Un alcalde para Arica

Aprovechando que me queda algo de exelente café de Urubamba -debe ser de los mejores del mundo- me acabo de preparar un irish coffe, claro que si Tom McDonnell lo ve me quita el saludo. Pimera herejía, le eché miel en lugar de azucar morena, luego lo hice con crema sin batir, además le eché bourbon, que no tiene nada de irish. No me había quedado tan malo, pero para terminar de arruinarlo, sin darme cuenta lo revolví, con lo que la crema, en lugar de quedar encima se mezcló. Diablos, pondré más atención la próxima vez, espero que esto no me corte la inspiración. En fin, vamos a lo nuestro. .

Como cada vez que se acercan las elecciones, me empiezan a aparecer en Facebook solicitudes de amistad de gente interesada en ser candidatos. Recién acabo de aceptar una solicitud de Rodrigo Moya, por lo que leo no se está candidateando él, pero si pone a candidatos y hace "encuestas" en línea, mostrando quienes tienen más preferencias.

Veo las fotos de muchos de mis amigos, la mayoría son gatos de campo, es decir ladronazos pero buenos muchachos, puse "muchos" y no "todos" para que si alguno me saca en cara que lo estoy desprestigiando, le puedo decir "nooo, si tu estás entre los pocos honrados" y así seguimos todos muy amigos, la verdad es que ningún candidato me entusiasma y creo que anularé nuevamente mi voto, tal como he hecho en las últimas cuatro o cinco elecciones.

La última vez que voté fue el año 2000, por mi buen amigo Carlos Valcarce, que tuvo un muy buen primer período, lo reeligieron y el segundo fue horroroso, haciendo honor a la sabiduría popular "nunca segundas partes fueron buenas". Igual estimo muchísimo a Carlos, gran persona, prefiero pensar que fue mal asesorado.

Desde entonces anulé mi voto cada vez, en vista de la tracalada de ladrones que se presentaron como candidatos, me parece que en estas elecciones tendré que repetirme el plato. Para anular un voto basta con marcar claramente todas las opciones, adicionalmente, cada vez yo agrego un comentario porque se que el voto debe ser leído en voz alta, entonces escribo por ejemplo "p... para el vocal que está leyendo esto en voz alta" o cosas por el estilo, la cosa es alegrarles un poco el aburridísimo proceso que conozco bien porque yo mismo fui condenado a ser vocal por varias elecciones seguidas.

No quiero aparecer moralista como otras veces, prefiero hablar de esto francamente porque me parece que vale la pena. Yo no critico a los que han entrado a enriquecerse con contratos arreglados, a colocar a sus parientes y amigos, o a usar el presupuesto para burdas compras de votos, ya que existe la posibilidad de hacerlo legalmente y está en la naturaleza humana aprovechar las oportunidades de beneficiarse cuando se puede.

Muchos de los candidatos -ya saben por que no digo "todos"- están postulando con esa intención en mente, yo mismo, que estoy cesante desde enero, me podría entusiasmar con la idea de ganar los 6.700 dólares aproximadamente que gana el alcalde todos los meses. Que digo, con los 1.000 dólares, más o menos que gana un piojoso concejal yo tendría mis problemas monetarios más que solucionados.

La verdad es que a mi me importa un pepino "el progreso" de la ciudad, creo que está bastante bien así. Mucho menos me interesa que los ariqueños "progresen",  a mi modo de ver el progreso económico y personal es asunto de cada uno y no es tarea de un alcalde preocuparse por eso. Yo podría tomarlo como un trabajo más, por el interés de la plata y punto, claro que me gustaría hacer un buen trabajo, pero no por filantropía, amor a Arica ni nada de eso sino porque si hago bien el trabajo tengo menos posibilidades que me boten, solo por so.

Si un candidato me dice que no le interesa Arica y que solo quiere hacer su trabajo lo mejor posible y que lo que le interesa en realidad es el sueldo, yo podría votar por él, porque eso es lo que realmente piensan todos, al menos es franco. Claro que no a todos les interesa hacer un buen trabajo, la mayoría llegan como depredadores para robar y arrasar como puedan los cuatro años de ejercicio para armarse un paracaídas dorado una vez que la gente no vuelva a votar por ellos. Esa ha sido la mentalidad de casi todos los alcaldes que hemos tenido. Y de nuevo, uso el "casi" por las razones ya explicadas, uno no puede andar insultando a los amigos así nomas.

