La corrupción de la tele

Tuve la suerte de ver -cuando niño- el nacimiento de la televisión en Chile y muy pocos se pueden imaginar hoy la maravilla que significaba tener una sala de cine en su propia casa transmitiendo películas durante todo el día. En 1962 vimos maravillados los partidos del Mundial de Fútbol y los Clásicos Universitarios, pagando una gaseosa que no se terminaba nunca en la fuente de soda Wally, de Recoleta esquina Dávila.

Con el tiempo los vecinos mas acaudalados compraban su televisor Philco o Geloso y en el living de la casa instalaban bancas donde, por una módica suma, se podían ver las antiguas películas argentinas que pasaban durante toda la tarde o las series que parecían maravillosas entonces y algunas que todavía las encontramos geniales: Batman, Get Smart, Perdidos en el Espacio, Mi Bella Genio y tantas otras.

Se daban tres noticieros cortos al día, de unos 20 minutos. El más popular entonces era "El Reporter Esso" conducido, si mal no recuerdo por Sergio Silva, o tal vez por Pepe Abad, no recuerdo bien. De los programas nacionales disfrutábamos de "A Esta Hora se Improvisa", conducido por Eugenio Celedón y con grandes panelistas. De allí entró Jaime Guzmán a la política, comentaban también Julio Martinez, José María Navasal, el parlamentario comunista Hernán Millas quien, recuerdo en un programa durante la Unidad Popular casi se fue a bofetadas con Sergio Onofre Jarpa.

Aunque en los años de la Unidad Popular se entró en la primera fase de decadencia, por la excesiva politización de los canales -los principales eran el 13 de la Universidad Católica (derecha) y el 7 Televisión Nacional (izquierda)- sin embargo la política solo entraba en los programas específicamente políticos y de opinión.

En los años setenta aparecieron los "matinales", un formato que fue tan exitoso que se estiró hasta la nausea sobreviviendo hasta hoy en su manera más bastarda. El primer "matinal" que recuerdo se llamaba "Almorzando en el Trece" y era buenísimo, después el formato se estiró para toda la mañana donde salieron los "panelistas" que en esa época eran noteros, ellos salían a reportear y luego comentaban su reportaje en cámara. La más genial de todas -lejos- fue Isabel Allende, antes que arruinara su talento y se pusiera a escribir best seller para ganar millones de dólares. Al final gnó el dios Mammon.

Ni en lo más fuerte de la lucha política recuerdo que los matinales se hubiesen contaminado, los noteros cuidaban mucho su credibilidad, en realidad todos los que aparecían en pantalla se preocupaban de ser creíbles y casi todos lo conseguían, recuerdo a Eugenio Lira Massi, de los pocos periodistas de trinchera con acceso a la televisión, que tenía un excelente programa llamado "La Entrevista Impertinente". Que decir de doña Mireya Latorre, una gran dama, que se tuvo que exiliar tras el suicidio de su marido Augusto Olivares en La Moneda, jamás le escuché una opinión política o interesada en cámara en esos años.

¿Cuando empezó la corrupción de la tele? Probablemente a mediados de los ochenta, cuando la economía estaba en un tremendo crecimiento y las tarifas por el avisaje se fueron a las nubes. Los canales empezaron a tener ingresos enormes porque era el principal medio de comunicación que existía, había muchísima plata y de ser empresas más o menos normales se convirtieron en industrias comerciales muy rentables, cuyos directivos y rostros recibían ingresos astronómicos.

Como había muchísima plata en juego, el rating adquirió una importancia enorme y los ejecutivos se pusieron más y más conservadores. Nadie quería arriesgarse entonces se empezaron a producir puros "huevos calados", los programas que tenían éxito repetían el mismo formato una y otra vez, hasta la nausea, o bien compraban franquicias que habían mostrado ser un éxito afuera para repetirlas en Chile.

Esos fueron los años en que aparecieron los "rostros", que ganaban mucho más que el presidente de la república, solo porque habían "pegado" en el público, los primeros rostros eran creíbles: Camiroaga, por ejemplo cuidó mucho su imagen hasta que se murió, pero poco a poco empezaron a aparecer los escaladores y escaladoras. Muchos llegaban a cambio de sexo con algunos personajes clave y se sostenían en pantalla por la protección de sus padrinos.

