64 añitos

Un año más, un año menos. Todavía no estoy seguro si lo celebraré o lo pasaré en mi seudo-oficina, la "Fortaleza de la Soledad", haciendo honor al nombre, tengo helando una botella de champaña un vaso largo y harto hielo para tomármela solito y de una sola vez. Si celebro o no depende de imponderables, la alineación de los astros y cosas así. En cualquier caso estoy preparado para todo y si no celebro hoy lo haré cualquier otro día, tengo tiempo si es que no me muero antes.

Hace tiempo que Google me venía avisando que debería hacer una limpieza y pensé que sería buena idea hacerlo justo antes de mi cumpleaños, para empezar el año limpio de toda culpa, para ello bajé un respaldo de todo lo que tiene Google en mis sitios y me encontré con la friolera de 93 gigabytes. Solo en el correo tenía 19 gigabytes de texto, lo que significa varios cientos de miles, tal vez millones de mails.

Con solo saber mi contraseña, alguien podría tener a su disposición no solo todos esos mails, sino que todos los documentos, conversacioenes, miles de fotos, cientos de videos y toda clase de cosas sobre mi. Si tuviese teléfono celular, en Google estarían grabados también cada uno de mis desplazamientos, todos los días, durante años, entre otras cosas. Basta que alguien sepa mi contraseña para acceder a todo eso y aunque "lo borré" de Google, tengo pocas dudas que ellos lo mantienen bien guardado en alguna parte porque espacio les sobra y pueden tener acceso fácil e indexado a cualquier dato específico dentro de esos 93 Gb. Solo es cosa de tener el label correcto.

Viendo esto, no me cabe duda que la "Operación Huracán" fue -al menos técnicamente- exitosa, existe esa cantidad de información, existieron las conversaciones grabadas de la ayudante del fiscal ¡que sigue trabajando en la fiscalía como si nada! me parece más que claro que se trató de una vendetta de la Fiscalía y un encubrimiento enorme, es una opinion que tengo muy clara.

Pero volvamos al cumpleaños. En el año 2001 escribí sobre mi cumpleaños 46, cuando ya me estaba empezando a sentir viejo. Esa entrada la he usado como en dos o tres refritos y la cito cada vez que cumplo años. ¿Saben por qué? Porque sigo sintiendo exactamente lo mismo, palabra por palabra, aunque hayan pasado 17 años todo sigue igual.

Bueno, no voy a celebrar, o mejor dicho, si voy a celebrar, pero a mi manera, hoy, partimos:

Ya se que tomar champaña rosé es medio gay, pero que diablos, es lo que tenía a mano, además es mi vida ¿ya? .

Solo como un dedo, como a mi me gusta, no se escucha volar una mosca. Arica en general es silenciosa y mi barrio es una tumba de noche, lo único que se escucha -a veces- es cantar algún grillo o ladrar un perro, a lo lejos. Cuando elegí la casa -me demoré como cuatro años- hubo cosas que no sospechaba pero después fueron aparciendo como gratas sorpresas, la tranquilidad y el silencio son regalos que no tienen precio, me permiten leer tranquilo e inventar todas las tonteras que a diario se acumulan en este Templo del Ocio.

Esa es una de las mil cosas afortunadas que he tenido en la vida, que digo, cien mil o millones. Pero uno nunca está satisfecho, "I cant get no satisfaction" dice la canción, por eso me paso quejando que no tengo suerte, que soy fatal y que todo lo que hago me sale mal. ¡Que estupidez! ¡Como no voy a tener suerte! El solo hecho de estar vivo, sano y que no me duele nada, solo eso es una suerte enorme.

Ayer conversaba con Tom Wilke, a quien aprecio harto aunque no creo mucho en sus ideas, que siempre le estoy discutiendo y cuestionando, pero el dice ago muy cierto: "la ambición es el camino a la locura", en eso si que le encuentro razón, hace años dejé de tener ambiciones, pensé que ya había hecho lo mejor que pude y seguramente no iba a conseguir mucho más que eso, todo lo que llegara en adelante sería un regalo. Ahora mismo estoy abriendo mis regalos, que son la mucha gente que me quiere, o al menos me tiene buena, ese es el regalo más grande de todos. No necesito nada más y con eso ya puedo estirar la pata tranquilo.

Claro, uno nunca deja de tener ambiciones. me gustaría tener más estabilidad financiera y todo eso, pero eso es lo bonito, las ambiciones nos hacen ponernos metas y -aunque pueden ser estupideces- lo pasamos bien cuando tratamos de alcanzarlas. Alan Watts lo explicaba muy bien, el decía que cuando uno va a un concierto no le interesa solo el final, sino todo lo que dura la música, eso es lo que uno disfruta, en la vida pasa lo mismo, no es lo que uno consigue lo que interesa, sino lo entretenido que es mientras trata de conseguirlo. Yo tengo un montón de ambiciones, pero ojala no las alcance nunca, porque lo mejor es lo que pasa mientras uno trata de alcanzarlas.

Bueno, bueno, bueno, mis queridos amiguitos. Podría seguir horas y horas escribiendo las tonteras que pasan por mi cabeza en esta memorable ocasión, pero ya se terminó la champaña y no quiero aburirlos, solo decir una última cosa: si hay algo que aborrezco son las "felicitaciones" de cumpleaños, así es que les copio lo que puse en facebook y que aplicaré también en este Templo del Ocio: prometo no contestar a niguna felicitación, aqui va lo que puse en Facebook