13 octubre 2015

La utilidad de las zonas liberadas


Arica es una ciudad bastante segura, de hecho muestra una de las menores tasas de victimización de Chile junto con Punta Arenas, sin embargo hay un delito específico que ha crecido y son los asaltos o riñas donde resultan apuñalados conductores que se encuentran tomando con amigos, bien sea cerveza u otras bebidas alcoholicas, en un lugar apartado.

Sobre los accidentes francamente no he hecho el cálculo porque habría que conseguir series de tiempo estadísticas de hace 30 o 40 años hasta ahora y dudo que existan, pero mi impresión es que el número de choques y víctimas por cada 1.000 habitantes se ha incrementado con respecto a los que habían en los años ochenta. Independiente de eso creo que la tasa de accidentes en la ciudad es muy alta y mi percepción es que los asaltos y accidentes han subido como efecto de las modificaciones a la Ley de Alcoholes y sobre todo a la diferente aplicación que se hace de ella con respecto a los años ochenta.

Hasta fines de los ochentas siempre existió en Arica un lugar específico, público, donde se permitía a los conductores tomar alcohol en el vehículo, todos sabíamos cual era ese lugar donde regía la regla no escrita que -mientras la gente se comportara y no hiciera escándalo- la policía no los molestaba. La primera de estas zonas liberadas que recuerdo fue el Parador Turístico, a la entrada de la Isla del Alacrán, luego la cosa se cambió para el Cuchi-Cuchi en el sector de la Playa Brava y finalmente para la misma Isla del Alacrán que en realidad es una península con un estrecho camino de acceso.

La última zona liberada que recuerdo fue la Playa Las Machas, cuando se instalaron decenas de chiringuitos que el ex alcalde Iván Paredes terminó prohibiendo. Esa fue la estocada final para el turismo en nuestra ciudad, desde entonces hasta ahora Arica es un pueblucho aburrido y sin vida, a partir de las 12 de la noche se transforma en un cementerio y la gente se junta a tomar a escondidas en algunos lugares apartados.

Esto duró unos 25 años, durante la noche en Arica el carrete sano típico consistía en ir a tomar un par de cervezas a esos lugares donde se juntaban cientos, quizá miles de vehículos todas las noches. Para que hablar del fin de semana donde esas zonas eran como la plaza del pueblo, donde todo el mundo se encontraba. La mayoría de los matrimoios y grandes amistades de esos años se concretaron en esos lugares.
Las zonas liberadas eran un acuerdo informal entre las autoridades y la policía con la ciudad. No eran elegidas al azar porque todas tenían la característica de tener un solo acceso de entrada o salida y allí es donde se ponían a controlar los carabineros.

De esta manera simple y económica, con muy pocos carabineros se controlaba fácilmente a miles de conductores, prácticamente a todos porque esos eran los lugares donde había que ir. El control no significaba acoso como lo es hoy, simplemente pedían los documentos, los papeles del auto y si el carabinero chequeaba por el aliento o la cara que alguien conducía ebrio, venía la sanción. Si solo estaba achispado -como quedabamos casi todos por esos lados- nos amonestaba diciendo "derechito y despacio para la casa, porque si lo pillamos manejando así fuera de esta zona se va preso". Y lo decían en serio.

La gente que llegaba a la ciudad y conocía eso quedaba maravillada. De hecho es algo que se aplica en muchos países más civilizados que el nuestro como Alemania o Brasil y se trataba simplemente de aplicar la ley con criterio y sentido común: si van a tomar, que lo hagan en un ambiente controlado y tranquilos.

Pero en 1990 llegaron los políticos, y de la mano el populismo, santurronería y corrupción. No podría asegurar si es cierto lo que voy a contar, pero al menos es una historia que he escuchado muchas veces. En esos años llegó como prefecto de carabineros o algo así el coronel Spartaco Salas y coincidió con la inauguración de la primera disco grande de la ciudad, la Soho, todos pensábamos que iba a ser un fracaso porque la gente estaba acostumbrada a juntarse en la Isla del Alacrán. Pero de la noche a la mañana empezaron a pasar cosas raras en la ciudad.