Por ejemplo, al principio no entendí mucho cual era la idea de crear la Corporación Municipal de Fomento Productivo Costa Chinchorro, recién  cuando me dijeron que serán los encargados del Servicio Municipal de Educación, empecé a entender por donde viene el faenón, eso, a mi modo de ver, me huele a paracaídas dorado, pista de aterrizaje pavimentada en oro o como quieran llamarlo, a kilómetros de distancia, ojala que no sea cierto y si alguien me quiere desmentir, adelante, para eso estamos. En todo caso eso de traspasar activos y negocios a una corporación sin fines de lucro es una práctica común y muy al filo de lo legal, pero no por eso deja de ser rapiña.

No es malo querer llenarse los bolsillos, el lucro es glorioso como dijo Den Ziao Ping, puede que sea perverso si la plata es de nuestros impuestos pero en fin, no podría condenarlo porque nunca he tenido esa oportunidad, aunque muchos amigos si la han tenido y han abusado de ella, tal vez yo haría lo mismo, porque -como dijo Fujimori- no soy ningún caído del palto.Quien sabe, no meto las manos al fuego por mi mismo

Pensando en todas estas tonteras, me acordé que hace unos años se me ocurrió que podría llenarme los bolsillos con una carrera política y emprender mi propia candidatura. Así lo hice cuando escribí ¡Voten por mí! una entrada donde exponía mi excelente programa de gobierno, lástima que la cosa no prendió, pero seguramente fue para mejor, porque así evité arruinar mi reputación, que hasta ahora se mantiene limpia, más por falta de oportunidades de robar que por los sólidos principios morales. De la que me salvé.

No veo a nadie que valga la pena entre los candidatos a alcalde, concejales, gobernador regional, consejeros regionales ¡tantas autoridades! estamos en un bote con 50 capitanes y 10 remeros, purs caciques y ningún solo indio. Más encima todos esos puestos son absolutamente inútiles. Los mejores años de la Municipalidad de Arica fueron cuando estaba de alcalde don Manuel Castillo Ibaceta, no había concejo y la municipalidad tenía la mitad o menos del actual personal.

Todo esto me llevó a revisar cuantos trabajadores tiene la Municipalidad de Arica, fui a la página de Transparencia y veo que es monstruosamente grande. No los conté con mucho cuidado, pero una estimación bastante aproximada es:

1. Municipalidad 1.000 trabajadores (440 de planta)
2. Servicio Municipal de Salud 1.125 trabajadores (495 de planta)
3. Servicio Municipal de Educación 1.395 trabajadores (630 de planta)

Total 3.520 trabajadores. No es una cifra exacta pero creo que es una buena aproximación, un 44% de ellos son de planta, es decir los trabajadores realmente necesarios con que funcionaba la Municipalidad antes de los políticos, con la llegada de alcaldes políticos, cada uno que aparece trae a sus amigos, familia, amantes y todo lo demás. Así la planilla va creciendo de manera monstruosa con puestos de trabajo mayormente inútiles o decorativos. Eso explic que cada alcalde que llega debe dedicar la mayor parte de su tiempo en lidiar con la bolsa de gatos de los 3.500 trabajadores, muchos de ellos simples galletas.

Porque de hecho, existen autoridades electas en los puestos más bajos, por ejemplo concejales, que han metido a familiares a la planilla que cobran sueldo todos los meses sin que les sea necesario cumplir con la repugnante obligación de trabajar. Solo van a recibir su cheque, cada fin de mes ¡esa si que es vida!.

No existe nada de utilidad social que pueda hacer el alcalde, aparte de mantener la ciudad limpia y verde, cosa que desde 1990, solo se hizo en el primer período de Valcarce. Todo lo demás que hacen los alcaldes y los concejales es puro daño, bueno, eso ya lo he escrito antes muchas veces.

Porque si pueden perjudicar mucho y a mucha gente, con excelente y altruistas pretextos. Por ejemplo a los alcaldes y concejales les encantan las prohibiciones, restringir las patentes de alcoholes es una de las actividades favoritas de todo concejal, porque eso permite que las pocas que existen suben de valor y cuando alguien pide una nueva tiene que coimear de manera generosa. Prohibiciones para estacionar, para construir, para ejercer diversas actividades económicas (el nefasto "Plan Regulador"), toda clase de prohibiciones en nombre del siempre abusado "bien común", que como toda persona medianamente informada sabe, es algo que no existe.