Día del Pi y el Doctor Google

El Día del Pi
¡Felíz día del Pi! Bueno, como saben yo escrbo con uno o dos días de anticipo así es que todavía estamos a 14 de febrero,, el Día Mundial del Pi. No es el que muchos de mis amigos chilenos se imaginan -ese es en septiembre- este es el día del número Pi una de las rarezas más asombrosas de las matemáticas, copiaré un par de curiosidades triviales que he visto en Internet, está lleno:

"El matemático inglés William Shanks dedicó 20 años a calcular 707 decimales de Pi. En 1945 se descubrió que había cometido un error en el decimal 528 y a partir de este número, todos los demás eran, claro está, incorrectos"

"El último record sobre el cálculo de Pi lo lograron los informáticos Alexander Yee y Shigeru Kondo, quienes han conseguido calcular 12,1 billones de decimales, siendo el último decimal calculado un 5. Si escribiéramos seguidos los 12,1 billones de decimales con fuente Times New Roman de tamaño 12, el papel necesario para apuntarlos todos daría unas 60 vueltas a nuestro planeta Tierra" (nota mía: en esa serie de 12.1 billones de decimales no se ha podido detectar ni un solo patrón o regularidad, ni una sola, por lo que Pi genera una de las series aleatorias más perfectas ue se conocen)

Pi es irracional e infinito, y en el Día del Pi, 14 de marzo, también se recuerda el nacimiento de Einstein. ¡Larga vida al Pi!.
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El doctor Google

Un maldito dolor a la rodilla me tiene complicado -son los años que no perdonan hijitos- pero menos mal que tengo la mejor clínica del mundo al alcance de mis dedos ¡el doctor Google! Se que mis amigos médicos odiarán lo que voy a decir, pero el doctor Google es mi médico de cabecera. Él es el mejor médico que conozco, aunque mi experiencia no es mucha porque una sola vez en mi vida he ido a una consulta, cuando el viejo doctor Sakuray en Tacna me voló un lunar que tenía en la nariz.

Mi predilección por el doctor Google tiene que ver con varias ventajas únicas sobre la medicina tradicionales, veamos:

La primera ventaja es que trabaja gratis, lo que es determinante para alguien como yo que no tengo ninguna clase de previsión, seguro ni menos plata para pagar una consulta médica, si no tuviese más ventajas, esa sería suficiente para mi, pero tiene otras.

Otra ventaja enorme es que no me busca enfermedades: puedo tener cualquier enfermedad horrible y asintomática como un cáncer o un gran coágulo a punto de llegarme al corazón, o al cerebro, y eso al doctor Google no le preocupa en lo más mínimo, gracias a esa bendita despreocupación yo me mantengo libre de miedos y, cuando me llegue la hora, estaré tan pero tan podrido por dentro que mi muerte será probablemente fulminante, lo que es mi mayor deseo.

El doctor Google me atiende a domicilio, no tengo que pedirle hora, esperar mi turno ni ir a la consulta, simplemente me quedo sentado en el sillón en mi cuchitril, en pijama, lo llamo con un par de teclas, coloco mis síntomas y aparece en seguida. En realidad más que un doctor es la Clínica Google llena de doctores, buenos, malos y más o menos, igual que en las clínicas de verdad.

Una vez que le cuento mis síntomas al doctor Google ocurre algo maravilloso: el doctor no me pregunta nada, no me reta por mis frecuentes borracheras, por mis pésimos hábitos alimenticios, ni por mi molicie sedentaria, ni por mi indeseables hábitos de higiene personal, nada, simplemente me da una lista de todas las posibles enfermedades que podría tener y yo escojo la que más me gusta.

Por principio siempre escojo la menos grave y que no necesita ninguna clase de tratamiento, solo dejar que el tiempo me cure solo, aunque por mi temperamento -enfermo de pesimista- en mi fuero interno me quedo convencido que es un cáncer que está creciendo o un coágulo que se aproxima de manera inexorable a mi cerebro. Eso es lo que o siempre creo, pero como el bondadoso doctor Google no me hizo ningún examen, siempre mantengo una minúscula esperanza que todo se me va a pasar solo.

Bueno, el resultado en mi rodilla otra vez fue bueno, encontré varios ejercicios para dolor de rodilla en Youtube, primero hice unos que me agudizaron el dolor así es que cambié por otros que si funcionaron, hace dos días atrás apenas podía caminar y hoy me queda solo una pequeña molestia.

Tiempo atrás tenía dolor agudo y opresión en el pecho, lo tuve por varios años hasta que el doctor Google me recomendó tomarme la presión. Y como la tenía altísima le volví a consultar, las recomendaciones fueron desde ir a un médico de verdad para que me recomendara medicinas y tratamientos verdaderos (no way), hasta una serie de ejercicios y recomendaciones sobre alimentación.

Resultados: eliminé el desayuno (pese a que que todos me dicen que es una pésima decisión), ya no como más de un pan al día (un sandwich de huevo frito o de tomate con mayonesa en la tarde, por lo general), tomo litros de té o yerba mate y con un programa de ejercicios ligero hoy me siento como nuevo. Además ahorro plata en la casa porque como mucho menos. Gracias de nuevo al doctor Google.

La mayoría de los doctores de verdad despotrican contra la automedicación, dicen que es lo peor y la actitud más estúpida que existe. Los entiendo, porque pasaron muchos años quebrándose la cabeza para estudiar y ven tragedias con gente gravemente enferma todos los días, entonces les irrita ver un irresponsable como yo que toma la vida y la muerte como chacota. Pero yo no comparto es opinión, creo que el autodiagnóstico y la automedicación, ayudados por el doctor Google, son lo mejor que existe.

Esto por un asunto un poco filosófico. Yo no quiero vivir sano en el sentido de "libre de enfermedades", creo que las enfermedades son parte natural de la vida y muchas de ellas se curan solas, las que no se curan solas, obviamente son las que nos matan. Yo no quiero saber "que tengo", eso no me interesa, solo quiero vivir sin dolores, miedos ni molestias mientras pueda. Yo creo que uno debe ir al médico cuando ya esté desahuciado, in articulo mortis, para que ojala un doctor amigo nos recete un potente cóctel de drogas que nos deje bien maharishi, mientras nos manda directo a enfrentar al Pulento, con tranquilidad.

Ah, y la otra enorme ventaja del doctor Google es que no puede ponerme inyecciones, la sola idea de pensar en una inyección me marea y me pone enfermo. Solo a tres cosas le temo en este cochino mundo: a la Pilar, a las alturas y a las inyecciones, en ese orden.

Para estudio de la ciencia

Gracias a la inquietud de mi buena amiga Mila Bulic, pude averiguar algo que he querido hacer desde hace años: donar mi cadáver a la escuela de medicina una vez que estire la pata. Por alguna razón incomprensible, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Tarapacá no hacen disecciones ni experimentan con cadáveres reales, lo que me hace dudar montones de la clase de formación que están recibiendo, pero en fin.

Buscando y buscando Mila encontró que la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile tiene un programa de donación de cuerpos a cargo del doctor Miguel Soto msoto@med.uchile.cl Este lunes sin falta le escribo para hacer el trámite y permitir que me hagan un completo despiece después que quede tieso. No tengo dudas que mi hígado y mis pulmones vírgenes será de valiosa ayuda para la ciencia, siempre he soñado con que me desarmen completo después de muerto y esta es mi oportunidad de asegurarme.