Maratón y cumbias

Que increíble, se llama Matías Anguita y es sobrino de mi prima política Cecilia Carrión. Hoy partió corriendo desde Arica hacia Iquique, 300 kilómetros que planea hacer en 4 días, luego seguirá a Antofagasta y así sucesivamente hasta llegar a Punta Arenas, un total de 5.010 km, 75 ciudades de nuestro larguísimo país en 65 días. Pueden ver su web aquí.

Traté de averiguar cuando y de donde saldría (partió hoy en Arica) para conocerlo y saludarlo, pero como ando sin auto me venció la flojera, que vergüenza. ¿Podrá lograrlo? A mi me parece imposible, a un promedio de 6 Km/h que es mi referencia de paso vivo, los 300 km debería hacerlos en 50 horas, o sea 12 horas y media diarias trotando. Y ese es solo el comienzo, en fin, le deseo toda la suerte del mundo y si lo consigue será una hazaña extraordinaria.

Cuando entré a la universidad en 1978, en primer año teníamos un ramo que se llamaba "acondicionamiento físico y deporte", porque se suponía que los ingenieros de ejecución teníamos que encaramarnos en las antenas, subir cerros y cosas por el estilo. El acondicionamiento partía con el test de Cooper (correr 12 minutos por la pista atlética tratando de cubrir la mayor distancia) y después venían tres meses de acondicionamiento básico, subir y bajar corriendo las gradas del estadio, power ball y cosas así.

Luego había que tomar un deporte y como yo jamás practiqué ningún tipo de deporte quede -por descarte- en atletismo. Me tocó con Jorge Díaz, gran entrenador y tuve la suerte de tener un compañero que había sido campeón en los nacionales escolares de atletismo que se hacían en esa época,me ayudó mucho a pasar el infierno que significó las primeras semanas corriendo.

Pero al poco tiempo se convirtió en un vicio, corríamos casi todos los días solo por gusto, desde el estadio hasta la playa La Capilla, deben haber sido unos 8 o 10 kilómetros ida y vuelta. Me acuerdo que correr era una verdadera droga, causa los mismos efectos, especialmente cuando uno cree que ya no puede más pero luego entra en "la zona", es una sensación increíble. Me imagino que a esta hora nuestro super maratonista lo debe estar pasando muy bien, corriendo por la Carretera Panamericana.

Como se acerca mi cumpleaños 59 voy a colocar una cumbia cada día hasta el 6 de enero. Partiré por la que creo que es la mejor cumbia de todos los tiempos "Tiburón a la Vista" de Mike Laure. El año 1965 esa cumbia fue uno de los primeros fenómenos virales que recuerdo, un éxito instantáneo en toda América Latina y recuerdo perfectamente que la escuché por primera vez en una micro en Santiago, repleta como a las 7 de la tarde pasábamos por la Alameda camino a mi casa en la Población Santiago y desde ese momento me quedó pegada. Tanto así que hasta hoy recuerdo ese viaje en micro con todos sus detalles.

Creo que vale la pena hablar un poco del mexicano Mike Laure y de esta famosa cumbia. Laure partió como músico de Rock and Roll (su grupo se llamaba "Los Cometas" copiando a Bill Halley) e introdujo muchas innovaciones a la cumbia, debe haber sido uno de los primeros en hacer lo que hoy conocemos como "música fusión".

Antes de Laure la cumbia era bastante básica, una melodía arrastrada, continua, basada en un mismo estribillo, sin cortes ni cambios sorpresivos. Esta cumbia en cambio es típica de Laure que parte con un punteo  de introducción que recuerda al Rock and Roll pero cambia completamente a una segunda introducción del tipo big band con instrumentos de viento. Luego empieza la canción propiamente tal que es una cumbia parecida a las colombianas pero mucho más sincopada con bombo y platillo.

Las cumbias de Mike Laure fueron una maravilla y tuvo muchos éxitos seguidos en los años sesenta, el nuevo esquema permitía a músicos y bailarines improvisar y en Chile creo una escuela de figuretis haciendo pasos inventados, a diferencia de la cumbia antigua, arrastrada y bien estructurada esta era libre y sincopada, más alegre y muy apta para improvisar. En fin, para que hablar tanto, mejor los dejo con el video para que hable por si mismo.