La Lista de Schindler de Soquimich

El precio de la fama. Un amigo me avisa que salgo en una página de la Policía de Investigaciones, vendiendo zapatillas con mi cédula de identidad y todo, solo por curiosidad pasé a echar un vistazo y aunque no encontré mi nombre si encontré dos páginas falsas de la PDI en Facebook, ambas muy burdas. Si los clonan a ellos ¿como no me van a clonar a mi? sinceramente me sentiría un poco ofendido si no lo hacen. De hecho ya tengo a lo menos dos páginas clon: Juan Tomás Bradanovich Pozo y Juan Pozo Bradanovich, que no tienen nada que ver conmigo, sin contar con unos estafadores que usan mi nombre para ofrecer "préstamos".

En fin, no digan que no les advertí, mi política es mantener públicos todos mis datos y si algún sinvergüenza los ocupa no es mi problema, si alguien les vende zapatillas, les ofrece un crédito o cualquier otra estafa por el estilo usando mi nombre ni sueñe con denunciarme, yo no tengo nada que ver así es que perderá su tiempo y su plata porque yo no tengo donde caerme muerto. Si bien es cierto ya tengo una especie de mini-fama, no me enojaría tener ahora un poquito de mini-fortuna, poquito nomás que sea.

El moralismo que aplastó a los santurrones
Esta es una de las cosas más extraordinarias que he visto en toda mi vida. Cuando llegó Bachelet por segunda vez al poder -esta vez con su grupo de amigos- todos ellos convencidos de poseer una moral superior, una visión más pura y generosa de como debía ser el país, indignados contra los abusos egoístas de los poderosos de siempre, tuvieron un éxito enorme en la opinión pública. Pero esto duró muy poquito y tuvo una consecuencia completamente inesperada.

Instalaron con gran éxito una idea que desde hace años han venido machacando con fuerza al chileno medio: que somos víctimas de los poderosos y que lo malo que nos pasa es por culpa de abusadores que tienen más poder que nosotros. Esta idea fue colocada con tanta eficacia en las personas comunes que -finalmente- empezaron a buscar quienes eran esos malvados que estaban abusando de ellos. Imagínense con que se encontraron. Hasta los ochentas, si a alguien le iba mal buscaba en que se había equivocado y trataba de arreglarlo, pero a partir de los noventas lo normal fue buscar a quien echarle la culpa.

Ser moralista es muy riesgoso, porque se necesita ser impoluto y ningún ser humano está libre de pequeñas o grandes sinvergüenzuras, esa es nuestra naturaleza, claro que hay maniqueos que se mueren sin entender esto que es tan evidente, racionalizando sus propios defectos, esa clase de tontos es la que llegó al poder junto con Bachelet y por eso mismo se frieron en su propio aceite.

Bastó con que encontraran que el hijo de la presidenta ganaba millones usando el nombre de la mamá y que su mami le echó una manito, para que Bachelet quedase sepultada en el descrédito. Ahora cada vez que habla la mayoría de la gente piensa ¿como puede ser TAN hipócrita?.

Cosas así han ocurrido desde siempre con los políticos y la gente siempre lo ha aceptado. Aylwin protegió y respaldó a sus sobrinos en el escándalo millonario de Codelco; Frei indultó a un amigo que fue pillado en el mayor narcotráfico de su época: Lagos tuvo involucrados a buena parte de su fmilia y amigos en escándalos y fraudes al fisco; Piñera nunca dejó completamente de lado sus intereses económicos cuando fue presidente. Y ninguno e los nombrados se desacreditó al nivel de Bachelet. Ella misma en su primer período tuvo más escándalos de corrupción que todos los gobiernos anteriores y terminó con un 80% de aprobación ¿que pasó ahora?.

El detalle está en la retórica. Ni Aylwin, ni Frei, ni Lagos, ni Piñera instalaron un discurso moralizador porque todo político sabe lo peligroso que es el maniqueismo. La gente común rara vez entiende lo que opina y en general repiten lo último que han leído o escuchado, pero algo que les causa furia ciega es ver a los hipócritas, pontificando descaradamente. Ese sentimiento atávico se resume en la frase típicamente chilena "¿este cree que soy.... tonto?".

Todo empezó como jugando, por una estupida idea de Jorrat en el SII, cuando se le ocurrió que mientras investigaban el "fraude al FUT" podían aprovechar de involucrar a los dueños de Penta y a los políticos de la UDI y RN que eran financiados por esa empresa. Eso habría sido una brillante idea siempre y cuando ningún político de gobierno hubiese pedido un solo peso a las empresas, pero como se vió muy pronto fue la estupidez más grande.

La lista de Schindler de SQM
Los secretos no son fáciles de mantener y al poco tiempo se destapó que Soquimich había pagado sueldos -indirectamente, vía un recaudador de fachada- a muchos políticos del gobierno. Si hasta allí la cosa iba mal, mucho peor fue cuando se descubrió que el propio director de impuestos internos Michel Jorrat y el ministro del interior Peñailillo habían recibido sueldo de Souimich, vía palo blanco, mientras trabajaban en la campaña de Bachelet, en otras palabras Soquimich los mantuvo durante la campaña ¿a cambio de qué?.

Ahora apareció una prima de Bachelet y una asesora del minsitro del interior ¿saben quienes son los único que tienen la lista completa de beneficiados? Bingo: Ponce Lerou y Contesse, bien guardada en sus escritorios o caja fuerte. Les apuesto un brazo que la irán filtrando gota a gota hasta descubrir a cada uno de los falsos santurrones, como corresponde. Uno por uno, por falsos.

Esto se soluciona solo
Don Ramón Barros Luco, gran presidente de los años de la República Oligarquica, decía que hay dos clases de problemas: los que se resuelven solos y los que no tienen solución. La "Operación Penta", que supuestamente iba a exterminar a la UDI, tiene al gobierno hasta el cuello y prácticamente todos los políticos serios están de acuerdo en que ahora hay que desmontar todo el maldito asunto. Esto al gobierno le va a costar sangre, trabajos, sudor y lágrimas.

La derecha beneficiada
Creo que de todo esto la derecha saldrá ganando. El electorado tradicional de derecha es más informado y se afectará menos con la histeria colectiva. De Piñera todos esperan sinverguenzuras, probablemente esa es la razón por la cual ni lo han mencionado y no debería ser mayormente afectado. Con Matthei es un poco más complicado porque ha optado por la indignación moral y el caiga quien caiga, esa es una decisión imprudente porque la deja muy vulnerable al descrédito por la más mínima cosa rara que le encuentren. O es muy inocente (tonta) o está muy confiada, podría ganar o perder mucho, yo creo que comete un gran error.

Vienen las municipales el año próximo, una variable incierta es el surgimiento de nuevos moralistas, manos limpias, anti corruptos etc. confío en que no va a pasar nada con esos oportunistas y los que se elijan van a durar menos que un candy. Todavía recuerdo a un político peruano famoso por su campaña moralizadora durante el primer gobierno de Alan García, se llamaba "Popy" Olivera y terminó muy mal, así terminan todos esos. En fin, ya veremos.