Sin pena ni gloria

 

A los 86 años, después de pasar los últimos 29 años preso y aislado en la prisión de máxima seguridad de la Base Naval del Callao, murió Abimael Guzmán. Estaba sentenciado a cadena perpetua, su primera sentencia fue en un juicio militar que después fue anulado, pero el segundo juicio ratificó la misma condena. Tenía 57 años cuando lo agarraron, así es que pasó buena parte de su vida encerrado en régimen de aislamiento.

Me imagino que con su personalidad ególatra el peor castigo que tuvo que enfrentar fue la indiferencia y el desprecio popular, ni siquiera el gobierno del filo comunista Castillo tuvo demasiadas consideraciones con él, simplemente dijeron que no apoyaban al terrorismo en ninguna de sus formas. En sus años de triunfo, Guzmán desarrollo un gran culto a la personalidad en torno a su persona, claro que eso se empezó a derrumbar cuando Fujimori lo hizo aparecer en una jaula tras su captura junto con su mujer María Iparraguirre, vestidos con un ridículo traje a rayas. Los intentos de arengar que hizo en esa ocasión cayeron en el vacío y agregaron más ridículo a toda la escena, debe haber sido un golpe bien duro para él.

Guzmán era arequipeño, he leído una versión que fue hijo ilegítimo abandonado por su padre, un arequipeño acomodado. Otra versión  dice que su padre tuvo hijos con varias mujeres y cuando ganó la lotería habría mandado a su hijo Abimael a un colegio particular de curas. La cosa es que estudió en el Colegio La Salle de Arequipa, después entró a la Universidad San Agustín -de los jesuitas obviamente- donde estudió un bachillerato en filosofía y letras, que al parecer no terminó. Igual quedo inmediatamente como profesor en la en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho, donde enseñó por varios años.

Como buen alumno de jesuitas, derivó al marxismo. Leo en Internet que "los dos principales partidos comunistas de Perú lo expulsaron, pero desarrolló un círculo devoto de estudiantes y profesores". Entonces se forzó lo que más tarde sus adeptos llamaría "el pensamiento Gonzalo" que era su chapa de combate, al entrar al terrorismo. En 1970 fundó el "Partido Comunista Peruano", siguiendo "el sendero luminoso de José Carlos Mariategui" que fue quien introdujo el marxismo leninismo en el Perú.

De sus delirios teóricos de sociedad sin dinero y una organización campesina siguiendo el modelo del Kmer Rouge de Cambodia, anunciaba que cuando llegaran al poder "correrían ríos de sangre" por las calles de las ciudades y más de un millón de personas serían fusiladas, como hicieron los Kmer en Cambodia. En 1980 pasó al terrorismo real, cuando en Lima aparecieron perros muertos colgados en decenas de faroles, con carteles alusivos a la Revolución Cultural en China.

Yo estuve en Lima en 1985 y todavía la situación del terrorismo no era tan mala, pero se estaban entrenando en las aisladas comunidades del altiplano, donde asesinaban y arrasaban pueblos completos. Mis amigos que trabajaron en Lima después, dicen que para 1990 Lima ya era una verdadera zona de guerra, con bombas y atentados todos los días y las fuerzas de seguridad totalmente sobrepasadas. Ese fue el país que recibió Fujimori, arruinado económica y socialmente, con la población aterrorizada por la sensación que el estado no era capaz de defenderlos.

El acoso policial al PCP de Guzmán fue creciendo. Vladimiro Montesinos tenía su unidad de inteligencia encargada de desarticularlos pero finalmente fue una agencia de inteligencia de la policía, específicamente de la Dirección Contra el Terrorismo DIRCOTE, los que tuvieron éxito en detectar, seguir y capturar a Guzmán en 1992 en una casa de Lima. Fue un éxito enorme, Montesinos -arequipeño como Guzmán- manejó toda la puesta en escena para ridiculizarlo y endurecer las condiciones en las cárceles.

La situación en las Cárceles  peruanas entre los años 1970 y 1990 era horrible, los presos con recursos como eran los traficantes de droga y los de Sendero Luminoso eran prácticamente dueños en los recintos y hacían lo que se les antojaba, el espantoso motín del penal El Sexto en 1984 fue una muestra de la brutalidad y el autogobierno que ejercían los presos dentro de los penales como muestra este vergonzoso video de la Televisión Española.

En fin, murió Abimael Guzmán, solo, aislado y olvidado como un perro rabioso. En sus años de gloria mantuvieron aterrorizado a todo el Perú, parecían invencibles, "preparados ciegamente para la victoria". Pobres idiotas, chiflados, lástima que algunos hayan sobrevivido e incluso prosperado, pero que diablos, el mundo es así, resulta muy difícil creer que exista alguna justicia divina así es que solo podemos confiar en una defensa propia, caso a caso, ya que a la mayoría de los políticos cobardes estos asuntos les importan un comino.