Para eso están los amigos

Ayer anduve en Tacna City, esa tierra bendita que es como mi segunda casa. Almorcé chicharrones "Donde Llegan Todos" y me traje de vuelta una botella de Wild Turkey, un buen kentucky straigth bourbon de 81 proof para pasar las penas, que por estos días son cada día más:

"el fastuoso futuro que año tras año retrocede ante nosotros. Aunque en este momento nos evite, no importa... Mañana correremos más rápido, estiraremos más los brazos... Y una hermosa mañana. Y así seguimos, luchando como barcos contra la corriente, atraídos incesantemente hacia el pasado."

El párrafo no se me ocurrió a mi, sino al magnífico Francis Scott Fitzgerald que si  sabía lo que es tener problemas. Ese es el final de El Gran Gatsby, me lo sé más que de memoria. Mañana igual voy a correr más rápido y a estirar más los brazos. Por si no se nota estoy saboreando la primera onza del pavo salvaje y creo que por ser martes, iré por la segunda a la salud de los que quiero tanto

Yo tengo tantos hermanos
Que no los puedo contar
En el valle, la montaña,
En la pampa y en el mar
Cada cual con sus trabajos
Con sus sueños cada cual
Con la esperanza delante,
Con los recuerdos detrás
Yo tengo tantos hermanos
Que no los puedo contar

Y si tampoco lo han  notado todavía, ya estoy ligeramente achispado, digamos, maharishi, en esa etapa del borracho sentimental que quiere a todo el mundo. Cuando empiece a sacar los sentimientos cochinos mejor dejo de escribir. Ya he mandado al diablo a un par de amigos por idiotas, así es que mejor cuido los que me quedan, nada peor que llegar a viejo solo y amargo, eso no se lo deseo a nadie. Soy muy poco demostrativo y me repugna andar haciendo declaraciones de amor o de amistad, pero nunca he sido mezquino en amigos.

Nunca he sido de esos que dicen "yo tengo pocos amigos pero buenos", la verdad es que -por el contrario- tengo muchos y malos: me piden plata y favores que rara vez se molestan en devolverme. Cuando andan cesantes me van a buscar para que tomemos, apenas ganan plata desaparecen del mapa, ¡para eso son los  amigos! mi sabio amigo el Matute decía que los amigos están para cagarlos, si no no son verdaderos amigos. Yo los cuido como oro y los quiero casi tanto como a mi gato Marat-Sade (QEPD), que es el estándar máximo de sentimentalismo barato que puedo soportar.

Bah, exagero porque a veces se portan espléndidos cuando yo ando en la pitilla, pero lo que quiero decir es que no tengo amigos por asunto de lealtad o intercambio de favores, sino simplemente porque me caen bien y soy feliz cuando me emborracho con ellos. Para mi esa es la verdadera amistad, la única que vale la pena, estar con gente que te agrada, sin condiciones.

Para que decir la amigas, me acabo de acordar de la Fabiola, cuando hace muchos años atrás me asaltó el tesoro, ah que buenos tiempos, el primer sorbo de mi segunda onza (hic) será a su salud y a la de todas mis amigas tan queridas,

For auld lang syne, my dear (por los viejos tiempos, amigos),
for auld lang syne, (por los viejos tiempos)
we’ll tak a cup o’ kindness yet, (levantemos esta copa de cariño)
for auld lang syne (por los viejos tiempos).

¡Que estupenda canción  borrachos! en Chile la conocemos como "la canción del adiós" y su letra no puede ser más estúpida "llegó la hora de decir adios, decir adioooos", hasta eso lo echamos a perder. En fin, todavía no me pongo odioso así es que sigo.

Ya pasamos por los amigos y las amigas, cerremos con la familia. Yo jamás pensé en tener una familia y mi peor pesadilla era ser un macabeo doméstico. Los que me conocieron en mis años de gloria -cuando gozaba de juventud y fortuna, estaba hinchado de ambición y me sentía el dueño del mundo- me hacen bromas. Yo siempre pensé vivir y morir solito, igual como el corrido

Solito Mejor Solito
que andar mal acompañado
asi no me comprometo
ni me dejan mal parado
hasta donde el cuerpo aguante
como gallito jugado

Por eso nada me espanta
y nada me va aguitar
yo vine solito al mundo
y no me puedo quejar
bendita la ley de dios
que no se puede cambiar

Pero las cosas se dieron distintas- Muchos dicen que si no se hubieran emparejado estarían perdidos, alcoholicos o lo que sea, no creo que sea mi caso. Pero nunca me he arrepentido ni por un segundo, en casi treinta años, de tener una familia, a la Pilar, el Tomás Jr. y mis queridos suegros los quiero igual que a Marat-Sade (QEPD). Tenemos nuestro sistema, la casa es un pequeño mundo donde se representan comedias a cada rato, es una función en rotativa.

Una vez me enojé con la Pilar y dejamos de vernos como por una semana. Casi me muero, nunca me había sentido tan miserable. Nunca nos hemos insultado, ni una sola vez en más de 30 años pese a la guerra sorda, initerrumpida, por el poder, jamás hemos cruzado la línea de decir una palabra hiriente. La Pilar me financia cuando ando pobre y si yo me compro una casa, un yate o un Ferrari no tengo problemas en pasárselos.

En fin, a la familia la cuento también entre mis activos junto con los amigos y el cadaver de Marat-Sade, que seguramente reposa todavía en forma de esqueleto en el jardín de la casa de la Población Santiago. Soy millonario ¿que más podría tener?

Y mejor no sigo porque voy a entrar en la etapa del borracho odioso y de los sentimientos cochinos, las dos onzas de Whisky estuvieron excelentes así es que mejor me voy a dormir antes que empieze a repartir bofetadas. Será hasta mañana, mis amigos regulares de este Tmplo del Ocio, que sin duda también son parte de mis más valiosos activos.