26 enero 2012

Iglesia Católica y política


Mi tío abuelo Arturo Perez Labra, canónigo de la Catedral de Santiago, era parecido a mi. Yo siempre sentí simpatía por ese cura mujeriego y millonario, pese a que cuando murió lo tapamos de maldiciones por la mísera herencia que nos dejo a sus herederos directos (mi mamá y sus tres hermanas), ya he escrito antes sobre lo bien que me caía pese a que murió cuando yo era muy chico y solo lo conocí por su mala reputación.

Pero el hombre se parecía a mi en otra cosa, era un verdadero charlatan de la escritura que tapaba El Diario Ilustrado y El Mercurio con sus cartas y columnas y hasta escribió unos cuantos libros como uno sobre Jacques Maritain, que el propio filósofo desmintió diciendo que lo había mal interpretado lo que dio pie a una sabrosa polémica y un nutrido intercambio de correspondencia en esos años. Todas cosas de las que hoy a nadie le importan ni nadie se acuerda. Para eso está su sobrino nieto, charlatan igual que él y casi igual de sinverguenza, aunque mucho más pobre, listo para salvar del olvido a monseñor.

Bueno, este es solo un entremés para lo que quería escribir hoy, que es un tema que daría para varios libros: la influencia de la Iglesia Católica sobre la política en Chile.

Siempre he pensado que las explicaciones de la política como reflejo de grandes movimientos sociales es un cuento chino. Los grandes movimientos políticos nacen como peleas por el poder entre pequeños grupos de elite, que se arrogan la representación del pueblo. ¿Alguien podría decir que Allende representaba a los pobres o los radicales a la clase media? Claro que no, se representaban a si mismos y al grupo de políticos que los rodeaba, así era antes y así es ahora, igualito.

Pero si ha habido algunos movimientos poderosos detrás de las elites y creo que el más potente en Chile ha sido la Iglesia Católica. Durante siglos la Iglesia Católica ha sido un poder paralelo enorme en el mundo, capaz de someter a reyes y permanecer con un considerable poder terrenal por bastante más de mil años. Chile no ha estado fuera del alero de ese poder.

La distinción entre conservadores y radicales, la guerra entre la educación católica y la educación laica, el monopolio de los cementerios solo para católicos, la religión de estado durante muchos años, las peleas de la masonería y otros movimientos políiticos por quitarle espacios de poder a la iglesia, han sido una constante en nuestra historia.

Se podría pensar leyendo Internet que la Iglesia Católica está moribunda en Chile después de tantos escándalos de pedofilia y mala prensa, pero sigue viva y potente como influencia política, porque siempre ha usado con éxito la estrategia gramsciana de ganar el mundo de la cultura.

La mejor universidad que hay en Chile es la Pontificia Universidad Católica y la mayoría de los colegios de elite son manejados por alguna congregación religiosa. Existe en Chile una larga guerra, que viene del siglo 19 entre los colegios religiosos y la educación "laica" o "humanista" inspirada por la masonería. Esta guerra la viene ganando la Iglesia Católica por paliza desde hace años.

La educación laica nunca ha logrado ser percibida como educación de calidad, probablemente por el énfasis que pusieron radicales y masones durante el siglo 20 en el estado docente. La educación entregada por el estado tradicionalmente se ha percibido como de segunda clase y los que estudiamos en colegios fiscales gratuitos muchas veces lo mencionamos con orgullo, implicando que a pesar de haber estudiado en colegios pésimos logramos sacar adelante alguna profesión.

Un interesante estudio de Violeta Arancibia muestra que casi un tercio de los padres -si tuviesen libertad de elegir- escogería para sus hijos un colegio particular religioso y apenas un 11% escogerían un colegio municipal, eso refleja como se perciben los colegios religiosos y los colegios laicos en Chile.

¿Y que tiene que ver esto con la política? Todo, porque es en los colegios y universidades donde se hacen alianzas tempranas, se forman los movimientos y se forman las elites políticas. La Iglesia Católica ha conseguido durar tantos siglos por su extremada flexibilidad, tienen un cura para todos. Los ultra izquierdistas tienes a sus jesuitas; los social demócratas a los Sagrados Corazones; los conservadores al Opus Dei y Shoenstatt. Cada uno tiene su cura y los colegios católicos tienen la característica de ser semilleros de revolucionarios, social demócratas o conservadores. Lo que tienen en común es que la mayoría son líderes.

Hay dos razones para que la Iglecia Católica siga teniendo tanta influencia en política. La primera es obvia, los dirigentes de elite son mayoritariamente de familias con plata y estas tienden a mandar a sus hijos a los mejores colegios que puedan pagar. La segunda razón es que colegios y universidades católicas suelen ser técnicamente de excelencia, se preocupan mucho por mantener estandares altos.