Una noche de sábado, estábamos tranquilitos tomando nuestras cervezas con la Pilar en la Isla cuando entra la camioneta de Carabineros y se empieza a parar al lado de cada auto estacionado. Cuando finalmente llegaron donde nosotros, un carabinero muy apenado nos dijo que mejor nos fuéramos porque en un rato más iban a hacer una redada en el lugar "no es culpa nuestra, nosotros cumplimos órdenes nomás" dijo el carabinero, quien como todos sus colegas venía a la Isla cuando estaba de franco. Por curiosidad nos quedamos, no sin antes tomar toda la cerveza y botar las botellas. Y llegó un bus de carabineros que se paró en la entrada y empezó a meter para adentro a todos los conductores a medida que iban saliendo. Nosotros nos salvamos jabonados porque conocíamos a los que controlaban pero se llevaron presos por lo menos a unos 50 conductores.

Ese fue el inicio de un acoso que duró meses, hasta que la gente dejó de ir a la Isla y supongo que esa fue la masa crítica que faltaba para que la disco pudiese funcionar con éxito. Como dije, no lo puedo asegurar pero los sucesos calzan perfectamente. De allí en adelante comenzó la campaña de prensa digitada desde el gobierno para convencr a la gente del alto precio del pecado y payasadas por el estilo, esto mismo venía desde Santiago hace años y se convirtió en una serie de leyes absurdas y populistas como las conocidas por "tolerancia cero" y "ley Emilia".

El resultado neto es que la gente sale a tomar a escondidas, porque Arica es un paraíso para salir de noche a tomarse una cerveza junto a la playa. Los carabineros no dan abasto para andar buscando y acosando a los conductores, amenazados por las nuevas leyes, al final terminan desplegados por toda la ciudad chequeando documentos y tomando muestras de aliento en lugar de prevenir los delitos como es su trabajo. Como la gente sale a esconderse de los carabineros, esto abrió una excelente oportunidad de negocio para los asaltantes y ahí tenemos el resultado de gente acuchillada a diario. El cambio de criterio creó todos los incentivos para cometer delitos y debilitar la eficacia de la policía.

Los que antes tomaban tranquilos unas cervezas conversando, sabiendo que si se emborrachaban iban a ser agarrados a la salida, ahora no tienen esa restricción y en lugar de cerveza toman ron o whisky, se emborrachan hasta quedar al borde de la inconsciencia y como "con trago se maneja mejor, más seguro" causan muchos más accidentes que antes. La eliminación de las zonas liberadas también creó los incentivos a manejar borracho como cuba, porque no cuesta nada evitar a la policía cuyas balizas se ven desde lejos en la noche, no hay una sola salida en este caso sino decenas.

Otro incentivo es a manejar sin papeles, yo mismo pasé años manejando sin papeles entre el 2008 y el 2014, cuando finalmente volví a la legalidad. Todo esto muestra las diferencias enre la teoría y la práctica, decían que endureciendo las leyes iban a bajar los accidentes, es mentira, si ha existido alguna baja marginal de accidentes es porque los autos traen mejor tecnología que antes, son más seguros y menos accidentes se reportan. Decían que intensiicando el control policial en las calles la gente estaría obligada a manejar con paleles, mentira, porque con los carabineros desplegados por toda la ciudad y la gente que no se junta en un solo lugar es imposible controlarlos eficazmente.

Y resulta que ahora tenemos a los carabineros "ocupados" en labores inútiles en lugar de estar respondiendo a los robos y asaltos que -en mi percepción- van creciendo, claro que si lo pensamos bien, los carabineros hoy en día solo sirven para dar una protección muy corta durante un asalto, porque los delincuentes entran y salen libres a los pocos minutos de ser detenidos, gracias a las negociaciones entre fiscales, defensores y jueces de garantía. Y después se extrañan que crecen los delitos y muestran estadísticas truchas -más arregladas que mesa de cumpleaños- para descargarse. Vivimos en el país de los hipócritas, sin duda.

7 comentarios:

  1. Esquivar el control policial es cada vez más fácil, basta con usar Waze y estar atento al "Policía reportada más adelante". Por lo menos acá en Santiago funciona bastante bien.

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  2. En pocas palabras, el remedio fue peor que la enfermedad.

