12 septiembre 2019

Historia de la social democraia 4: la mutación al progresismo


Como vimos en la entrada anterior, la época de oro de la Social Democracia fue entre 1935 y 1970, más o menos, cuando tuvieron acaparado el prestigio académico y un aparente éxito económico irrebatible, con la riqueza producida después de la postguerra. Esos fueron los años en que el pensamiento social demócrata fue mainstream en gran parte del mundo.

Con Vietnam empiezan los problemas
Hasta John F. Kennedy todo parecia andar sobre ruedas, pero fue una guerra local ruinosa (Vietnam) la que empezó a descubrir las grietas de la teoría keynesiana. En lugar de estimular la economía, el enorme gasto público de la guerra empezó a deteriorarla aceleradamente, Lyndon Johnson dejó un gobierno con problemas y no logró ser reelecto, ganó en cambio el republicano Nixon, que al final gobernó con políticas clásicas de la social democracia, un caso muy parecido, años después, fue G. W.. Bush en la guerra contra los Talibanes. La cosa es que Nixon terminó con la economía muy debilitada lo que mostraba que las políticas social demócratas ya no estaban funcionando como se esperaba.

Y también en Europa
En Europa comenzó a verse lo mismo. El socialista Mitterand terminó mal en Francia, Willy Brand fracasó en Alemania tratando que le aprobaran cada una de sus propuestas de presupuesto, antes de salir del poder en medio de un escándalo. En Inglaterra Clement Attle terminó también con un fracaso económico y social, siendo reemplazado por Churchill, seguido por otros tres primeros ministros conservadores.

Lo que pasaba es que la droga del Estado de Bienestar y la economía keynesiana siempre surtía los mismos efectos: una euforia inicial -cada vez más corta- y luego la resaca que traía de vuelta el poder a los conservadores. En España, muchos años después ocurrió algo parecido, cuando el PSOE copó el poder a poco de la muerte de Franco, pero los gobiernos de Gonzalez y Zapatero terminaron en medio de desprestigio y deterioro.

La silla musical
Entre 1970 y 2019, llevamos casi 50 años de gobiernos predominantemente ortodoxos y conservadores -o al menos que se declaran así- interrumpidos por intentos esporádicos de volver a las recetas de la Social Democracia que, en ciclos cada vez más corto han terminado en medio del desprestigio y el deterioro económico. El último y más notable de estos intentos fue el gobierno de Barak Obama en Estados Unidos. Igual que en una silla musical.

Aparece el progresismo: John Rawls
En 1971 el inglés John Rawls escribe su libro "Teoría de la Justicia", que es una vuelta de tuerca a las ideas de la social Democracia y -a mi modo de ver- planta la semilla de lo que hoy conocemos como "Progresismo".

No hay una sola libertad, son varias
El libro de Rawls parte etableciendo la "prioridad de la libertad", por encima de la igualdad y otros bienes, Con eso elude los argumentos anti igualitaristas que son muy fuertes y difíciles de rebatir. El truco está en que define la libertad de una manera muy especial. Para Rawls la libertad no es simplemente hacer lo que a alguien se le da la gana, ateniéndose a las consecuencias, que es lo que las personas normales entendemos por libertad, sino que habla de "varias clases de libertades, que pueden entrar en conflicto". La palabra "libertad" se encuentra 804 veces en el libro de Rawls co sea 1.5 veces por página, incluida la portada, el índice y todo eso.

Por medio de esa cuchufleta aprovecha para introducir, después de muchos rodeos, el igualitarismo, concluyendo que la desigualdad es injusta porque atenta contra ciertas "libertades", recordemos que él no habla ya de la libertad que todos conocemos sino de varias libertades distintas, entre ellas algunas que él -de manera arbitraria- define como "libertades básicas". 

El velo de la ignorancia
Rawls propone revivir las ideas de el "Contrato Social" de Locke y Rosseau partiendo de una situación que el llama "el velo de la ignorancia" donde nadie parte desde una situación que el considera injusta, o sea con parcialidad a su favor.  Al final las ideas de Rawls terminan asimilandose perfectamente con la Social Democracia por un camino de argumentación distinto, pretendidamente "liberal".

Justicia como imparcialidad
Define la justicia como "imparcialidad" y para que esta imparcialidad exista no basta con dejar competir sin dar preferencia a nadie, porque existe el factor "suerte", que introduce una parcialidad injusta, de allí que propone "corregir" la mala suerte con redistribución y todo lo que ya conoceos del socialismo.

