NULLA DIES SINE LINEA. Filosofía barata, historias, historietas, moralejas, chamullos, relatos absurdos, la vida de un vago, cosas de Arica, literatura, música, pornografía, política, física, cocina regional, minas, copete y cosas por el estilo. The awesome, absurd and often bored adventures of our Man of Mystery in Arica, from the trenches, in the Northern Front. Sacar a mil, sacar a mil. Streams of brilliance often spring from boredom. "Be yourself, but bigger"
04 julio 2013
K
Ayer fueron 130 años (3 de julio de 1883) del nacimiento de Franz Kafka y lo supe -probablemente igual que muchos de ustedes- por la noticia del monito conmemorativo de Google. A propósito harto feo el monito.
Debe haber sido en 1968 que leí El Proceso, el libro estaba en la pieza de Leo, mi primazo y pasé toda la noche leyendo. Tenía 13 años, recién empezando con el vicio de leer, que creo que fue el primero de mis muchos vicios. Bueno, me acabo de acordar de otro que es todavía más antiguo.
Kafka era escritor de pesadillas, al menos en mi caso todas mis pesadillas son kafkianas. Estoy convencido que era bueno para la droga, no creo que alguien en estado normal se pueda imaginar las cosas que escribió en sus novelas. Unos años después en el Liceo de Ancud -debe haber sido en 1971- me hicieron leer el cuento ese La Metamorfosis, la verdad es que no le vi pies ni cabeza hasta los años ochenta, poco antes que se muriera mi papá. Entonces se me ocurrió que estabamos en una situación muy parecida.
En 1972 leí El Castillo, ese año consumí completa la buena biblioteca del Liceo de Ancud. Para las vacaciones de verano me llevé dos libros para la casa: Rayuela de Cortazar y El Castillo, ambos los leí un montón de veces. Cada vez que leía El Castillo le encontraba alguna interpretación distinta. Desde luego el libro es alegórico, como los sueños y mi primera impresión fue que se trataba de un tipo con un problema religioso, tratando de acercarse a un Dios que no lo pescaba. En ese tiempo yo me había interesado en leer la biblia y cosas por el estilo. La interpretación que me quedó con el tiempo era la de un inadaptado, un tipo que quería entrar al grupo siempre que lo aceptaran bajo sus propias condiciones, tal vez me identificaba con algo de eso.
Creo que el tema del inadaptado es lo que mejor calza con las novelas de Kafka. La historia siempre es más o menos parecida, el tipo parte muy seguro, todo va bien al comienzo. Pero de pronto empiezan a aparecer detalles, pequeños problemas que al principio parecen fáciles. Igual como empiezan mis pesadillas, todo parece ir muy bien pero de repente... menos mal que las recuerdo tarde, mal y nunca.
Y los problemas van creciendo igual que la voluntad del protagonista por vencerlos. Llega un punto donde se da cuenta que no puede, que está condenado y que solo le queda estirar el momento de la ejecución, como pasa en El Proceso, donde lo matan a cuchillo de la manera más prosaica. También el tema de Kafka podría ser el de la muerte inevitable, no había pensado en eso ya que escribió los libros cuando tenía tuberculosis, que en esos años era una condena a muerte.
En el libro El Castillo creo que escribió diferentes capítulos finales, El Proceso parece que es la novela que está mejor elaborada. América, la tercera novela ambientada en un continente que Kafka no conoció, queda inconclusa violentamente en la mitad de la historia. Tiene el mismo tema del inadaptado pero con una variante: el Gran Teatro de Oklahoma:
En la esquina de una calle, Karl vio un cartel con el siguiente anuncio:"¡En el hipódromo de Clayton se contrata hoy, desde las seis de la mañana hasta medianoche, personal para el teatro de Oklahoma! ¡El gran teatro de Oklahoma os llama! ¡Solo hoy os llama, solo una vez! ¡Quien pierda la oportunidad ahora, la habrá perdido para siempre! ¡Quien piense en su futuro es de los nuestros! ¡Todo el mundo es bienvenido!¡Quien quiera ser artista, que se presente!¡Somos el teatro que puede emplear a todos, a cada uno en su puesto!¡Felicitamos ya a quien se decida por nosotros!¡Pero daos prisa, para que podáis entrar antes de medianoche! ¡A las doce se cerrará todo, para no abrirse más! ¡Maldito sea quien no nos crea! ¡Hacia Clayton!".
Había mucha gente ante el cartel, pero este no parecía tener mucho éxito. Había tantos carteles: en los carteles no creía ya nadie. Y aquel cartel era más inverosímil aún de lo que suelen ser los carteles. Tenía sobre todo un gran defecto y era que no decía nada de la remuneración. Si esta hubiera sido un poco digna de mención, el cartel la hubiera mencionado sin duda; no hubiera olvidado lo más atractivo. Nadie quería ser artista, pero todos querían ser pagados por su trabajo.
