Semilleras y estrategia

Encontré el viejo soporte de una lámpara de mesa y un perfil de aluminio, se me iluminó la ampolleta y pensé de inmediato ¡2+2=4! era la solución a un problema de sacudidas de cámara durante el paneo y en las tomas caminando. Con el taladro y unos cachureos que encontré en la bodega armé este soporte de cámara que me permitirá estabilizar mis tomas a pesar del temblor alcoholico de mis manitos. Lo probé y funciona bien, especialmente para tomas fijas como son las clases online y para paneos desde una base fija. Y todo con pura artesanía.

En la edición del domingo del diario La Tercera, sale a página completa un reportaje a la película La Gloria del Pacífico del director peruano y excelente amigo Juan Carlos Oganes. Creo que la película va a despertar tanto interés en Chile como en el Perú y pienso que va a ser un gran éxito, todos los que conoeimos el entusiasmo y talento de Juan Carlos así lo esperamos. Falta poco, aparecerá primero en la televisión peruana y creo que sería un golazo si además la pasara algún canal chileno como  mini-serie, ojalá llegemos a tenerla también distribuída en los cines de Chile.

Ahora si que soy un nativo digital hecho y derecho, me acabo de dar cuenta que me cuesta mucho menos leer un libro en el computador que en el papel. Estaba revisando una memoria en cuyo examen de grado me toca participar mañana y daba a los mil diablos por no tener una copia en word que me cuesta mucho menos leerla. Hasta hace un par de años siempre preferí leer en papel pero ahora me acostumbré a la pantalla del computador y como saben, el hombre es animal de costumbres.

Tal vez tenga que ver con que estoy cada día más ciego -aunque hace más de 15 años que no voy a un oculista- pero con los lentes que compré en la calle por unos US$ 4 hace unos 5 años atrás todavía leo relativamente bien en la pantalla, pero me molesta leer en papel. Tal vez sea simplemente el viejazo, pero como estoy optimista prefiero pensar que me he convertido al fin en un auténtico nativo digital.

.Hay muchas críticas a las empresas semilleras de los valles de Arica y una de ellas (Pionneer creo) enfrenta una huelga con el apoyo obvio de los ambientalistas y todos los grupos de extrema izquierda que necesitan de estas causas célebres para sobrevivir. Creo que las empresas se han confiado demasiado en que por lo que han invertido y los puestos de trabajo que generan tendrá, todo el apoyo del gobierno así es que no necesitan entrar en polémicas y salir hacia la comunidad. Hasta ahora se ham limitado a mantener un bajísimo perfil.

Craso error, esas empresas son blanco muy fácil de toda clase de grupos de interés que las pueden echar de un día para otro con una cadena de protestas, funas y desordenes en los que son especialistas. Estos grupos de interés tienen dos niveles: los dirigentes que conocen las verdaderas motivaciones y tienen su propia agenda y un pequeño ejército de voluntarios dispuestos por resentimientos, idealismos, aversión política y motivos por el estilo a sacrificarse para echarlos. Esos son la carne de cañón, estudiantes, viejas locas y tipos con aspiraciones políticas pero sin apoyo buscando destacarse.

Las grandes empresas los miran por encima del hombro, pero se equivocan. No hay nada más fragil que la lealtad o el apoyo de un gobierno o de los políticos. Además los gobiernos cambian y después del apoyo de un gobierno viene  la quitada de piso del siguiente. Si creen que por la gran inversión no los podrán echar solo recuerden Freirina, o Hidroaysen.

Si las empresas tuviesen un mínimo de visión, habrían adoptado hace rato la estrategia que dio tan buenos frutos a la Coca Cola hasta los años 70, de formar lazos muy estrechos y visibles con la comunidad, su actitud de bajo perfil aparece como arrogante y egoista, sean cuales sean sus intenciones, así es como aparecen.

Yo creo que existe un enorme valor estratégico en la instalación de las semilleras en los valles y consiste en que tenderán a ir desplazando a la agricultura de subsistencia que es el verdadero cáncer de los cultivos en el desierto. Los agricultores de subsistencia, pequeños parceleros que viven apenas pagando los créditos y al final trabajan para el prestamista de Santiago, quien les compra la cosecha al precio que se le antoja porque les pasó plata para fertilizantes, semillas y pesticidas al comienzo de temporada.

Esa agricultura debe desaparecer de nuestros valles. Produce daños enormes a toda la ciudad y por su culpa tomamos la peor agua de Chile existiendo agua de buena calidad de sobra para el consumo humano.Pero la usan los lindos para regar sus tomates.

En términos estratégicos el problema es muy simple: en los valles la tierra y el agua son escasos así es que solo se deben hacer cultivos de muy alta creación de valor: cualquier cultivo de baja rentabilidad causa un gran daño a todo el sistema y a la región. Entonces basta con calcular cuanto valor se genera por hectárea en la agricultura de subsistencia y cuanto en la producción de semillas. Cuanto valor generan los olivos del siglo XVII que todavía se riegan con pozas. ¿Conservar todo eso? Con mucho gusto, pero que paguen la cuenta del agua -en lo que vale- igual como la pagamos el resto de los ariqueños. Que paguen cada peso invertido en obras de riego, cash.

Eso es lo que dice la racionalidad económica, el pensamiento estratégico y el sentido común. La situación actual es absurda e insostenible. Y así como me opongo que el gobierno de beneficios a las semilleras porque "crea puestos de trabajo" (esa NO ES una ventaja estratégica), me opongo mil veces más a que los valles estén poblados de micro agricultores y narcotraficantes que lavan dinero y hacen negocio con la plata de todos nosotros, los giles.