La sociedad multicultural
Otra cosa importante en las idas de Rawls es la importancia que asigna a la sociedad multicultural, que no la entiende solamente como  que diferentes culturas no debe agredirse, sino que el estado debe actuar de manera activa para que dentro de cada sociedad hayan más culturas diferentes. Para Rawls es "malo" que exista homogeneidad cultural en una sociedad. En fin, el libro Teoría de la Justicia está gratis en Internet y se puede descargar de aquí.

La semilla del progresismo
Creo que todas esas ideas son la semilla de la mutación que tomó la Social Democracia desde hace unos años a esta parte y son el fundamento teórico de lo que hoy conocemos como "Progresismo". Obvio que como en toda ideología, el progresismo que se aplica y traduce en políticas reales, es una versión muy superficial y burda de las ideas de Rawls -que ya son malas- porque los políticos que lo impulsan, en gran número formados en la London School of Economics y otras universidades inglesas, son como suelen ser los políticos: muy tontos y básicos. Para que hablar de los seguidores del progresismo comunes y corrientes, son normalmente meros repetidores de consignas.

Teóricos y políticos
Tenemos entonces el progresismo teórico y el progresismo real, este último es el que se ha hecho cargo de cátedras y decanaturas, pero sobre todo de los altos cargos públicos de los gobiernos progresistas cada vez que estos llegan al poder. Creo que, comparados con los antiguos social demócratas, los actuales progresistas son mucho menos preparados y más irresponsables, llevando al fracaso a los gobiernos con mayor rapidez que antes.

La nueva demagogia
Mi impresión es que el progresismo tiene menos escrúpulos y menos -tal vez ningún- idealismo comparado con los antiguos social demócratas. Acorde con el espíritu de los tiempos los progresistas en su mayoría ven la doctrina como una herramienta para su propio bienestar y ascenso social a través de la política. Al menos así es como veo yo a los tipos que se declaran ardientemente a favor de los pobres y contra el abuso de los poderosos, mientras viajan en primera clase y ostentan de manera estridente el poder de ser funcionarios públicos cuando lo tienen. Para ellos es natural porque son, en su gran mayoría, piojos resucitados.

6 comentarios:

  1. ¿¿¿¿Tenías que poner la foto de ese imbécil al pie de tu magistral columna????

    Recuerdo que en la charla sobre Marxismo Cultural que se dió en la Sede de AR en el centro, se habló precisamente del progresismo, como banderita de lucha del zurderío.

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  2. Es un excelente ejemplo del progresista político, Atria es un progresista teórico por eso están los dos. En verdad yo nunca me he tragadoe so del "marxismo cultural", creo que es una etiqueta muy parecida a lo de "neoliberalismo", no tiene bases reales y el progresismo está bastante lejos de las ideas de Gramsci. Igual el "galán rural" es una perfecta muestra del piojo resucitado, mientras que Atria del intelectual chanta y superficial, que nunca llegó a digerir lo que habia leído. A mi modo de ver al menos

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  3. Yo tampoco me lo creo mucho, aunque la charla fue bastante convincente, basado en aspectos históricos a lo largo del siglo XX.

    Ambos son parte del olimpo de los chantas que mencionaste hace un buen tiempo atrás.

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  4. jaja "el Olimmpo de los Chantas", la cosa es quien sería Zeus, hay muchas cuerdas para ese trompo!!

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  5. Este gobierno que dice ser 'derecha', pero no lo es sigue con receta de la social democracia, aumentar el gasto público en supuesta inversiones que a la economía la va ayudar. Supuestamente, vamos a crecer.

    Los progresista no se hacen cargo de sus errores. Así, por ejemplo, Bachelet celebró el año de su fundación, elogiando las políticas progresista. Cuando todas las reformas que hizo en su gobierno fracasaron. O los del Frente Amplio que quejan de las viviendas sean inaccesibles, si ellos aprobaron el alza de impuesto. Cero contacto con la realidad.

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  6. S. E. no solo es social demócrata, además tiene un feo defecto de carácter que es la cobardía moral. Es de esas personas que les gusta abusar de los que sabe que no le harán nada y se pone de rodillas frente a los que le tiene miedo. La cobardía moral es así, no hay nada que hacer con eso.

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