Más empresarios y menos emprendedores

Ya escribí de esto antes ¿habrá algo de lo que no haya escrito? pero creo que hay ideas que merecen ser repasadas de vez en cuando, esto de los "emprendimientos" es una maldita moda de la que todos hablan pero prácticamente nadie entiende de qué se trata así es que no está demás revisar otra vez de que se trata.

Que es un emprendimiento
Primero entendamos que es un verdadero emprendedor. Casi podemos contrlos con los dedos de la mano: Amazon, Google, Facebook, Twitter, Uber, BnB ¿Alguno más? No se me ocurre, claro que hay muchos clones, derivados de la idea de Amazon o desarrollos tecnológicos nuevos basados en modelos de negocio tradicionales (Microsoft, Apple, Intel). Igual podríamos contarlos como emprendimientos.

Los emprendimientos exitosos a largo plazo son rarísimos, es más fácil sacarse el premio gordo de la lotería que tener éxito y ganar plata con un emprendimiento. Muchos de los que se han hecho billonarios en esto nunca produjeron utilidades y solo han ganado haciendo la pasada, creando una empresa que genera expectativas para después venderla bien antes de generar un solo peso de utilidades.

Hay empresas como Facebook o Twitter que nunca han dado utilidades, pero el valor de sus acciones ha crecido astrnómicamente porque los inversores confían que en algún punto empezarán a ser rentables y crearán muchísimo valor, es lo que llaman "monetizar la idea". Esto ha creado una segunda forma de emprendimiento: la empresa como producto.

La empresa es el producto
Una empresa normalmente se dedica a vender uno o varios productos o servicios y de eso obtiene utilidades, es valorizada por los inversionistas -potenciales compradores de sus acciones- según que tan buen negocio reslta invertir plata en ella. La lógica nos dice entonces que mientras más utilidades tenga la empresa, mayor será su valor. Pero no siempre es así.

El valor de la empresa tiene que ver con el valor de sus acciones, o el capital que consige atraer. El precio de las accones lo pone el mercado, es decir la gente paga lo que creen que estas acciones valen y eso no siempre tiene que ver con las utilidades.

Por ejemplo si yo invierto en una empresa que no tiene utilidades hoy, pero creo que podría tener utilidades enormes en el futuro, podría estar dispuesto a pagar mucho por comprar acciones en ella ahora, con la esperanza de ganar mucho más en el futuro, ese es el valor de empresas como Apple por ejemplo, cuyas utilidades son la mitad de su rival Xiaomi, pero el valor de sus acciones es astronómicamente más alto.. A veces se paga por el valor presente y otras veces por la expectativa de valor futuro.

La empresa se vende entonces como si fuera un producto, no por las utilidades que genera sino por lo que los compradores estiman que podría generar. Un mprendimiento es, normalmente, una empresa que no genera utilidades pero el emprendedor trata de convencer a la gente que invierta en ella -compre acciones o parte de la propiedad- con la esperanza de hacer un gran negocio cuando empiece a irle bien. De eso se trata.

Por eso los emprendedores venden a su empresa más que sus productos, esto se presta para toda clase de engaños y crea un montón de incetivos perversos. Normalmente el emprendedor no trabaja con capital propio sino con la plata de inversionistas a los que ha convencido que su empresa es maravillosa, entonces no arriesga nada. Muchos emprendedores no ponen capital ni tienen acciones de su propio negocio, trabajan con capital de los demás, claro que se asignan grandes sueldos y una importante participación en las utilidades, si es que llegan a haber. Esto los lleva a ser mucho más arriesgados ya que están jugando con capital ajeno.

Alguna clase de estafa
Muchos emprendimientos terminan siendo alguna clase de estafa, ofrecen crecimiento que está muy por encima de las posibilidades reales del negocio. Si son bien vendidos y la gente les cree, permiten ganar muchísimo al emprendedor. Por ejemplo Tesla Motors de Elon Musk ha estado muchas veces al borde de la quiebra, ofrece productos con prestaciones exageradas o falsas, invierte muchos millones en marketing indirecto,en propaganda disfrazada de reportajes y cosas por el estilo. Así mantiene la confianza de los inversionistas y sigue subiendo el precio de sus acciones.

