devolviendo contra si misma. Nada peor que los maniqueos.

La salida a esto se ve difícil pero en algún punto van a tener que cortar el escándalo y detener esta seguidilla de juicios de mentira, cuyo único efecto neto ha sido desprestigiar a todo el mundo. El costo para el gobierno, que tendrá que parar el asunto en algún momento, va a ser enorme. Total, ellos mismos se lo buscaron.

P.D. A propósito encontré un buen fallo de la Corte de Apelaciones de Valdivia al rspecto, les recoiendo verlo para opinar con alguna base sobre el asunto.