La Democracia Cristiana y el tío Arturo

Gracias al buen dato de Ernesto Medalla-Mesa, estoy leyendo el libro La Muerte del Camaleón, de Víctor Farías, donde relata su visión de la historia del Partido Demócrata Cristiano, que tanta importancia tuvo en Chile entre los años 1940 hasta el 2000 más o menos. Este partido político nació cuando un grupo de jóvenes abandonaron el Partido Conservador para formar la Falange Nacional primero y posteriormente el Partido Demócrata Cristiano, al que yo pude conocer en sus años de gloria, en la década de 1960.

Leyendo en el libro sobre el rompimiento de los jóvenes falangistas con el Partido Conservador, me recordé haber escuchado de mi mamá, que fue militante demócrata cristiana, la historia de una gran polémica que tuvo mi tío abuelo, monseñor Luis Arturo Pérez Labra, cuando se dedicó a atacar a la Falange primero y luego al propio Jacques Maritain. La polémica fue escalando al punto que el propio Maritain escribió una carta al "Diario Ilustrado", donde el tío Arturo escribía una columna de opinión muy leída en la época, para "aclarar y corregir" los errores que a su juicio, monseñor había cometido.

Buscando en Google que todo lo sabe, he podido recrear la virulenta polémica entre el cura, los políticos y el filósofo Maritain, que aparece relatada por William Thayer en un artículo llamado Testimonios del Siglo XX, el Padre Hurtado, Iglesia y Política, que lo expone así:

"Pero terminada la Guerra Civil española (1936-1939) y hacia fines de la Segunda Guerra Mundial (1944), este disenso entre el humanismo integral planteado emblemáticamente por Maritain y el que podríamos llamar catolicismo tradicional, tuvo una expresión tensa y espectacular en la polémica originada por un artículo del prebendado, monseñor Luis Arturo Pérez Labra, que acusaba a Maritain de contradecir la enseñanza tradicional de la Iglesia. Le contestó Javier Lagarrigue ,falangista, ex presidente de la ANEC y antecesor mío en la presidencia de la Juventud Católica. Replicó Pérez; duplicó Lagarrigue, pero volvió a la carga el señor Pérez Labra poniendo en entredicho la fidelidad a la doctrina de la Iglesia del filósofo francés, a quien acusó de seguir la línea del grupo católico francés de avanzada, conocido como Le Sillon, que implicaba –a juicio de Pérez – defender una libertad absoluta de cultos condenada por el Syllabus, de S.S. Pío IX. Maritain, advertido, decidió intervenir directamente y envió su propia respuesta, que publicó El Diario Ilustrado el 5 de mayo de 1944.. El señor Pérez Labra persistió en sus críticas a través de nuevos artículos. Transversalmente intervino don Rafael Luis Gumucio en una carta dirigida a Eduardo Frei, defendiendo en forma y fondo la posición de Maritain".

La polémica fue fuerte a nivel nacional porque monseñor se dedicó a defender los fueros de la iglesia católica tradicional, algo que comenzaba a ser políticamente incorrecto -o a lo menos polémico- en los años que la popularidad de Maritain estaba en su cúspide. Se escribieron largos ensayos, como este de Rafael Luis Gumucio, contestando con todo a Carlos Aldunate Errazuriz (que era del bando del cura) sin escatimar sarcasmos y ataques para el tío Arturo.

Lo curioso de todo esto, es que a Rafael Gumucio yo lo conocí bien, pues como dije antes mi mamá era militante DC y una especie de dirigente política cuando vivíamos en la Población Santiago, así es que Gumucio, Leigthon y otros peces gordos solían ir a tomar el té a mi casa con bastante frecuencia, dudo que hayan sospechado siquiera que mi mamá era sobrina de monseñor Pérez, el enemigo hereditario. También apareció Jaime Castillo Velasco atacando al cura en este artículo y defendiendo a brazo partido a Maritain.

Miren las coincidencias de la historia, mi mamá me decía que a medida que yo crecía, me empezaba a parecer -físicamente- al tío Arturo cuando era joven. Pero el parecido no quedó allí, porque se dió la coincidencia que también ambos fuimos charlatanes virtuales: el a través del Diario Ilustrado y yo con mi humirde blog y la columna que escribí en La estrella de Arica durante 6 años. Quien lo iba a imaginar, al final yo soy una versión de bajo presupuesto del cura.

Lo que me preocupa es que ahora que me estoy haciendo viejo me empiece a parecer al prebendado cuando viejo: gordo, pelado y de lentes en que se convirtió el tío Arturo en su edad madura, miren, este debería ser mi futura apariencia, a los 70 años más o menos

Monseñor en los sesentas, a su lado la señorita Elisa Errazuriz Vergara, su amiga, mecenas y vicepresidenta de la Sociedad Educacional Santo Tomás de Aquino

Un retrato al oleo del curita

Recuerdo cuando monseñor finó y fuimos con mi mamá, muy esperanzados a recibir algo de herencia, pero el curita no tenía un pelo de tonto y dejó prácticamente toda su fortuna a la Sociedad Educacional Santo Tomás de Aquino, lo que nos dejó frustrados y furiosos. Revisando en Google veo que el colegio que lleva su nombre (hay varios más) está teniendo muy buenos resultados, bah, igual mejor nos hubiese dejado la plata a nosotros.



En fin, creo que voy a seguir el ejemplo de mi ilustre tío y cuando estire la pata voy a dejar toda mi fortuna a una buena causa, por ejemplo a la Fundación Pinochet o a la señora Lucía Hiriart de Pinochet: mi casa rodante, mi auto, toda mi fortuna, etc. Al Tomás Jr., a la Pilar y a mi querida suegra les legaré 10 lucas para cada uno, si es que hay sobrante.

P.D. Leyendo sobre esta polémica, me enteré que el cargo del tío Arturo era "prebendado", me puse a averiguar en que consistía eso y leo en Internet "Estos personajes, con fuertes redes sociales en la ciudad y el arzobispado, fueron parte de ese alto clero que ocupó los importantes cargos eclesiasticos (...) Se trató de personajes que debían distinguirse del resto de la sociedad, tanto en su forma de vivir como en la de morir (...) Al ser considerados una elite crelical, aunque económicamente muy lejos de las fortunas de las familias nobles, debían reflejar el prestigio de la corporación a que pertenecían. Esto se reflejaba en casas propias, esclavos, mulas, minas, haciendas, vestidos de telas preciosas -especialmente de China-, utensilios de plata y maderas finas que demostraran su posición". 

Al menos así era durante el Siglo XVI, supongo que en el Siglo XX serían muucho más austeros. ¿Que tal el trabajo del curita? Es justo la clase de trabajo que a mi me encantaría tener.

P.D.2 A ver si es cierto que me parezco

ANTES (jovencitos)

 DESPUÉS (viejos Q)