Hora de incidentes

En el congreso, años atrás, existía la "hora de incidentes" donde los honorables daban un discurso sobre cualquier cosa que se les antojara, ignoro si eso existirá todavía. Hagamos hoy viernes una hora de incidentes, para comentar de manera breve sobre cosas de menor importancia

1 El mito que los billonarios son los más poderosos
Esto es casi universalmente aceptado. Muchos están convencidos que en Estados Unidos, por ejemplo, los laboratorios farmacéuticos, la industria del entretenimiento, las grandes petroleras, los fabricantes de armas y un largo etc. son quienes mandan a los políticos. Estos serían simples títeres o empleados de las transnacionales, quienes los ponen y los sacan de sus puestos a su antojo.

Como prueba que es así, muestran la gran cantidad de leyes que benefician a las grandes empresas. Leyes de propiedad intelectual y de patentes que otorgan verdaderas patentes de corso en forma de monopolios protegidos por el estado, regulaciones que los benefician, ventajas tributarias y muchas cosas más que -según dicen- demuestran esta subordinación de los políticos al poder del dinero.

No saben donde están parados, las situaciones son reales, pero la relación de causa- efecto es exactamente inversa, son los políticos quienes mandan a los billonarios y los usan para cobrarles cupos, tal como hacen los capos mafiosos que "protegen" a su barrio.

El verdadero poder está en las Fuerzas Armadas, debajo de ellas en los tribunales y en tercer lugar en los políticos que tienen control legal sobre los anteriores: de allí para abajo viene la mesa del pellejo. La gente tontamente confunde al patrón con el empleado, cuando dicen que el patrimonio personal de Bill Gates es mayor al PIB de muchos países pequeños, cometen dos errores: el primero es que no se puede comparar el patrimonio (que es capital) con el PIB que son ingresos, hasta el país más pobre del mundo tiene  un patrimonio muy superior al de Bill Gates. El segundo error es que la fortuna de Bill Gates no le sirve de nada si en USA estalla una revolución política como ocurrió en Cuba, en esos casos se puede ver quienes son realmente poderosos y quienes lo son en apariencia.

2 El librito sobre educación sexual
Apareció apoyado por la Municipalidad de Santiago un librito sobre educación sexual, que ha causado mucho escándalo y polémica, especialmente en las redes sociales. No le veo nada de malo en que se hable sobre el tamaño promedio del pene -cosa que no se me había ocurrido, pero me da cierta tranquilidad después de leerlo- que el frenillo no se corta después de el primer encuentro sexual y otras cosas por el estilo. Todo lo que sea información puede ser útil a alguien que no lo sepa: el conocimiento no daña.

Pero el libro fue concebido como una herramienta política, en ese sentido introduce juicios morales que responden al lobby de los homosexuales así como varias otras estupideces que -lejos de ser información- son simple propaganda. En realidad se trata de un panfleto de las ideas de sexualidad que predica la izquierda, que son tan pechoñas y ridículas como las de cualquier otra iglesia o grupo conservador.

Yo recuerdo que como a los 9 o 10 años era mucho más desgenerado y libertino que hoy, al menos en pensamiento, es increíble las cosas que pasan por la mente de un niño (por la mía por ejemplo) pero existe toda clase de fantasías y tabúes sobre una imaginaria "inocencia", eso lo comparte tanto la derecha como la izquierda y se refleja en el horror hacia la pedofilia, la pornografía, prostitución infantil o cosas por el estilo. Eso es pura ideología, ya los quisiera ver a estos en Grecia Antigua.

Para mi, ahora que la pornografía online -hecha por aficionados- está al alcance de cualquier niño, esa es la mejor educación sexual que puede existir: muestra toda clase de comportamientos sexuales desde los más normales hasta los más desviados. Todos estos libros de "educación" sexual me parecen estúpidos en una época en que cualquier niño puede ingresar sin problemas a Xvideos.com o cualquier otra de esas páginas que -según me han contado- muestran a la gente común y corriente haciendo sus cochinaditas.

Hay que entender el libro por lo que es: solo un intento de comunistas, maricas y lesbianas por colocar sus respectivas agendas, nada más. Personalmente no tengo nada en contra y pienso que no tendrá el menos efecto en los niños, porque esas cosas no se aprenden en libros sino en la práctica, por el ejemplo que ven en su familia y sus amigos. La educación "teórica" es lo más inútil y ridículo que existe en asuntos sexuales. Excepto los relatos eróticos, claro, que deben ser muy interesantes, por lo que me han contado. Si hay algo que me revienta son los activistas sexuales, que gente más patética: hagan más y protesten menos, idiotas.

3 La aventura me llama
Hace bastante tiempo que llevo una vida tranquila y aburrida, por eso tengo la sensación que en algún momento la aventura va a golpear a mi puerta, o en su versión moderna voy a recibir un mail con alguna oportunidad loca o riesgosa. Entonces probablemente voy a decir "no puedo, no quiero, no debo... bueno ya". Tal vez no pase nada pero la verdad es que llevo demasiado tiempo con esta apacible vida burguesa. La última aventura grande fue el viaje a la Amazonia Peruana, hace 8 años atrás. Quien sabe que vendrá ahora.

Tengo un buen amigo que es adicto al riesgo. Cuando estudiábamos en la universidad el ya era jefe en una importante empresa de la ciudad, tenía un buen auto y parecía el Rey Midas porque todo lo que tocaba se convertía en oro. Cada vez iba doblando la apuesta, corriendo más riesgo y todo le resultaba. Se independizó dedicado al comercio, empezó a moverse a ciudades del resto de Chile, luego a Japón y terminó en Buenos Aires donde finalmente se le terminó la buena suerte y se fue a pique con todo. Eso fue hace unos 15 años y recién está volviendo a repuntar, a una velocidad geológica, claro.

Yo no soy adicto al riesgo. En verdad soy bastante gallina y me asusto por todo, menos por la cesantía, claro. Pero si soy adicto al cambio y cuando paso más de 7 años haciendo lo mismo, algo me empieza a molestar y me busco un poco de pimienta para la rutina. El riesgo y la adrenalina es igual como la pimienta o la sal, mejor de a poquito.