Sobre la Revolución Francesa

"Aquí, en la Plaza de la Concordia, encontramos toda la historia: la de Francia y la del mundo". Así escribió Jules Michelet, uno de los más famosos historiadores de Francia según leo en un antiguo Readers.

Es verdad que la Revolución Francesa influyó mucho a los líderes de la Revolución Americana y seguramente de allí viene el inmerecido prestigio con que se ha vestido esa orgía de sangre y salvajismo que desembocó en los años del terror.

La Plaza de la Concordia originalmente se llamó Plaza Luis XV, porque se construyó durante ese reinado. Luis fue hijo del Rey Sol, Luis XIV y era muy impopular por su carácter veleidoso y por las fortunas que derrochaba en lujos para si mismo y para sus amantes.

Se hacía llamar "El bienamado" y en la mitad de la plaza, la Cámara de Comercio de París -o su equivalente, no se como se llamaba entonces- levantó una gran estatua del rey, a caballo, coronado de laureles y vestido de emperador romano.

El supuestamente bienamado fue un rey muy impopular. Corrían pasquines de mano en mano donde lo insultaban y se burlaban de él. Hasta que una noche un anónimo chistoso le puso una venda a la estatua y le colgó un cartel que decía algo así como "ayuden a este pobre ciego", aludiendo a que era ciego a lo que pasaba en el reino.

Leo que la plaza demoró 15 años en construirse. Con la curiosa manía por las construcciones fastuosas, la plaza terminó siendo un octágono rodeado de dos palacios gemelos, uno de ellos es el actual Hotel Crillón de Paris.

En 1775 comenzó en Europa una pequeña edad del hielo, con bajas temperaturas que arruinó varias cosechas seguidas. Para colmo, en esos mismos años hubo una gran erupción volcánica en Finlandia que llenó la atmósfera de ceniza y bajó todavía más las temperaturas. 

Esto trajo ahora el calor, las tormentas eléctricas y el granizo. El trigo y los cereales empezaron a desaparecer. No había pan ni nada que comer, les llovió sobre mojado.

Los derroches desmesurados de los reyes Luis XIV y Luis XV en épocas de abundancia se juntaron con esto para crear la tormenta perfecta. La gente salió a la calle furiosa en una serie de protestas que llamaron "la guerra de la harina". Así empezó todo.

A la muerte de Luis XV lo sucedió su hijo Luis XVI que llegó al poder con la carga de desprestigio y antipatía que le heredó su padre. Francia estaba quebrada 

Luis XVI, asustado, no sabía que hacer y se le ocurrió convocar a los Estados Generales, es decir una especie de parlamento para co gobernar, donde estaría representada la aristocracia, el clero y el pueblo llano, los pelientos. Leer los relatos de esa época lleva a una comparación inevitable con lo que estuvo a punto de pasar en Chile a partir de octubre de 2019.

El rey cobarde, igual que Piñera en 2019, quiso sacudirse de la responsabilidad entregando parte de su poder. Los estados generales empeoraron todo, porque se desató una guerrilla política creciente que solo contribuyó a agitar más al populacho.

En 1792 se descubrió un gran robo en la Tesorería Real, desapareciendo las joyas de la corona y millones de libras en dinero. Condenaron a 12 como culpables y la Plaza Luis XV vio la primera serie de decapitaciones. 

Esa guillotina seguiría funcionando cada vez más activa y al final del terror ya se habían decapitado 2498 personas, la mitad de ellos más o menos en la plaza.

El 14 de julio de 1798 París tuvo su estallido social, una explosión de violencia callejera cuando la turba se tomó La Bastilla dando inicio a la infame Revolución Francesa. En 1793 ejecutaban a Luis XV ante una gran concurrencia, quien antes de perder la cabeza -dicen- gritó:

"Muero inocente. Perdono a mis enemigos ¡ojalá que mi sangre aplaque la ira del señor!" No la aplacó, para nada. Los que estaban más cerca del patíbulo fueron rociados con la sangre del rey que un chistoso tiró sobre la multitud.

Obviamente su estatua de Luis XV fue derribada y el bronce lo fundieron para hacer cañones, que después le servirían muy bien a Napoleón, en su lugar pusieron una estatua de yeso coloreada representando "la libertad".

Entre 1793 y 1794 se desató el terror, la parte más oscura de la Revolución, cuando llegaron al poder chiflados y oportunistas como Robestpierre, Marat, Danton, Sade y varios más, todos esos terminaron asesinados o ejecutados en la misma guillotina a la que habían mandado a sus enemigos.

Un enorme problema financiero causado por malas cosechas y derroche irresponsable. Una serie de protestas con violencia callejera descontrolada que fueron creciendo hasta sobrepasar a las fuerzas del orden.  Un paso a la politiquería y demagogia en los Estados Generales. La toma del poder de los canallas y los años del terror. Esa fue más o menos la secuencia.

Luego de la orgía vendría la restauración del orden, la gente se cansó de tanto miserable y llegó Napoleón, que pretendió formar su propia monarquía, otro payaso que terminó muriendo preso y desterrado.

El orden se reestableció -medianamente- después de la caída de Napoleón, cuando los borbones vuelven al poder con el nuevo rey Luis Felipe de Orleans, el "rey ciudadano".

A Luis Felipe le gustaba vestirse como cualquier burgues y se mandaba hacer retratos vestido como un ciudadano común y corriente. 

Pero era tan corrupto e inepto como sus ancestros. La economía de Francia volvió a quebrar y la violencia callejera siguió explotando año tras año. Cada vez menos descontrolada eso si, porque los franceses tenían vivo el recuerdo del terror.

 Así fue -contada con gruesos brochazos- la excecrable Revolución Francesa, que los ingenuos americanos idealizaron, aunque tuvieron el buen criterio de no seguir ninguno de sus ejemplos. Son cosas que se repiten hasta el día de hoy, Francia sigue siendo un país que se incendia cada pocos años en violencia callejera incontrolada.

Y eso es lo que nos enseñan a nosotros como gran ejemplo: "Libertad, Igualdad, Fraternidad"... que basura más grande y está lleno de ignorantes que se la creen.