Las acusaciones de acoso sexual

Esta historia me la contó una amiga que es profesora. Resulta que en el Servicio Municipal de Educación de Arica -se llama DAEM no se por qué- hubo problemas hace un tiempo cuando despidieron a la encargada de Recursos Humanos, que había presentado un reclamo contra un Sr. de apellido Ojeda, presidente del Colegio de Profesores y además concejal, porque estaba cobrando platas que no le correspondían. Después de un mini escándalo la funcionaria fue despedida y del asunto de las platas nunca más se supo. Probablemente está en alguno de esos sumarios eternos que al final no llegan a ninguna parte.

Al parecer el Sr. Ojeda no quedó muy contento con el asunto, tampoco el alcalde Sr. Espíndola que responsabilizaron al Director del Servicio por apoyar el reclamo de esta funcionaria. Poco tiempo después, el Director encontró un chat del alcalde o algo así, abierto en el computador de una secretaria del servicio, donde consultaba "cuanta plata costaría sacar" al Director, ante lo cual este se querelló, me imagino que por acoso laboral o algo por el estilo.

Resulta que el Director no era nada querido por los profesores, que llenaban las oficinas pidiendo licencias por uno o dos días. Como pasaban toda la mañana en eso en lugar de estar haciendo clases, habían constantes discusiones cuando el Director los mandaba de vuelta a sus lugares de trabajo. Cuento corto, se echó al Colegio de Profesores encima y repentinamente fue separado de sus funciones con motivo de un sumario, donde lo acusan de acoso sexual y acoso laboral. Eso yo también lo leí en el diario hace un par de semanas, si mal no recuerdo.

Me cuenta mi amiga, que ahora las oficinas del DAEM pasan repletas de profesores que van a presentar sus licencias médicas y aprovechan de tomar cafecito toda la mañana, ¿los alumnos? Bien gracias. Volvió a reinar la paz y todos están felices, porque con el gato afuera los ratones están de fiesta.

No se hasta que punto esta versión que me contó mi amiga se ajusta a los hechos, pero me lo contó como anécdota y por supuesto no tiene nada que ganar ni que perder con eso, solo salió en una conversación casual. Yo tampoco tengo velas en ese entierro pero me pareció una historia ilusrativa de como se mueven las cosas en los servicios municipales y en general estatales: sinverguenzuras, falsas acusaciones, venganzas y el triunfo de la mediocridad son pan de cada día en nuestras oficinas públicas.

A mi lo que me preocupa son estas "denuncias" que vienen floreciendo como callampas desde hace algún tiempo, no solo para despedir gente sino para manchar su reputación y causar sufrimiento a las familias. Basta que alguien sin escrúpulos, o varios, se presten para dar "testimonio" sobre supuestos acosos que ocurrieron hace años y que ahora -oportunamente- los recordaron, justo cuando hacía falta despedir a alguien sin tener que pagarle.

Recuerdo el caso de un buen amigo que en primer gobierno de Piñera fue autoridad y lo despidieron por el solo "testimonio" de un junior que lo acusó de racismo porque le habría dicho "negro". Nadie escuchó, no hubo testigos pero el asunto salió en el diario y con eso bastó para que lo despidieran. Otro amigo también fue acusado de "acoso sexual" en esa misma época, también se fue para afuera. Claro que eran autoridades políticas, en este caso se trata de un funcionario de carrera, así es que probablemente les va a salir algo más difícil.

Pero quisiera llamar la atención a la situación que estamos llegando, donde basta un "testimonio" para enjuiciar y sentenciar a alguien, particularmente a los profesores, curas y cualquie otro cargo donde exista autoridad. Según las estúpidas feminazis y otros orates de esa clase, basta con un testimonio para la condena. A ese punto hemos llegado. Pero aunque no exista condena, existe el daño que causa la difamación, es un daño que no solo afecta a la persona sino que a su familia completa, fíjense por ejemplo en el caso de Fernando Villegas, donde ni siquiera fue necesario un sumario ni un juicio, con el expediente fascista de una funa bastó para que sus cobardes empleadores lo echaran.

El año pasado, comentando un escándalo en la Facultad de Humanidades y filosofía de la Universidad de Chile yo escribí la entrada Profesores y Alumnas, creo que puede ser instructiva, al menos es así como yo veo esta situación, que se está haciendo cada día más peligrosa. Estas denuncias pueden ser un recurso muy útil para deshacerse de personas molestas, pero se podrían fácilmente volver en contra, solo imaginen que sale alguien diciendo que cuando niño fue abusado o tocado por un alcalde o por un diputado en funciones, es algo que le puede pasar a cualquiera y creo que los que deciden usar esas cosas deberían pensarlo diez veces antes, por el asunto ese del tejado de vidrio..