Por que quieren destruir a la policía

Los síntomas
En la región de la Araucanía existen territorios donde se planta marihuana, se esconden los vehículos y otros bienes robados, se portan armas de fuego cortas, largas y hechizas, completamente al margen de la Ley Control de Armas, se usan y se dispara con ellas, se mantienen municiones e insumos para incendiar casas, iglesias, vehículos y maquinarias. Los asaltos a mano armada, robos e incendios son cosa de rutina, han resultado muertos como el matrimonio Lutzinger McKay (o como se escriba) pero esos son solo un ejemplo, tal vez el más espeluznante porque fueron quemados vivos en su casa. Hay muchos más muertos, heridos y gente ue ha sido atacada a mano armada.

En Chile, sin que nos demos cuenta todavía, están creciendo en cantidad y extensión estos "territorios liberados", donde la policía no puede actuar. Otro ejemplo es el Instituto Nacional, donde una verdadera mafia de alumnos delincuentes, maneja la vida y la convivencia interna de manera muy parecida a como en la cárceles se organizan grupos de poder que actúan de manera prácticamente impune. Los alumnos lumpen proletariat del Instituto Nacional, mantienen controlado el espacio de compañeros y profesores por medio del terror, su arma favorita son las bombas molotov, que fabrican allí mismo, a vista y paciencia de todos, usándolas sin que les pase absolutamente nada, pee a los graves daños que pueden causar.

Muchas poblaciones que son bastiones del narcotráfico, también se han ido incorporando a estos territorios liberados donde la policía solo puede intervenir de manera decorativa, bien como espectadores o como blancos en un campo de tiro, pero de ninguna manera pueden ejercer su función que es prevenir y reprimir usando la fuerza. El colmo son los funerales narcos donde se dispara al aire frente a la policía, donde los tribunales han llegado a ordenar a Carabineros escoltar al cortejo.

Hay muchos más ejemplos de esto que todos conocemos. Por ejemplo el "empoderamiento" de gente común y de otros que se sienten con protección política o de cualquier clase que les permite insultar y golpear a un policía sin que les pase prácticamente nada. El video de arriba muestra a una histérica figurita de la tele, que grita y ataca a carabineros porque no le entregan su licencia -procedimiento normal cuando se cursa una infracción.

La estupidez de esta señora es evidente y no tiene ninguna importancia, pero si todo lo que rodea al incidente: el novio que amenaza "voy a llamar al general de Carabineros", las declaraciones de sus hijos "a mi mamá la soltaron porque tenía mano con el general", en fin. Un vergonzoso espectáculo, pero síntoma de algo que está pasando.

Todo esto ocurre porque existe la más completa impunidad frente a los ataques a carabineros en servicio. Primero hay una extensa red de protección judicial y del ministerio público que actúan como cómplices de los delincuentes, eso es evidente, imposible de negar. ¿Recuerdan al juez vestido de rojo que sentenció la libertad de uno de los pocos asesinos del matrimonio Lutzinger McKay? ¿La fiscal asistente que pasaba información a los terroristas de la CAM? ¿recuerdan como convirtieron la muerte de Catrillanca en un matiricidio, pese a que se sabe de manera fideligna que estaba arrancando de un asalto a mano armada?

La enfermedad
Bueno, todos esos son los síntomas, veamos ahora la enfermedad. Esta enfermedad empezó justo en los años noventa, cuando los políticos llegaron al podes, tuvo una incubación muy lenta los primeros años, pero con el tiempo, a medida que iban ganando más poder, fue creciendo más rápido y hoy -como un cáncer- se disemina por todos lados.

El evento que desató la metástasis fue el segundo gobierno de Michelle Bachelet, cuando llegó no solo con el centro de madres de sus amigas personales, parvularias, asistentes sociales y viejas por el estilo, sino también con el lumpen del Partido Comunista y otros que hicieron carrera política durante las grandes protestas estudiantiles. La calidad humana y profesional de esa gente la podemos ver hoy en el congreso, con muchos de los honorables del Frente Amplio.

Tuvimos en esos años una estructura de poder controlada por el lumpen de jóvenes y viejos políticos. Por ejemplo el grupo del Partido Socialista apadrinado por José Miguel Insulza que al parecer todavía controla el tráfico de drogas en la comuna de San Ramón, los comunistas colocados en ministerios y subsecretarías, etc. Todos con poco apego a la ley y con una profunda animadversión hacia la policía.

Casi todos los políticos de izquierda son parte de esta red de protección, abiertamente o de manera encubierta y reservada se dedican a proteger a los criminales, porque muchos de ellos fueron criminales o vienen de familias de delincuentes, muchos estuvieron en la cárcel durante los militares y -por más que se hagan pasar como héroes- la verdad es que tienen un pasado de delincuencia, por eso simpatizan con los criminales y detestan a la policía, son sus enemigos naturales. Eso ocurrió también con muchos que estudiaron derecho en los ochentas y hoy son jueces y fiscales, es increíble pero en el corazón de nuestra justicia está lleno de gente que no respeta ni aprecia la ley.

El remedio
Esos son los síntomas y la enfermedad, veamos ahora el remedio según el doctor Tomás. A diferencia de lo que cree la mayoría de a gente que conozco, no estamos frente a un cáncer sin remedio ni mucho menos. Primero que nada esta situación tiene descontentos, indignados y furiosos a la mayoría de los chilenos, estoy convencido de eso, a pesar de los gritos y concentraciones del puñado de violentistas, creo que ellos no significan nada en proporción a la población total

El cuerpo social, igual que el cuerpo humano, va desarrollando medidas de defensa cuando es invadido por los agentes infecciosos y creo que esas defensas las estamos viendo ahora mismo, en el fenómeno Kast y en general el crecimiento de los grupos de derecha. Lo más notable es que la derecha está creciendo mucho más entre la gente joven que entre los viejos, hoy ser conservador es lo nuevo y en poco tiempo más -para desesperación de los progres- empezará a crecer mucho el extremismo de derecha, es decir los jóvenes fascistas, es solo el péndulo de la historia que se mueve sin que nadie en particular lo pueda detener. A grandes rasgos los procesos se repiten, la historia de Chile es especialmente cíclica.

Yo pienso que es un proceso en plena marcha, Bachelet repitió el ciclo de Allende con los mismos errores e iguales estupideces y ahora viene la vuelta de la ley, el orden y el respeto, solo hayque empujr pra eso, que es lo que todos queremos