Sin embargo, para Karl el cartel tenía un gran atractivo. "Todo el mundo es bienvenido", decía. Todo el mundo, es decir, también Karl. Todo lo que había hecho hasta entonces quedaría olvidado, nadie se lo reprocharía. ¡Podía presentarse para un trabajo que no era vergonzoso y que, por el contrario, se podía anunciar públicamente. Y, de forma igualmente pública, prometían aceptarlo también a él. Karl no pedía nada más; quería encontrar de una vez el comienzo de una carrera decente y quizá era eso lo que se le ofrecía. Era posible que todas las palabras pomposas del cartel fueran mentira, podía ser que el gran teatro de Oklahoma fuera solo un pequeño circo ambulante; pero quería contratar gente y eso bastaba. Karl no leyó el cartel por segunda vez, pero buscó de nuevo la frase "Todo el mundo es bienvenido".
Primero pensó en ir a Clayton a pie, pero habrían sido tres horas de marcha fatigosa y posiblemente habría llegado justo a tiempo para enterarse de que habían cubierto ya todos los puestos disponibles. La verdad era que, según el cartel, el número de los que podían contratar era ilimitado, pero esas ofertas de empleo estaban redactadas siempre de ese modo. Karl comprendió que tendría que renunciar al puesto o ir en un medio de transporte. Volvió a contar su dinero: sin ese viaje, le hubiera bastado para ocho días y por eso removió de un lado a otro las moneditas en la palma de la mano. Un señor que lo había observado le dio una palmadita en la espalda y dijo: "Que tenga mucha suerte en su viaje a Clayton". Karl asintió en silencio y siguió contando. Sin embargo,pronto se decidió, contó el dinero necesario para el viaje y corrió al ferrocarril subterráneo.
En el Gran Teatro de Oklahoma: hasta Kafka tuvo esperanzas. Creo que en ese capítulo se termina la novela, seguramente no se le ocurrió como resolverla. Las novelas son geniales en cambio los cuentos de Kafka nunca me gustaron, tengo por algún lado de mi disco duro las obras completas con muchos cuentos que empecé a leer y los dejé en la mitad: La Colonia Penal, Carta al Padre, El Artista del Hambre, La Metamorfosis, hay uno que me gustó un poco, se llama La Gran Muralla China, pero en realidad no es nada de otro mundo, creo que su estilo de escritura, alemán con párrafos extremádamente largos, no son buenos para escribir cuentos. También me gustan mucho los personajes femeninos y como se relacionan con el inadaptado: la mesonera de El Castillo, la secretaria del abogado en El Proceso, son personajes muy buenos.
En fin, que gran artista. Creo que no se puede escribir nada muy cuerdo sobre Kafka y sus novelas, solo diré que su aniversario me trajo a la memoria recuerdos de hace tantos años en Viña, Chiloé y de mis pesadillas, menos mal no son muchas. ¿Me encontraré alguna vez con El Gran Teatro de Oklahoma? lo dudo, aunque por si acaso siempre ando atento a los carteles cuando voy por la calle.
P.D. A propósito, creo que América es solo un nombre de conveniencia, el verdadero nombre que puso Kafka a la novela era Der Verschollene (el desaparecido).
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
kafka, esta considerado como un escritor surrealista, donde la gente y los artistas escapaban de la realidad(tiempos de destrucción, después de guerras)se engloba en el arte fantástico que esta vigente asta hoy... recuerdo un comic donde narra historias de sueños Little Nemo del dibujante McCay... algunos drogadictos cercanos cuentan que las mas grandes alucinaciones la han tenido con pegamentos(neopren)...
ResponderBorrarAh las novelas de K tienen un significado personal fuerte para mi, fueron de las primeas cosas que lei así es que tiene carga histórica y todo eso. Yo creo que es inclasificable, no conozco a nadie que haya escrito parecido salvo un cuento de Isaak Dinensen que se llama "El Zoologico Ambulante" es lo único que he leido que le hace collera
ResponderBorrarSurrealistas; también son eso los Gobiernos K de Argentina.
ResponderBorrar"En 1972 leí El Castillo, ese año consumí completa la buena biblioteca del Liceo de Ancud. "
ResponderBorrarAh, esa si es una frase como para iniciar una novela! - quizás una novela sobre lo que uno ha leído en la vida.
"La Metamorfosis" me resultó algo como el cuento perfecto. Y me parece surreal sólo en la primer frase , todo lo demás es crudamente humano.
Como con Cortazar, las novela de Kafka en cambio no me gustaron mucho.
Yo diria que los gobiernos K distan de ser surrealistas. Son como un teatro grotesco de provincias, montado con utileria sobrante de obras pretéritas, ropa que le iba a otros y retazos de guiones varios.
¡Me quedaría hasta ahí nomás porque soy negado para escribir ficción! sería una novela de una sola línea jaja.
ResponderBorrarYo que soy bien prosaico y a todo le busco el lado útil, no le vi pies ni cabeza a que un tipo amaneciera convertido en barata, sobre todo no entendía lo del tamaño ¿era una barata del tasmaño de un hombre? en fin, pasaron muchos años sin que le viera sentido.
Muchos años después mi papá ya abía pasado los 80 años y no veía las horas de morirse, estaba sobrando en el mundo y siempre decía por que diablos todavía no se moría si ya no tenía nada que hacer acá. Bueno, creo que fue una situación muy parecida a la de ese cuento, hasta evolucionó de manera similar.