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  3. Acá en Chile - perdón, Santiago, el carrete nocturno era ir a un mirador. Eso dejó de existir a finales de los 90, pero no por culpa del amigo en su camino sino que el carrete se trasladó a los pubs.

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  4. Seria interesante comparar la tasa de incidentes v/s numero de vehiculos, entre los dos periodos. Mas finito seria por km recorrido, pero eso si seria pecado. Quiza consumo de bencina sirva, si es que solo se compra en Arica.

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  5. Renato Aguirre Bianchi14 octubre, 2015 14:49

    Muy interesante y clarificador tu análisis, Tomas. Creo que quienes no vivieron esos tiempos pretéritos desde en fin de los toques de queda hasta el inicio de las imposiciones legales "anti-pecado", debieran leerlo dos veces y meditarlo. Para quienes vivimos esa época como adultos, nos parece claro tu argumento (a mí por lo menos).

    El problema de la inseguridad en Arica es un temazo mayor que lo que se dice. Farreros acuchillados cerca de la madrugada o aún antes, aparecen cada vez con mayor frecuencia y no me cuadran las explicaciones que intento crear. Anoche, saliendo del Canal TV local poco después de medianoche, en el par de cuadras que debía ascender por San Marcos para llegar al estacionamiento, había 3-4 muchachotes haciendo escándalo y gritandfo inteligiblemente en la calle y nadie más. Tuve que hacer un largo rodeo para evitarlos. Eso nunca ocurría antes, hace no sé cuándo, pero claro, la juventud era diferente. Llegué a Arica en el año 1972. Desde entonces he visto una amplia variedad de comportamientos de la delincuencia ariqueña, desde la benigna, blanda y amistosa "mafia" cocalera a la cual yo atendía profesionalmente, hasta ahora, cuando de verdad siento y sufro la inseguridad.

    O la juventud flaite y similares de antaño cambió, o es que la gestión policial y judicial ha institunializado a la impunidad. Como sea, si estuviera en condiciones personales y familiares para ir a pololear a la costanera, hoy no me atrevería a hacerlo. Por suerte que tampoco me dejarían, pero puchas que era entrete y jamás se pensaba que te podrían asaltar :)

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  6. FRx, Leus, Wilson , Dr. aguirre: algún día voy a derrotar mi pereza endémica y me pondré a buscar series de tiempo de accidentes, antes y después del endurecimiento de las leyes anti-alcohol, no es difícil normalizar, basta con calcular tasa de accidentes por cada 1.000 habitantes, algunos podrían argumentar que la cantidad de vehículos ha crecido mucho pero normalizando ese problema desaparece. Lo difícil sería bucear en estadistícas de hace tanto tiempo.

    Doctor, el aumento de la violencia de los delincuentes yo creo que es simplemente por el mayor nivel de impunidad, más garantías legales y un sistema carcelario que ni castiga ni menos rehabilita, una vez que alguien se acostumbra a la cárcel la hace su sistema de vida.

    Por otra oparte existe un sistema demencial de justicia, que persigue con máxima dureza los delitos sin víctimas y deja enormes lagunas legales a los delitos donde hay crueldad y violencia contra terceros: transportar droga tiene mucha mayor pena que un robo con escalamiento o incluso con intimidación por dar solo un ejemplo.

    Eso ha llevado a que la justicia se transforme en una cuestión de formalidades mucho más que de protección y castigos, culpa de eunucos abogados que nunca en su vida litigaron y diseñaron nuestra desastrosa reforma procesal penal. En fin, eso solo da para un libro.

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  7. Yo alcancé a conocer la isla por ahi en 1995... Y tal como dices, todos iban a beber alla. Algunos a pie (como mi caso) y otros en auto (con el peligro que conlleva). No estaba iluminada completamente y la mayoria nos quedabamos en el istmo. Después la gallada se fue yendo hacia la isla, donde luego iluminaron y ahi fue el despelote... Vi varias peleas, choques pero tambien fueron buenas las conversas y las amistades que se hicieron ahi. En todo caso era re facil para los carabineros, pues bastaba ponerse en la entrada a controlar a cada choferillo que se retiraba en la madrugada, lo cual fue matando ese carrete. Cuando voy para Arica ultimamente he pasado por ahi y recuerdo esas noches.. jaj

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