Qué puede hacer la gente común y corriente

Creo que esto es algo que -de un tiempo a esta parte- nos hemos preguntado todos más de una vez ¿qué puedo hacer yo, una persona sin poder ni influencia de nada para cambiar esta locura en que estamos metidos? Para explicarme mejor, les pasaré a describir

La locura
Creo que siempre han existido políticos que abusan de su poder, pero desde el gobierno de Ricardo Lagos, cuando el presidente se comportó como un delincuente común, pagando coiimas en efectivo, en un sobre, a sus colaboradores más cercanos, la situación ha ido escalando hasta llegar a lo que se podría describir como una casa de locos.

Luego del asunto de Lagos, del cual salió impune y cubierto de fama de gran estadista, parece que los parlamentarios se dieron cuenta que tenían facultades para fijarse a si mismos remuneraciones y privilegios tan altos como se les antojara. Hasta ese momento los parlamentarios recibían una "dieta" o ingreso monetario más o menos equivalente a la de un ministro de estado, además de unos pocos privilegios como entradas gratis al estadio y otros espectáculos, movilización y cosas por el estilo. Pero a partir del año 2000, más o menos, empezó una carrera vertiginosa por auto asignarse ingresos millonarios, asignaciones extraordinarias y privilegios de toda clase.

No las voy a enumerar para no aburrirlos, solo diré que, si ajustamos por paridad de poder de compra, la suma de los ingresos que se han fijado para si mismos nuestros parlamentarios son, lejos, muy lejos, los ingresos más altos que en cualquier otro país, incluyendo los países más ricos del mundo.

Esto es una locura, es imposible e insoportable para nosotros, las personas comunes y corrientes, especialmente porque estos millonarios ingresos son pagados por la plata que nos sacan a nosotros a la fuerza, con multitud de impuestos y contribuciones y, lo que es peor, han tenido que establecer nuevos y mayores impuestos para financiar esta vida de príncipes, que hacen que cada día abran menos empresas. No solo nos estrujan con impuestos a nosotros sino también a las empresas que, como consecuencia, se generan menos y peores fuentes de trabajo.

Si un gobierno no genera las condiciones para que existan cada vez más empresas y cada vez más trabajo, se convierte en un expoliador de las personas comunes, y eso es lo que tenemos ahora, algo que se ha venido gestando desde hace algunos años: un gobierno de ladrones y expoliadores. La gente que trabaja como empleados públicos, en los escalafones menores, ven que hay personas -parientes cercanos, amigos, amantes, etc. de políticos importantes- que reciben sueldo todos los meses sin ir a trabajar, aunque parezca insólito, yo mismo conocí a hijos de concejales -que es uno de los puestos más bajos de la política profesional- recibiendo sueldo por años sin ir a trabajar un solo día. No quiero imaginar como será con los familiares de los parlamentarios.

Sueldos pagados por nuestros impuestos, lo que es peor, como no alcanza con los impuestos el gobierno ha tenido que salir a endeudarse. La regla del superavit fiscal pasó a la historia en el primer gobierno de Bachelet y con el mismo ritmo con que se han ido enriqueciendo los políticos, la situación económica del país y de todos nosotros, la gente común que los financia, se ha ido empeorando. Díganme si no vivimos en una situación de locura.

No es nada nuevo
Bueno, no es tan difícil hacer autopsias y creo que este análisis que acabo de describir lo hemos hecho tal vez todas las personas comunes y corrientes que vemos con impotencia  como un puñado de sinvergüenzas se están forrando y dándose la gran vida a costa de la ruina actual y futura de todos nosotros. No es primera vez que pasa esto en Chile y el estado de indignación, el sentimiento sordo de tomar venganza contra estos ladrones ha ocurrido varias veces antes.

Cuando la situación explota a veces es para bien y otras vece para mal. Cuando Ramón Freire fue director supremo de Chile (1823-1826) hubo una anarquía terrible y un carrusel de sinvergüenzas parecido a lo que pasa hoy. Lo mismo cuando Arturo Alessandri sale elegido presidente en los años 20 y el congreso se asignó un aumento de dietas en medio de la ruina acelerada del país.

El gobierno de Freire provocó una guerra civil que terminó con la ruina política de los pipiolos -promotores de la anarquía y el robo- por muchos años. Esto trajo el régimen portaliano que -con altos y bajos trajo orden y prosperidad al país por más de 80 años, lo que nos distinguió en una época en que todos los gobiernos cercanos se debatían en la anarquía y la desunión. Pero lo bueno nunca es eterno y a partir de Alesandri Palma Chile se vuelve a fregar por los siguientes 50 años, en lo que podríamos llamar "la República Socialista" que terminó con Salvador Allende.

Que hacer
No cuesta mucho diagnosticar el cáncer, lo difícil es curarlo y creo que todas las personas que vemos en la locura en que estamos metidos nos preguntamos lo mismo: que diablos podemos hacer, no siendo políticos y sin tener ningún poder, para salir de esta maldita situación de abuso. Cuando estaba Allende el país se arruinó, lo que hizo posible el golpe militar que volvió a restaurar el orden y la prosperidad al estilo portaliano, que nos es propio. El problema es que nos queda un largo camino para arruinarnos completamente al punto de un nuevo golpe o guerra civil, que son las maneras tradicionales en que la cosa se restaura cuando la situación llega al límite.

Uno, como persona normal y corriente se pregunta si sirve de algo votar cuando los políticos han ido deformando el sistema para hacerse elegir aunque saquen votaciones insignificantes, cuando manejan masas de gente ignorante, estúpida, resentida y comprable, para que les den los pocos votos que necesitan para eternizarse en el poder.

El voto individual es inútil,  el año 2016 lo expliqué en la entrada llamada Tu voto no importa, no sirve de nada. Entonces parece que no hay nada que hacer, hasta quejarse es eunuco porque no ganaremos nada aunque nos quedemos roncos quejándonos.

Pero si se puede hacer algo y es organizarse políticamente al margen de las camarillas de mafiosos y aprovechadores que son hoy nuestros políticos profesionales. Por eso me alegró saber que José Antonio Kast (parece que) finalmente se decidió a hacer un partido político con todas las de la ley. Yo discrepo de muchas de las ideas de Kast, soy decidido defensor de legalizar todas las drogas y no comparto casi ninguno de sus valores morales, pero hay dos cosas que me llevan a firmar por él y a tratar de ayudarlo a ojos cerrados.

Una que es el primer -y único- líder político que ha aparecido desde la muerte de Jaime Guzman. Todos los demás políticos profesionales son de una mediocridad aterrorizante, cuando no son ladrones, aliados de bandas de narcotraficantes, estafadores, en fin, lo peor de nuestra pobre sociedad. La otra razón es que dejando a un lado los temas valóricos -que a mi en realidad me importan una diez milésima de callampa- me identifico perfectamente con sus ideas, tenemos un enemigo común que es el progresismo y eso para mi basta y sobra como para apoyarlo.

Que me digan adonde hay que firmar nomas, yo haré un sacrificio y me levantaré temprano, para estar primero en la fila. Vamos Kast, tu puedes arreglar este entuerto. Esto es algo que si puede hacer la gente común y corriente y -con un poco de suerte- puede ser que hasta resulte..