Mi bola de cristal

Uno de los problemas serios que nos está dejando el largo ciclo de gobiernos de la Concertación son la cantidad de reformas que se hicieron por puro voluntarismo político y que tarde o temprano tendrán que ser desmanteladas, Hay una corriente de opinión -superficial a mi modo de ver- que dice que será imposible desmantelarlas por el nivel de complejidad que han alcanzado y por la cantidad de intereses creados que han crecido en torno a ellas, eso me hace recordar a la gente muy razonable que a principios de septiembre de 1973 decían que los militares jamás darían un golpe de estado en Chile.

Lo bueno es que las reformas son hoy muy impopulares, que solo un limitado grupo de intelectuales de cóctel las defiende. Lo normal es ver a la gente común reclamando desde hace años contra "la puerta giratoria de los tribunales", "el desastre de Transantiago", "los impuestos y leyes del trabajo que trajeraron ruina y cesantía" . Ahora, en la medida que se vaya implementando la ley de inclusión escolar y los padres vayan experimentando sus efectos puede que la indignación llegue a un punto tal, que será políticamente rentable eliminarlas todas, sin necesidad de estados de excepción.

Porque los resultados han sido tan malos que es de sentido común indignarse, ni siquiera hay ideología en esto, es una percepción de sentido común tan fuerte que ha hecho su primer milagro: que a alguien tan antipático y limitado como es Sebastian Piñera le estén empezando a encontrar gracia e inteligencia.

A mi me gusta hacer predicciones y debo reconocer que algunas no se me han cumplido, a estas alturas el "dólar a luca" a 4 años por ejemplo se ve bien improbable, yo gané mis ahorros con el precio alto y ahora los estoy gastando -gota a gota- a medida que el precio cae, creo que me equivoqué.

Pero sigo creyendo que tengo buen olfato, en muchas otras cosas le he apuntado así es que voy a escribir mi predicción ahora sobre Sebastian Piñera, para poder decirles en cuatro años más por acá mismo "¿no ven? Se los dije", decir "se los dije" es un gusto grande para cualquiera. En fin, es cortita así es que sin más preámbulos, aquí voy:

Lo primero no es muy novedoso, creo que Piñera tiene la elección en el bolsillo. Todo puede pasar en política, pero me parece que está corriendo solo, su endiablada buena suerte lo ha hecho de nuevo y los candidatos de izquierda con que compite son tan malos que sería un milagro si siquiera se le acercaran. En particular Alejandro Guillier que al principio parecía tan potente resultó lamentable como candidato.

De los demás competidores de izquierda ni hablar: Beatriz Sanchez, Enriquez Ominami, Carolina Goic no tienen nada, ni ideas ni credibilidad, nada. Es un milagro que a Piñera le haya tocado competir con gente tan mala. Bueno, también está mi candidato, José Antonio Kast, por quien votaré en primera vuelta que es mil veces mejor que Piñera, pero por su condición de Llanero Solitario, sin recursos, tiempo ni equipo, lo esperable es que saque muy pocos votos.

Creo que Piñera va a tener una luna de miel más larga de lo normal, podría ser unos seis meses o más, pero cuando muchos de sus votantes se den cuenta que su situación personal sigue exactamente igual que con Bachelet, empezará la desilusión, Creo que a fines de su primer año de gobierno habrán muchos desilusionados.

Hay que tener en cuenta que va a gobernar con su grupo de amigos y gente de confianza, además que se verá obligado a la austeridad fiscal por lo menos durante los dos primeros años. Entonces la multitud de oportunistas que, pensando que por trabajar en la campaña tendrían un espléndido trabajo fiscal -al estilo Bschelet- no solo se van a desilusionar sino que se pondrán furiosos.

A partir del segundo año la cosa se le va a poner cuesta arriba. Yo pensaba que podía haber cambiado y aprendido de sus errores del primer gobierno, pero me parece que no es así, sigue igualito y ahora está ensoberbecido por la corte de aduladores que no tuvo en su presidencia anterior. El Síndrome de Hubris puede ser cosa seria esta vez.

Como Piñera genera antipatía de manera natural y espontánea, apenas desaparezca la ilusión que llegará con una varita mágica a resolver los problemas de la gente, empezará la presión sobre su gobierno. Y si hay algo para lo que no está preparado es a soportar la presión popular, ese es su punto débil y los opositores lo conocen perfectamente: no cuesta nada ponerlo de rodillas con agitación callejera y rural.

Claro que no todo será malo porque Piñera es -lo he repetido muchas veces- incomparablemente más honesto y mejor administrador que cualquiera de los otros presidentes que hemos tenido desde 1990. Yo se que muchos ignorantes lo odian y creen que es una especie de estafador porque el juez Correa Bulo lo sometió a proceso, decisión que no aguanto el correspondiente recurso de amparo. La decisión de Correa Bulo fue arbitraria y abusiva en derecho, pero gracias a eso se ganó su asiento en la Corte Suprema, así andan las cosas en Chile por estos años.

Su programa de gobierno lo escribió el guionista de la Isla de la Fantasía, es un engaño burdo porque todo el mundo sabe que no tiene los pantalones para recortar gastos como promete, apostaría un riñon del Tomás Jr. a que esas fantasías nunca van a pasar del papel. Claro que habrá crecimiento, por mejor administración y menos robo, pero jamás habrán los recortes que anuncia. El estado seguirá con su mochila de plomo de zánganos, se los doy firmado.

Lo que si podría lograr es un aumento en la inversión extranjera, modesto eso si, porque ahora tenemos más competencia que nunca desde Argentina y Perú, que se están convirtiendo en países atractivos para los inversionistas.

Mi impresión es que Piñera en 2021 se irá desprestigiado con la gente desilusionada y furiosa. Eso es esperable pero como siempre existe el gran peligro que el desprestigio hacia la persona de Piñera se convierta en un desprestigio hacia las ideas de orden, meritocracia y libertad, que todavía son muy fuertes en Chile.

Y aquí aparece la importancia de José Antonio Kast en los años que vienen. Tiene el liderazgo, las ideas y el entusiasmo para levantar una alternativa potente a los actuales partidos de derecha, que son una especie de zombies. Kast tiene cuatro años para levantar un partido como lo hizo Jaime Guzman con la UDI en los 80-90, no hay ningún otro con ese potencial y si no aparece esta derecha alternativa todo puede pasar en 2021. Hasta Navarro podría ser presidente, porque el actual auge de Piñera es un "veranito de San Juan" que va a durar menos que un helado en el trópico.