La Iglesia Católica siempre ha usado el metodo gramscista. Siglos antes que Gramsci naciera entendieron que el poder en el largo plazo se gana en el mundo de la cultura y da lo mismo la popularidad que tenga el Papa o los curas entre la gente común, porque la gente común no cuenta para nada en el control del poder, son las elites las que cortan la torta y la reparten.

Los laicos y humanistas que han visto a la iglesia como su enemiga, nunca han podido forjar reputación, como siguen pegados en la pelea estado versus iglesia del siglo 19, se han atrincherado tras la educación fiscal. Como esta educación siempre ha sido mala -excepto un par de colegios donde la elite masonica manda a sus hijos. Por eso se han tenido que conformar con ser los abanderados de los mediocres, resentidos y los excluidos. El resentimiento es un motor poderoso en la política pero inestable.

En los años 70 y 80 mucha gente de la elite de izquierda tuvo que salir de Chile con "beca Pinochet" o sea exiliados y aprovecharon de educar a sus hijos en el extranjero, esos son los Eyzaguirre, Velasco, Joignant y tantos otros que llegaron a hacerse cargo de los puestos técnicos en los gobiernos de la concertación. Pero en los altos puestos técnicos del mundo privado, donde reina el poder del billete, siguen a cargo los que estudiaron en colegios y universidades católicas. Un título de la Universidad Católica es una especie de rompefilas, al menos para conseguir un trabajo.

Mientras los curas ofrezcan la mejor educación la iglesia seguirá siendo influyente. Aunque la mayoría de los que estudiaron en colegios o universidades de curas terminan renegando contra la iglesia, ya han sido infiltrados con ideas y valores que no es sencillo eliminar. Por eso yo creo que los curas seguiran teniendo poder para rato.

5 comentarios:

  1. Es cierto, pero no solo es la iglesia católica, también hay que tener en cuenta los grupos influyentes judíos.

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  2. Si, hay muchos grupos de presión aunque en Chile los judíos no son ni la sombra de lo que influyen en USA y Europa por ejemplo, Chile solo existe como cliente para Israel, en cambio USA y Europa son fundamentales para su supervivencia como país y dependen mucho de las decisiones en esos países.

    Otros grupos importantes son los agricultores, los grandes industriales y cosas así, pero son igmeos al lado de la duración e influencia del poder de la iglesia católica.

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  3. "Aunque la mayoría de los que estudiaron en colegios o universidades de curas terminan renegando contra la iglesia, ya han sido infiltrados con ideas y valores que no es sencillo eliminar. "

    ja! como yo! terminamos todas odiando a muerte a las monjas del colegio!!

    Yo me crié en un colegio solo con niñas. No supimos lo bien que estábamos hasta que empezaron a entrar niños! Qué horror! Los niños tiraban piedras, levantaban las faldas a las chicas.. "niño ven pa'ca!!!!" se escuchaba por el patio a las niñas más mayores gritarle a los niños porque perdían la paciencia jaja con lo tranquila que estabamos nosotras antes! :D

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  4. Ah yo también estudié en un liceo solo para hombres -pero en los 60s- la cosa era super diferente.

    Nadie lloriqueaba por "bullying" ni existía esa palabra y cuando dos alumnos tenían un problema se arreglaba a 1 round en el ring de box del lieco, con todo el correspondiente ceremonial la pelea se terminaba cuando aparecía sangre y de ahi se tenían que dar la mano.

    Los castigos físicos se repartían generosamente con una regla, no solo por los profesores sino por las odiadas "brigadas de disciplina" de los alumnos de último año que llevaban un brazalete que identificaba su status.

    Ah, que bien lo pasamos, tiempos felices que no volverán. Ahora la segregación por sexo casi no existe y menos los castigos físicos, una pelea a trompadas o unos reglazos del profesor puede traer hasta a la policía. Con razón ahora salen todos pusilánimes y acostumbrados a quejarse por todo :)

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  5. En España han desaparecido los colegios de un solo sexo, desde que el gobierno socialista comenzó a subvencionarlos a cambio de.. que fueran mixtos! No tengo nada en contra de los colegios mixtos, a mi me da igual lo que haga cada uno.. lo que me fastidia es que hayan conseguido un cambio de esa forma tan escurridiza y aparentemente inocente.. una vez más..

    mmm y con respecto a aquellos tiempos.. pues bueno, a mi no me tocó tanta mano dura como a ti, pero aun quedaban cosas muy estrictas, pero no se pegaban a los niños. En fin, si que tengo algunas anecdotas que contarle a mi hermana, porque a ella le tocó una epoca muy diferente en tan poquitos años de diferencia..

    saludos

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