Amigos, Gopro y la Gran Estafa

Amigos
En el año 1975, tres de los chiporritos que egresaron del último curso de técnicos electrónicos que hizo la Universidad Técnica Federico Santa María en Arica  llegamos a hacer nuestra práctica profesional a la industria IRT-Ilesco, una de las últimas industrias electrónicas que quedaban funcionando en Arica, aquí podemos verlos 41 años después: de izquierda a derecha el que escribe, el Pepe Rojas y Gozalo "el Gato" Oliveros.

El Pepe era el galán del grupo, agujón como nadie, a veces su tío le prestaba su lindo Chevy Nova coupé  y eran muy pocas las que se le escapaban. El Gato, sociable como pocos también le hacía empeño, debo decir que ambos eran un poco mayores que yo, que además de ser enfermo de tímido no tenía como competir con ellos, esos años y muchos más que vinieron yo fui un perfecto "lápiz Bic", es decir sin minas.

Nuestra primera exposición al trabajo asalariado fue tan agradable que el Gato se quedó trabajando en la empresa, hasta que cerró tres años después y el Pepe quedó trabajando en la armaduría de General Motors de Arica durante un montón de años. Yo que era un bueno para nada (igual que ahora) me quedé dando bote por ahí, hasta que -después de varios feos tropiezos- me dio por seguir estudiando en la Universidad de Tarapacá.

A veces, cuando uno se encuentra con viejos amigos que quiso mucho, simplemente no tiene de que hablar y nos da la impresión de estar con una persona distinta y extraña. No fue el caso esta vez, tal vez por efecto de los mojitos o quien sabe qué, fue como si nos hubiésemos dejado de ver ayer, el Pepe y el Gato son los mismos que hace cuarenta años, aparte de viejos como estamos todos, en todo lo demás no han cambiado absolutamente nada.

Entre 1969 y 1980 fueron los peores años de mi vida, los peores problemas y las miserias más grandes, no me volví loco gracias a los amigos. Prácticamente vivíamos estudiando, entrábamos a las 8 de la mañana hasta las 12:30, en la tarde volvíamos a las 14 hasta las 18:30, como me iba y volvía caminando eran casi dos horas más, pero era lo mejor porque se me olvidaban todos los problemas. Las pruebas de matemáticas y electrónica eran nada comparadas con los problemas que tenía al llegar a la casa, en verdad me relajaba estudiando.

Como pasa siempre en estas ocasiones, nos acordamos de los buenos profesores: Galleguillos, Cerviño, Riquelme y tantos otros, de las compañeras de curso y de trabajo que eran ricas, de lo bien que lo pasamos en las fiestas "de toque a toque", en esos años por toque de queda no se podía andar por la calle pasados las 12 de la noche, las fiestas empezaban a las 11 de la noche y duraban hasta las 7 de la mañana del día siguiente. Bueno, no es raro que extrañásemos tanto esa época de comienzos de "la dictadura".

En fin, que rico ver que algunos de los viejos amigos no han cambiado y siguen igual de garganta de lata que en los tiempos aquellos, menos el Pepe que por estar manejando se mantuvo con una no muy saludable Coca-Cola.

Gopro Hero 5 Black



Finalmente me corté las venas y acabo de gastar casi 600 dólares de mis preciosos ahorros en una nueva cámara de video. Tenía varias alternativas en carpeta, la principal era vender mi Lumix G5 y cambiarla por una Lumix GH4 y en el caso ideal comprar una Black Magic, ambas alternativas tenían ventajas y desventajas pero finalmente me decidí por la Gopro que -por lo que he visto- ya es un modelo maduro como para hacer buenos videos.

Una de las ventajas de esta cámara es no ser aparatosa, la gente se intimida frente a una cámara grande, que además es difícil de llevar y un imán para los ladrones, con la Gopro puedo llevar todo lo que necesito en el bolsillo, cabe en la palma de mi mano, sin sacrificar calidad.

La gran desventaja es que las Gopro tienen lente fijo y no admiten ópticas sofisticadas como la Lumix, pero el lente y la electrónica que lo acompañan es de verdad una maravilla, creo que para lograr lo mismo con la Lumix tendría que gastar una fortuna en lentes adicionales. El lente fijo es de apertura f 2.8, es decir bastante luminoso y tiene un gran ángulo de 170 grados, lo bueno es que tiene corrección electrónica para evitar la distorsión de los lentes "ojo de pescado" que redondean los bordes, lo que permite hacer tomas muy amplia prácticamente sin distorsión. ¿Como lograron esta maravilla con un lente de 48mm? Maravillas del software nomás.

Otra maravilla es la estabilización electrónica, que permite caminar y agitar la cámara sin que salgan esas horribles imágenes sacudidas, se que algunos puristas preferirían la estabilización óptica o motorizada, pero que diablos, dudo que el ojo humano pueda distinguir ambas.

La gama de resoluciones es enorme, desde 480 hasta 4K, lo mismo los cuadros por segundo que pueden ser desde 30 hasta 240, lo que permite tomas en cámara lenta de buena calidad. La cámara es sumergible sin carcaza y tiene GPS incorporado, lo que me ayudará un montón cuando haga filmaciones en el Volcán Tacora, para marcar los lugares exactos con sus respectivas alturas.

En fin, recién me doy cuenta que estoy repitiendo lo que dice el video de la revisión, mejor miren eso que la chica está más entretenida que yo. Bueno, en 20 días más espero poder mostrarles como funciona, a ver si los malditos videos me salen un poco menos aburridos que hasta ahora. Echando a perder se aprende, dicen.

La gran estafa
El desastre que ha sido Transantiago es mucho mayor de lo que imaginamos. Como a nuestros estúpidos parlamentarios se les ocurrió exigir "fondos espejo" para aprobar el subsidio a los billonarios déficits del sistema, en provincias han quedado miles de millones que se tienen que gastar -si o si- en arreglo de vías.

Gracias a esa monumental estupidez, se están rompiendo todas las calles que se encontraban en perfecto estado para pavimentarlas de nuevo, y las veredas que eran de concreto y habían durado muchas décadas en buenas condiciones, están siendo reemplazadas por frágiles baldosas, que apenas colocadas ya se han roto, porque se instalaron sobre finas capas de tierra apisonada y piedras.

Hoy los ariqueños llevamos casi un año sufriendo por calles inútilmente cortadas, la destrucción de las veredas y la colocación de baldosas. Aparte de la fortuna que está costando toda esta idiotez, pagada con los impuestos de nosotros los giles, los únicos beneficiados están siendo el señor que vendió los miles y miles de baldosas, que en un año o menos deberán ser repuestas y -como siempre- muchas abnegadas "autoridades" del servicio público que adjudican los trabajos, y que gracias a las coimas se deben estar construyendo tercer y cuarto piso a sus casas. Es la gran estafa, un faenón en toda la regla, malditos sinvergüenzas.