¿No será demasiado obvio?

Leía la columna del senador por Arica y Parinacota, José Miguel Insulza, donde propone la creación de una nueva comuna para Arica en la Población ex- once de septiembre. Desde hace años que andan grupos de vecinos pidiendo que la ex-once se convierta en comuna, eso implicaría la creación de una nueva municipalidad y muchos empleos públicos que, como ya sabemos, tienen sueldos en promedio casi un 30% más altos que sus similares en el sector privado.

Otros piensan ingenuamente que esto traerá prosperidad o más servicios, etc. Pero sobre todo existe el interés en la creación de un centro de poder político que significa poder disponer de una nueva comuna, ese es el verdadero motor de la propuesta, lo demás es verso.

El senador Insulza -que tuvo gran cercanía con el alcalde de San Ramón Miguel Aguilera- sabe perfectamente lo que conviene disponer de una alcaldía con lealtad absoluta, porque en San Ramón se recolectó el grueso de las firmas que permitieron que el Partido Socialista se inscribiera en el Registro Electoral hace un par de años. El modelo de esa alcaldía durante el mandato de Aguilera, controlada por narcotraficantes y ladrones de vehículos, mostró ser un brazo político potente y probablemente muy rentable en lo económico para los involucrados.

Yo no tengo ningún reparo contra el narcotráfico, creo que la compra venta de todo tipo de drogas debería ser legal y lo he escrito muchas veces acá mismo, consumí bastantes drogas en mi dorada juventud y pienso que el noventa por ciento de lo que alegan los nuevos puritanos es por estupidez e ignorancia. Sin embargo hay una cara muy fea del tráfico de drogas, derivada justamente de la persecución que la ha convertido en un negocio fabuloso, eso ha atraído a mafias que no solo se dedican ai tráfico, sino a corromper y cometer toda clase de crímenes de verdad, de manera violenta e impune.

En la Municipalidad de San Ramón, uno de los lugares de mayor pobreza y delincuencia en Chile, se podía ver como simples funcionarios y sus parientes paseaban por el barrio en Camaros y Mercedes del año, con las balaceras en la población La Bandera y los arsenales guardados en casa de un funcionario municipal.

Esa misma casa que aparece como la dirección de la licencia de conducir de un ex ministro o subsecretario de Bachelet -no recuerdo bien que cargo tuvo Elizalde. En la foto (Ciperchile) vemos a Miguel Angel Aguilera,  a José Miguel Insulza y Pedro Jaque, guardaespaldas del alcalde, durante una reunión por la campaña senatorial anterior de Insulza. Adivinen quien es Jaque, en verdad me daría un poco de julepe estar sentado en esa mesa.

Esa foto es parte de un interesante reportaje llamado Los negocios del alcalde Aguilera que están en la mira de la UAF y la red de poder que lo encumbró en el PS. La prensa dice de manera hipócrita que "una banda de narcotraficantes se infiltró burlando todos los controles en la municipalidad...", que mentira más descarada, nadie se infiltró, las más altas autoridades eran los narcotraficantes y ladrones. No se infiltró nadie, los delincuentes estaban adentro desde el principio.

Y eso es algo que no quisiera para Arica, ni muerto. Mis queridos conciudadanos ya fueron lo suficientemente huemules durante la elección de senadores, pero se titularían en la Prestigiosa Universidad de los W si permiten ahora la creación de la segunda narco-comuna de Chile, en la ex-once de septiembre. No cuesta nada y están dadas todas las condiciones, el sector ya es un activo centro de microtráfico, estamos al lado del Perú donde la droga puede entrar con facilidad y para que hablar de Bolivia. Solo les falta la protección política de alto nivel. Si los ariqueñitos caen en el cuento no solo se van a graduar, sino que se van a doctorar en la Universidad de los W.

Y no digan después que no les avisé, es demasiado obvio lo que se está pasando.

 P.D. Leo las opiniones de mis amigos ariqueños sobre el asunto y no puedo dejar de recordar esta imagen