Vuelvo a mi trabajo habitual

Y me tuve que levantar temprano por penúltima vez en el año, para cumplir con el último compromiso que me quedaba con la universidad: tomar dos exámenes de grado como profesor informante. Las exposiciones estuvieron horribles lo mismo que los proyectos, pero igual les puse un 5, total, último día nadie se enoja.

Ya estaba bien aburrido en la universidad porque en dos años no había hecho nada que valiera la pena, aparte de mi curso de modelamiento de procesos, terminé los estudios del MBA y como las relaciones con el decano no eran buenas, pensé que era el momento perfecto para mandarme a cambiar. Como se dijo se hizo. Y como digo siempre en estas ocasiones fue divertido mientras duró.

Siempre que me siento mal en algo que estoy haciendo doy estos saltos al vacío sin la más mínima idea de como me las voy a arreglar a futuro, tenía apenas devaluados US$ 600 en el bolsillo, ese era todo mi capital para pasar las fiestas de fin de año y mi cumpleaños, pensé que demás me alcanzaba para unas botellas de whisky, un pavo y algo de cerveza, además todavía tengo guardado el Romeo y Julieta Churchill que me regalaron, estaba asegurado hasta el 6 de enero, después de mi, el diluvio.

Pero mi buena suerte no me abandonó y como pasa siempre en estas ocasiones apareció una asesoría de gestión para un colegio, trabajo muy interesante y que me deja bien financiado hasta marzo por lo menos, también me ofrecieron que dedique el resto del 2011 al seguimiento de los resultados, trabajo que ya no es tan fácil pero que podría hacer sin ningún problema si veo que conviene.

Así es que, amigos, otro giro en mi accidentado currículum. Probablemente los estaré aburriendo durante un tiempo con mis historias del colegio y la educación tal como los aburrí con los cuentos de la universidad, los estudios, la municipalidad de Tacna, el viaje a la selva, la administración del Rapa-Nui y tantas otras cosas disparatadas que me ha tocado hacer en este mondo cane. No he ganado plata pero tampoco me puedo quejar de aburrimiento.

Y así va la cosa, mañana me juto con Tom a ver si vamos a la playa, ahora que volví a mi trabajo habitual de inspector de tangas. Hasta mañana.