01 marzo 2010

De la crueldad y la clemencia:

"Y sí es mejor ser amado que temido o ser temido que amado

Paso a las otras cualidades ya citadas y declaro que todos los príncipes deben desear ser tenidos por clementes y no por crueles. Y, sin embargo, deben cuidarse de emplear mal esta clemencia. César Borgia era considerado cruel, pese a lo cual fue su crueldad la que impuso el orden en la Romaña, la que logró su unión y la que la volvió a la paz y a la fe. Si se examina bien, se verá que Borgia fue mucho más clemente que el pueblo florentino que, para evitar ser tachado de cruel, dejó destruir a Pistoya. Por lo tanto, un príncipe no debe preocuparse porque lo acusen de cruel, siempre y cuando su crueldad tenga por objeto el mantener unidos y fieles a los súbditos; porque con pocos castigos ejemplares será más clemente que aquellos que, por excesiva clemencia, dejan multiplicar los desórdenes, causa de matanzas y saqueos que perjudican a toda una población, mientras que las medidas extremas adoptadas por el príncipe sólo van en contra de uno. Y es sobre todo un príncipe nuevo el que no debe evitar los actos de crueldad, pues toda nueva dominación trae consigo infinidad de peligros. Así se explica que Virgilio ponga en boca de Dido:

Res dura et regni novitas me
[talía cogunt Moliri, et late fines custode tueri. *

(*) El duro estado y la novedad del reino, a estos modos me fuerzan y, recelando de todos, cuidan las costas.

Sin embargo, debe ser cauto en el creer y el obrar, no tener miedo de sí mismo y proceder con moderación, prudencia y humanidad, de modo que una excesiva confianza no lo vuelva imprudente, y una desconfianza exagerada, intolerable.

Surge de esto una cuestión: si vale más ser amado que temido, o temido que amado. Nada mejor que ser ambas cosas a la vez; pero puesto que es difícil reunirlas y que siempre ha de faltar una, declaro que es más seguro ser temido que amado. Porque de la generalidad de los hombres se puede decir esto: que son ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro y ávidos de lucro. Mientras les haces bien, son completamente tuyos: te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, pues —como antes expliqué— ninguna necesidad tienes de ello; pero cuando la necesidad se presenta, se rebelan. Y el príncipe que ha descansado por entero en su palabra va a la ruina, por no haber tomado otras providencias; porque las amistades que se adquieren con el dinero y no con la altura y nobleza de alma son amistades merecidas, pero de las cuales no se dispone, y llegada la oportunidad no se las puede utilizar. Y los hombres tienen menos cuidado en ofender a uno que se haga amar que a uno que se haga temer; porque el amor es un vínculo de gratitud que los hombres, perversos por naturaleza, rompen cada vez que pueden beneficiarse; pero el temor es miedo al castigo y no se lo pierde nunca. No obstante lo cual, el príncipe debe hacerse temer de modo que, si no se granjea el amor, evite el odio, pues no es imposible ser a la vez temido y no odiado; y para ello bastará que se abstenga de apoderarse de los bienes y de las mujeres de sus ciudadanos y súbditos, y que no proceda contra la vida de alguien sino cuando hay justificación conveniente y motivo manifiesto; pero sobre todo abstenerse de los bienes ajenos, porque los hombres olvidan antes la muerte del padre que la pérdida del patrimonio. Luego, nunca faltan excusas para despojar a los demás de sus bienes, y el que empieza a vivir de la rapiña siempre encuentra pretextos para apoderarse de lo ajeno, y por el contrario, para quitar la vida, son más raros y desaparecen con más rapidez.

Pero cuando el príncipe está al frente de sus ejércitos y tiene que gobernar a miles de soldados, es absolutamente necesario que no se preocupe si merece fama de cruel, porque sin esta fama jamás podrá tenerse ejército alguno unido y dispuesto a la lucha".

(El Principe, Nicolás MAquiavelo)

7 comentarios:

  1. Tomás, no encontré un correo tuyo para escribirte así que disculpa por ocupar este espacio: tú que conoces a medio Arica, sabes de algún músico bueno que de clases de guitarra eléctrica (bueno de verdad, no chanta como los de la academia pentagrama).
    muy agradecido

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  2. Maquiavello, en "El Principe", no pensó que un gobierno estuviese en manos de una princesita, ni menos rodeada de cortesanos engarnios e inútiles. En este caso nuestra gobernante prefirió, en el colofón de su reinado, continuar con su mano blanda y "dejar hacer y dejar pasar" para no bajar el maquillado raiting de su popularidad.

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  3. Anónimo, no conozco a ningún profesor de guitarra, el Tomás Jr. aprendió solo, mi amigo Chuck habría dado feliz clases pero ya no está en Chile, ese si que estaba pintado para enseñar. Si vuelve colocaré el aviso.

    Ah me acaba de decir el tomas jr. que el mejor para dar clases acá puede ser Jose MAcias, del Kimsa Trio, ubícalo en el facebook y le mandas un mensaje.

    Adrian, parece que el manejo de la crisis está dejando más daños que el propio terremoto, si siguen así Concepción volverá a la barbarie.

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  4. Si entendi bien, ya hay unos amagues de saqueo en Santiago. Cada vez tiene menos que ver con el desastre natural y mas con una especie de piedra libre al pillaje, una luz verde para que el pobrerío asalte los bienes de consumo. En Argentina vimos esas cosas sin que hiciera falta un terremoto, a consecuencia de nuestras crisis económicas cíclicas nada más. Es bastante feo y cuando empieza tarda en remitir, puede haber semanas de "cultura de saqueo". Ojalá lo aborten pronto y a tiempo. En esto la TV opera como un multiplicador aunque no se lo proponga.

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  5. Andan sueltos los perros y el gobierno no se atreve a cumplir con su misión más fundamental, horrible despedida, que se vayan luego nomás.

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  6. La Gordi se resiste a irse con milicos en la calle.
    Pagaremos con muertos su "delicadeza", para no decir idiotez.

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  7. Ah, que pasen rápido estas semanas nomás...

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"