Ocupadísimo

Bueno, he andado muy ocupado haciendo un montón de cosas perfectamente nútiles, la que me ha tomado más tiempo es que estoy corrigiendo el borrador de la traducción del Tao Te King, que retomamos con mi amigo Tom Wilke, aprovechando que de nuevo anda por estos lados, es un trabajo de chinos y a veces me parece que no voy a terminar nunca, pero lo más pesado ya lo hicimos y ahora me queda el "trabajo de mina" como solía decir mi buen amigo Mario a eso de ocuparse de los diez mil pequeños detalles, pasar y repasar hasta que la traducción quede más o menos decente. Me parece que vamos por el buen camino, si quieren ver el trabajo en progreso lo pueden leer aquí.

Otra cosa que me ha mantenido ocupado es completar mi investigación genealógica sobre la familia, bueno, no podría decir "completar" porque si quisiera completar todos mis parientes hasta las 33 generaciones que he llegado por una rama, ¡tendría que ubicar a 8.589.934.592 parientes! Casi 8 mil 600 millones de personas, es increíble porque son solo 33 generaciones (2 elevado a 33, pude sacarlo gracias a Google) . Si consideramos que la población total de la tierra son solo unos 7 mil millones, la cantidad de parentela es enorme.

En alguna parte yo dije que si bien es cierto yo soy extremadamente flojo eso ocurre solo con las cosas que no me interesan, cuando algo me interesa puedo llegar a ser obsesivo  el trabajo detectivesco de buscar y organizar ancestros me está pareciendo cada vez más interesante, porque me lleva a conocer historias y cada vez que encuentro el hilo de una nueva generación es un triunfo que me pone muy contento. Llevo algo más de 10.000 parientes registrados y trazados con precisión, estoy bastante seguro que los links son correctos y todos concuerdan.

Ahora estoy ordenando la forma de presentarlo, he organizado todo en tres blogs,  uno para la rama materna, otro para la paterna y un blog desde donde se puede encontrar todo, que se llama Genealogía de la Familia Bradanovic Pozo. Para que vean lo obsesivo qu puedo llegar a ser, solo miren el momtón de hojas que llevo acumuladas con datos de mi familia. Lo que más me entretiene es conocer las historias antiguas de familiares, como la de

Don García, el prepotente
Los Hurtado de Mendoza, marqueses de Cañete, los tengo trazados desde Juan Hurtado de Mendoza, primer señor de Cañete en 1490, mucho antes de la conquista de Chile, era una familia muy cercana al rey y por lo mismo poderosa. Casi cien años después, nace don García Hurtado de Mendoza, cuyo padre fue nombrado Virrey del Perú así es que se las arregló, con solo 21 años, venir a las Indias y hacerse nombrar Gobernador de Chile.

Pero desde hace varios años en la gobernación de nuestra pobre capitanía, se venían turnando don Francisco de Villagra y don Francisco de Aguirre, que eran enemigos a muerte, no se podían ver. Y llegó el mocoso de don García, quien lo primero que hace es mandar a apresar a ambos, antes que alcanzaran siquiera a saludarlo.

Don García era famoso por su carácter iracundo, prepotente y soberbio, nadie lo soportaba porque tenía esa característica tan propia del noble español, para quien la nobleza era sinónimo de ser abusador. En lugar de ir a Santiago o La Serena, se fue a establecer directo a Concepción, lugar que los araucanos arrasaban regularmente. Pero don García estaba bien conectado así es que llegó con más de 500 soldados full equipo. Cuando pasaron por La Serena todos quedaron asombrados por la cantidad y calidad de los equipos, e inmediatamente les pusieron un sobrenombre: los emplumados.

La cosa es que establecido en Concepción, después de duras y brillantes batallas les dió duro a los araucanos. Primero apresó a Galvarino y mandó a que le cortaran una mano, Galvarino puso la otra y el verdugo no se hizo de rogar, le cortó ambas. Lo devolvieron a su tierra manco, pero siguió participando en todas las peleas hasta el final de sus días. Los soldados de don García en tra acción apresaron a Caupolicán y lo ejecutaron haciéndolo sentar sobre una pica. Triste fin.

Como se estaba destacando demasiado y nadie soportaba su carácter de mocoso altanero, no tardó en aparecer la envidia y la maledicencia, otra característica muy española y chilena, que conservamos hasta hoy hacia cualquiera que sobresalga: lo acusaron de ladrón a la primera oportunidad, que fue cuando a su padre lo sacaron de virrey. Recién entonces don García se dignó a aparecer por Santiago, ciudad que nunca había conocido, y después de algunas escaramuzas y quites se terminó volviendo a España.

En la metrópoli ya se movía como pez en el agua, gracias a su poderosa familia y se las arregló para congraciarse directamente con el rey Felipe II, quien sin más, lo nombró virrey del Perú. Volvió justo para el auge de la minería de la plata de Potosi, así es que su virreinato anduvo de las mil maravillas. Ayudó con tropas y expediciones contra los araucanos, quienes recibieron nuevamente varias palizas pero, siendo porfiados siguieron con sus alzamientos y malones por varios siglos.

Después de seis años de exitoso virreinato, aunque las acusaciones de ladrón y abusador se multiplicaron pero no llegaron a tocarlo,  don Gacía pidió permiso para volver a la Madre Patria donde estiró su aristocrática pata el 4 de febrero de 1609 a la avanzada edad de 74 años, quedando en la historia como uno de los grandes virreyes ¿quien dijo que no había que ser prepotente? Él debe haber sido el inventor del dicho ese -tan españolísimo- "autoridad que no abusa, pierde su prestigio".