Construyendo

Como ya les había adelantado, me vino la fiebre por construir nuevamente. Y con el gobierno arrojando dinero para todo el mundo desde un helicóptero, pensé que lo primero que tenía que hacer es gastarlo porque la desvalorización que va a venir será brutal. Recuerdo muy bien los años de la Unidad Popular y estamos entrando en ese ciclo nuevamente y aunque muchos están aterrorizados yo lo veo como tiempos de grandes oportunidades si las sabemos aprovechar.

Primero que nada hay que olvidarse del ahorro, si la moneda se va a desvalorizar ahorrar es una locura, entonces hay que convertir el dinero en cosas lo antes posible. Y parece que no fui el único que pensó en esto, hoy en la mañana cuando fui a Construmart estaba lleno de gente comprando, se habían terminado los clavos de casi todas las medidas y también el alambre de construcción, aunque había mucho terciado estructural todavía y otras cosas, supongo que esto va a durar algún tiempo y después o van a desaparecer las cosas o subirán de precio descontroladamente. La Ley de Oferta y Demanda no perdona, aunque por ahora tenemos una ventana de oportunidad, más adelante tal vez sea tarde.

Estaba muy urgido por empezar, el constructor que me chocó el auto hizo el diseño y la cubicación, pero no me pudo ayudar más allá porque no encontró maestro. Eso era lo que me tenía congelado y cada vez más nervioso, pensando que se me estaba terminando el tiempo y la ventana de oportunidad se podría cerrar. Finalmente se me prendió la ampolleta y llamé a mi viejo amigo y compañero de la universidad, el chico Alfredo Medalla, que después de trabajar como electrónico cambió de giro y ahora lleva varios años como contratista de obras ¡Eso era lo que me faltaba!

El Alfredo tiene la pachorra y el conocimiento práctico, además me cobra barato, me espera y si no puedo pagarle lo puedo apaciguar con un asado o una tomatera. Yo estaba fuera de las pistas de la constrcción y no sabía de donde sacar un maestro para que me hiciera el trabajo, entonces el chico me dijo "no necesitamos un maestro, sino un albañil o ayudante de maestro que sepa hacer la pega y nosotros seremos ayudantes del ayudante". Fue una epifanía, porque si bien ningún maestro quiere trabajar, en Facebook encontró en un ratito un albañil, chequeó las opiniones de los clientes y escogió a uno que parecía bueno.

Cerramos el trato de hacer los sobrecimientos por 100 mil pesos (unos 140 dólares), esa es la parte más complicada porque hay que armar los encofrados de madera, hacer la mezcla de concreto, vaciarla y asegurar que quede perfectamente nivelado. El resto que es más fácil (soldar las vigas de acero y fijar los terciados) lo hacemos nosotros. Hoy en la mañana llegó tempranito a trabajar, estuvimos todo el día desclavando despejando la basura de tablas y plástico que había acumulado por más de 10 años, cortando los fierros de cadena que sobresalían hacia arriba y comenzando a armar el encofrado, 

¡Que bonito es construir! Aprovechando que Medallita de la Suerte está desocupado por estos días, quiero exprimir al máximo su sapiencia y ya tengo mi nueva lista con cinco proyectos que pretendo hacer una vez que termine con el techo:

(a) Hacer paredes y ventanas, así como las instalaciones de agua y desagüe para una nueva cocina, más amplia y cómoda, para que la veterana -mi querida suegra- se deje de reclamar, o que reclame menos, ya que nunca va a dejar de renegar por todo.

(b) Otra para mi querida suegra, habilitarle un baño arriba, porque con sus 84 años ya le está resultando riesgoso atravesar de noche la casa, bajando y subiendo las peligrosas escaleras. Como se ha fracturado dos veces el brazo y una el pie, creo que ya ha hecho méritos como para construirle un baño arriba

(c) Cambiar la ruinosa alfombra de la casa por piso vinílico

(d) Colocar piso flotante en mi cuchitril, a ver si convierto esa ratonera en un lugar más ordenado y agradable, ya que paso buena parte del día allí y es donde me junto a tomar con mis amigos

(e) Este es el más ambicioso: construir un departamento de planta libre, 50 metros cuadrados sobre el techo, con estructura de metalcon, siding exterior y masisa enchapada en eucaliptus por dentro, con ventanales en todo el frente y terraza. Eso es para cuando me gane la lotería

¿Podré hacer todo eso? Creo que si me muevo rápido, antes que las cosas desaparezcan, suban de precio o el chico Alfredo gane un proyecto, con la ayuda de todos en la casa podemos hacerlo. El que se soba las manos es el Tomás Jr. que al final será el dueño del asunto , si es que logra mantener la cabeza fría y no la pierde por alguna decisión estúpida. Pero si eso pasa espero que ya estaré muerto, así es que me importa un comino.

Vuelvo a decirlo ¡Qué bonito es construir! Me divierto mucho pasando rabias, nervios, comprando materiales, buscando maestros, haciendo como que ayudo, cuando en realidad estorbo y todo eso. Es una de las cosas que más disfruto. Así pues que los mantendré al tanto de como van las cosas. La Historia de Mi Casa no para señores, tiene para rato.