La paella del pueblo y el asalariado obsoleto

El domingo nos juntamos para pasar el mal rato. Se acercaba el día de la infamia, también conocido como día del trabajo y los trabajadores. ¿Existirá algo más indigno que el trabajo asalariado? Lo dudo, este remanente de la esclavitud que casi todos aceptan mansamente, como cosa buena y necesaria es -a mi modo de ver- una nueva esclavitud, voluntaria, motivada por la ambición y el miedo al futuro, los trabajadores deberían ser condenados a trabajos forzados.sin sueldo por viles, tal como en los tiempos antiguos, cuando los que perdían una guerra se convertían en esclavos forzados.

La cosa es que a mis amigos se les ocurrió hacer una paella, que en el camino se nos fue desviando de la receta clásica, al final terminamos con una especie de paella acholada, muy rica. Le echaron pollo, mariscos surtidos, pulpa de chancho, varios tipos de longaniza, camarones, caldo de pollo, pimentones, ají panca y rojo, arroz de grano medio y un montón de cosas que ya ni me acuerdo, quedó riquísima. Es increíble lo que se puede conseguir con un buen fuego de leña de olivo..

Sobre este día infame les recomiendo que lean el brillante análisis que hizo José Piñera cuando era ministro del trabajo y anunció la creación del sistema de AFP en los ochentas, lean y aprendan: como convertir trabajadores en propietarios

Platon explicó el asunto de la división del trabajo muchos años atrás, pero como escribía tan enredado su explicación pasó más o menos desapercibida. Creo que fue en La República donde colocó que las necesidades básicas de las personas modernas: comer, vestirse, hacer una casa y cosas así, ya no podían hacerse de manera auto suficiente como en la época de las cavernas, así es que cada cual se especializó en algo y se crearon las ciudades. Tuvieron que pasar varios siglos para que Adam Smith explicara los mismo con más claridad y belleza en su ejemplo de la fábrica de agujas, la división del trabajo es la base de toda la economía.

Lo que a mi más me choca es el concepto de salario y asalariado, Marx tenía claridad que se trata de una nueva forma de esclavitud voluntaria, aunque su solución fue espantosamente mala en el diagnóstico no andaba muy perdido, el trabajo asalariado es alienante porque se pierde el vínculo entre el esfuerzo y el resultado: al asalariado le pagan lo mismo si produce poco o mucho y el empleador tiene que pagar igual si su empleado produce mucho o poco, entonces los incentivos racionales son a trabajar lo menos posible por el mayor sueldo, de parte del empleador y de producir lo más posible por el menor sueldo de parte del empleador.

Esto no significa que los trabajadores y sus sindicatos sean unos sinvergüenzas aprovechadores, ni que los patrones sean unos pulpos,que quieren agarrarlo todo, es simplemente que existe un conflicto que la relación laboral asalariada, tradicional, no logra resolver de la mejor manera, entonces las dos partes actuan obedeciendo a sus respectivos incentivos, así es como llegamos a la situación del Fundo de Talca, donde casi todos los trabajadores son ladrones y casi todos los patrones abusadores, es la consecuencia lógica de un problema cuya solución ha ido quedando obsoleta, el trabajo asalariado es -cada día más- una institución obsoleta.

Porque hasta mediados del Siglo XX funcionaba bastante bien, desde que la Revolución Industrial reemplazó al feudalismo la relación patrón-asalariado funcionaba en beneficio mutuo, porque el asalariado ganaba seguridad (por lo que sacrificaba su libertad, como siempre) y el patrón ganaba lealtad. Eran los años en que alguien podía entrar a una empresa siendo adolescente y si trabajaba duro, era correcto y sacrificado, podía ir aprendiendo los secretos del negocio e ir "haciendo carrera" con el paso de los años, hasta llegar a ser un alto empleado o gerente, las personas entraban a la empresa estableciendo un compromiso de lealtad parecido a ese de los que se casan por toda la vida y si no fallaba, la empresa le daba más y más oportunidades.

Eso dejó de existir hace mucho tiempo. Las empresas gracias a la tecnología son mucho más productivas, dinámicas y ya es irrelevante tener a empleados que "conozcan el negocio como la palma de su mano", el conocimiento se ha ido haciendo más común, accesible y con eso se va desvalorizando, conocimiento ya no es poder, es un commodity nada más.

La división del trabajo ha hecho ahora que la gente no ascienda dentro de una empresa, si hace su trabajo bien ¿para que ascenderlo? Mejor contratar a otro con las competencias necesarias para que lo haga bien desde el principio, los asalariados se tienden a especializar en su trabajo y por eso tenemos las oficinas de Google donde los ingenieros trabajan con sus mascotas, mesas de ping pong y todo eso ¿Google lo hace porque son muy buenos? Nada de eso, lo hacen para que los ingenieros no busquen ascender y no quieran cambiarse a otra compañía por más sueldo. Miren, aunque no parezca esta es una oficina de Google, que permite tener contento a un ingeniero, trabajando por menos plata de lo que le ofrecen las otras empresas

Los fundadores de Google han probado ser muy inteligentes y se dieron cuenta del problema de la alienación del trabajo asalariado, a su manera lo están enfrentando pero no hay soluciones mágicas, incluso trabajar en una falsa casa rodante puede resultar aburrido con el paso del tiempo.

La tecnología está matando al trabajo asalariado de manera acelerada en todos los campos. La administración pública, la defensa y seguridad son nichos donde todavía se ha podido mantener la inamovilidad de trabajadores asalariados, por una combinación entre presiones sindicales y veladas amenazas, pero a la larga también terminarán cayendo.

Cada vez más existe la posibilidad de que robots reemplacen trabajos humanos, el Ejército de Chile tiene la que probablemente es su unidad más poderosa acá en Arica,la 1ª Brigada Acorazada Coraceros, que no tiene ni un solo conscripto voluntario, solo soldados profesionales, especializados y probablemente son muchos menos de los que trabajaban en los noventas, cuando yo instalaba mis programas en el ex Regimiento Dolores, las personas son cada vez menos necesarias en los puestos de trabajo y ese es un estupendo ejemplo.

Los sindicalistas que hoy se reúnen, largan discursos y agitan banderas son anacrónicos, solo buscan provecho personal y ventajas de corto plazo que van a acelerar el proceso de muerte del trabajo asalariado que ya está en marcha, todavía quedan unos pocos corderitos inocentes que creen en ellos, que se pudran porque sin darse cuenta van corriendo en dirección al abismo de los cesantes inútiles, , peor para ellos.