En 1997 Wenceslao Casares junto con un amigo juntaron 10 mil dólares y fundaron Patagon, un emprendimiento de finanzas personales en la web. Salieron a buscar inversionistas y consiguieron 1 millón, luego 8 y más tarde 53 millones de dólares, hasta que apareció el Banco Santander y les pasó 528 millones de dólares como aporte de capital para desarrollar su idea: Después del desastre Casares dijo:

"Nos dieron un cheque en blanco y no supimos aprovecharlo. Hoy puedo decir que en dos años tiramos a la basura 270 millones de dólares y no logramos absolutamente nada de lo que les prometimos a los españoles".

"Lo siento amigos, perdimos todo". Ese es el ejemplo típico de un emprendimiento, la gran mayoría de los emprendedores terminan en lo mismo porque sus ideas de negocio normalmente son un cuento, una estafa o una ilusión.

Cuando se metió el estado
En Chile, durante los años noventa llegó Fernando Flores con el asunto de los emprendimientos, el mismo había vendido un cuento con sus teorías de comunicación en la empresa y un software llamado "El Coordinador" que al parecer era tan inutil como el proyecto "Synco" durante la Unidad Popular, pero tuvo buena prensa y lo vendió bien. Hizo la pasada.

Amparado en que -según él- había ganado mucha plata aplicando sus ideas, trajo a Chile la receta para convertirnos en un país del Primer Mundo: en lugar de exportar cobre, fruta, salmones y celulosa deberíamos dedicarnos a producir emprendimientos, es decir a vender cuentos e ilusiones como él lo había hecho. Los políticos le compraron y nuestra Corporación de Fomento para la Producción, que nadie sabía que hacer con ella ni para que podría servir, se convirtió en una agencia financiadora de emprendimientos.

Y así tenemos ahora este verdadero culto al cuento, al engaño, a la plata fácil del estado, las fiebres del "emprendimiento". Veo concursos de emprendimiento donde el gobierno le ofrece plata gratis a los ganadores ¿los proyectos? Mermeladas caseras, cámaras web, artesanías, pseudo proyectos sociales.. Dios bendito, si esos son emprendimientos yo soy más inteligente que Bill Gates y tengo más pelo que Robert Plant. Andrónico Luksic, dueño de la fortuna más grande de Chile, abrió su propio "concurso de emprendedores" ¿Qué diablos es toda esta ridiculez? ¿De verdad alguien cree que esas pavadas nos van a ayudar al desarrollo económico?.

Lo que en realidad necesitamos
Son pequeños empresarios, pero empresarios de verdad, que arriesguen su propia plata y que cuiden su inversión como hueso de santo, no los imberbes estafadores vestidos a la moda, que andan buscando zorzales para estafar y se dicen "CEO" o "fundadores" de no se qué "compañía". contando cuentos en una jerigonza típica de esos pajarracos.

Necesitamos gente que aprenda que vender, vender y vender son los tres primeros mandamientos del que quiere ganar plata en buena lid, pero vender sus productos o servicios, no vender humo ni cuentos de empresas maravillosas que nunca han generado ni un peso.

Basta de cuenteros y envidiosos
¿Cuando el gobierno dejará de financiar a zánganos, cuenteros y dedicará esa plata a lo que realmente se necesita, que es formar empresarios? Primero abrirles mercados, ayudarlos a vender. Segundo capacitarlos en administración y ventas, si no aprenden a vender no sabrán nada útil. Tercero enseñarles a adminsitrar la plata de una manera práctica, realista, en lugar de hacerles absurdos "planes de negocios" enseñarles a presupuestar todo, a controlar la caja y a evaluar las inversiones.

Mis cursos gratis "Habilidades gerenciales para pequeños empresarios" y "Empresas individuales en mercados de subsistencia" enseñan eso y unas cuantas cosas más. Quienes deben enseñar son empresarios, no profesores, los profesores no saben donde están parados en auntos de negocios, a lo más que pueden aportar es en asuntos de administración.

Necesitamos más empresarios y menos emprendedores, con los políticos ya tenemos suficientes embaucadores, es hora de poner en valor la actividad y el tremendo aporte que hacen los empresarios al país, los de verdad, que arriesgan su propia plata, que venden productos y servicios que sirven a la gente y que dan trabajo a otros como asalariados. Llevamos años menoscabando a los empresarios, ya basta de cuenteros y envidiosos.