Estoy leyendo La Rebelión de Atlas, de Ayn Rand, son dos tomos como de 300 páginas cada uno pero avanzo rápido. La novela de ideas es un género que nunca me ha gustado y esta es una novela de ideas o ensayo novelado, tal como Contrapunto, Mundo Feliz de Huxley o La Granja de los Animales de Orwell, pese a que no es muy buena como literatura me ha interesado y hasta ahora no me he saltado ni una línea de las cerca de 200 que llevo avanzadas.
Lo malo de estos ensayos es que presentan personajes y situaciones arquetípicas, funcionales a las ideas del autor así es que no son muy creíbles, pero creo que como ensayo social es igual de bueno que los de Huxley y Orwell porque captan muy bien el espíritu de una época.
Hace mucho tiempo que venía escuchando de Ayn Rand y una interesante conversación que tuve el otro día me llevó a leer el libro. Es increíble la influencia que ha tenido esta autora -debe haber escrito en los años 20- en el pensamiento moderno de mucha gente en Estados Unidos, prácticamente todos los amigos norteamericanos que he conocido son admiradores de sus ideas que representan a una forma del pensamiento libertario que tiene una fuerza creciente en ese país. En fin, cuando termine les cuento más.
Hace tiempo que no pongo algo de Neruda, este va para mi amigo Marcelo, que pasó a mejor vida, como dicen los cursis hace tres años, se lo escribió Neruda a su amigo Rojas Jimenez el día de su muerte
Alberto Rojas Giménez viene volando
ENTRE plumas que asustan, entre noches,
entre magnolias, entre telegramas,
entre el viento del Sur y el Oeste marino,
vienes volando.
Bajo las tumbas, bajo las cenizas,
bajo los caracoles congelados,
bajo las últimas aguas terrestres,
vienes volando.
Más abajo, entre niñas sumergidas,
y plantas ciegas, y pescados rotos,
más abajo, entre nubes otra vez,
vienes volando.
Más allá de la sangre y de los huesos,
más allá del pan, más allá del vino,
más allá del fuego,
vienes volando.
Más allá del vinagre y de la muerte,
entre putrefacciones y violetas,
con tu celeste voz y tus zapatos húmedos,
vienes volando.
Sobre diputaciones y farmacias,
y ruedas, y abogados, y navíos,
y dientes rojos recién arrancados,
vienes volando.
Sobre ciudades de tejado hundido
en que grandes mujeres se destrenzan
con anchas manos y peines perdidos,
vienes volando.
Junto a bodegas donde el vino crece
con tibias manos turbias, en silencio,
con lentas manos de madera roja,
vienes volando.
Saluti compadre. Hasta mañana.
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Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"