Con la llegada de la democracia en 1990, el poder se traspasó de los grupos económicos a los políticos, que podían "regalar" trabajos multimillonarios sin problema, porque no arriesgaban su dinero sino la aparentemente inagotable chequera fiscal, ese fue el caso de Televisión Nacional por ejemplo. La Iglesia Católica, que era dueña del Canal Trece tuvo que entrar en la competencia desenfrenada, ya no por el rating, sino por el favor de los políticos.

Empiezan a aparecer en esos años los oportunistas: Karen Doggenweiler, Katerine Salozny, Luis Jara y tantos otros cuyo talento consistía en estar siempre bailando la música que le ponían sus padrinos. Los rostros se convirtieron en una especie de relacionadores públicos encubiertos. La Iglesia Católica no pudo mantener el paso y vendió el control accionario de Canal Trece al Grupo Luksic, en uno de los peores negocios que deben haber hecho en su vida.

Piñera era dueño de un canal de televisión (creo que era Chilevisión) y lo tuvo que vender al asumir su primer gobierno, por los obvios conflictos de interés y se lo compró el Grupo Turner, que ya tenía al "canal de noticia" de CNN en Chile. Y aquí aparece algo que muestra donde parte la corrupción de la tele: resulta que hay canales, como CNN, que nadie sabe como se financian porque prácticamente no tienen auspiciadores.

Hoy en día prácticamente ningún canal de televisión se financia, porque es un medio que agoniza igual que los diarios impresos. La televisión abierta es obsoleta y la televisión por cable está en plena decadencia, la gente la ve cada vez menos, tal como cada vez menos gente lee el diario.

Pero siguen los mismos sueldos multimillonarios solo por la ley de inercia. por eso todos los canales de televisión han tenido que venderse, de una manera u otra. Hoy a ningún "rostro" le interesa la credibilidad, son simples peones sobrepagados y para sostenerse llevan su papel de relacionadores públicos de sus padrinos hasta extremos caricaturescos. Pero como algunas drogas producen tolerancia y se necesita más y más para obtener el mismo efecto cada vez, los "rostros" han entrado en una fiebre para agradar a sus patrones y no perder los increíbles privilegios, que cada día se justifican menos.

Ahora empieza la muerte de los rostros, Durante décadas no se preocuparon de tener credibilidad y se pusieron abiertamente en la trinchera que les convenía, pero ya se ha derrumbado el sistema político que los sostuvo por tantos años y los millones empezarán a desaparecer.

Los rostros no se dan cuenta todavía como la tortilla se está dando vuelta, tampoco se dan cuenta que no tienen ninguna influencia y por lo mismo tienen cada vez menos valor para sus patrocinantes políticos y los que controlan los medios, solo satisfacen a su claque de feligreses, pero para eso no se necesita pagar tantos millones. Los que están financiando estarían felices de tener un pretexto para poder despedirlos, como hicieron con Stingo y Jurgensen. Vendrán muchos más, acuérdense, y no tiene siquiera que ver con política, resulta que ya no valen lo que están cobrando.

La corrupción de la tele siguió un ciclo inevitable. Como medio hoy agoniza frente a Internet. En una época en que cualquier cesante sin un peso en el bolsillo -como yo por ejemplo- tiene un flujo de unos 7.000-10.000 lectores mensuales, sostenido desde hace décadas, se entiende que la pelea por la atención de la gente hoy es despiadada y los medios tradicionales están en una tremenda desventaja. Otros que publican en Internet tienen diez y cien veces más lectores que yo, esos son los verdaderos influencers, me coloco yo como ejemplo por pura egolatría.

En fin, es esto, tal como en muchas otras cosas yo soy un optimista, estamos viviendo un cambio grande, los medios tradicionales agonizan y la televisión abierta ya se la empezaron a comer los gusanos, el mal olor que despide es insoportable y hasta los más tontos e ignorantes la están viendo cada vez menos.

Una nota al pie: 
la cámara que sigue el movimiento mientras paseo al perro
En las noches saco a pasear a von Beppy que está cada día más inteligente y obediente. Mucho tiempo que no tenía un perro tan bueno y entiendo un poco por qué la gente se encariña tanto con los animales que hasta los llegan a considerar humanos, no hay nada más agradable que la obediencia en un animal, en las personas a mi no me agrada nada, pero eso me explica un poco por qué uno quiere tanto a su perro.

Bueno, en este pequeño video es para mostrarles como graba la cámara de vigilancia de noche y como sigue automáticamente a los objetos en movimiento. También para presumir de los progresos de von Beppy, que ya camina casi a la par con mi paso, se detiene, se sienta y se queda inmóvil cuando se lo digo, todavía no es perfectamente obediente, pero para allá vamos creo yo.