El síndrome de Hubris

Nadie está libre del Síndrome de Hubris. Cuando Sebastián Piñera salió elegido con la segunda mayoría más grande desde 1990, recuerdo que escribí esto

Ojala le vaya muy bien a Piñera en su gobierno, porque si termina igual que su primer gobierno sería la más horrible catástrofe para el país, de esa si que no libramos. Para eso es indispensable que no se equivoque en la lectura de lo que pasó y en el diagnóstico, que haga oídos sordos a la claque de chupamedias y que se cuide del síndrome de Hubris. Este gobierno juega cosas mucho más importantes que un asunto de personas o cargos, aquí o nos salvamos o nos freimos por un largo tiempo.

Dicho y hecho, esto lo escribí el 26 de febrero del 2018. cuando Piñera recién estaba asumiendo su segundo mandato. ¿Que pasó? Hubris pues, "Cuando los dioses quieren perder a alguien lo ciegan, haciéndoles creer que son omnipotentes".

Bueno, esta vez le tocó  don Hugo Gutierrez Galvez, diputado por el Partido Comunista, que lo sorprendieron en Iquique rompiendo la cuarentena junto con su esposa y al parecer dos de sus hijas. El insólito dílogo con el que Gutierrez se negó a ser controlado, contiene perlas como "tengo fuero parlamentario", "yo soy MÁS autoridad que usted" y joyas por el estilo. La personalidad prepotente y matonesca quedó fielmente registrada en el video que se muestra al comienzo,

Gutierrez se empieza a descontrolar cuando le piden la identificación de sus acompañantes luego de mostrar su credencial de diputado, se negó rotundamente a identificar a las acompañantes, apelando a la inmunidad que le daría su carácter de "autoridad de la República". Siendo abogado debería saber perfectamente que sus familiares no tienen inmunidad de ningún tipo y que -si los marinos que lo controlaban se ponían duros- los podrían haber llevado arrestados en el acto sin problemas.

En todo caso el diálogo se desarrolló amable y relajadamente de parte de los marinos mientras Gutierrez -tratando de mantenerse canchero y prepotente- se alteraba más cada momento. Los marinos se despidieron de él amablemente y lo dejaron irse sin problema. Total, ya tenían el video de lo sucedido que mostraba su miserable comportamiento y lo hicieron público, como corresponde. Además de eso, pusieron tranquilitos una denuncia en el Ministerio Público relatando el incidente.

Gutierrez, muchacho, con la Armada de Chile no se juega. Haz memoria del almirante Merino, que, cuando el general Pinochet -según sus propias palabras- no se decidía a dar un paso tan grave, le dijo algo así como "Augusto, se hará contigo o sintigo". Con la Armada no se juega muchachin.

Si hubiese tenido un minuto de lucidez siendo un poco menos idiota, les habría explicado amablemente que no había sacado los permisos pidiendo las disculpas correspondientes, se habría evitado un golpe durísimo a su ya deteriorad imagen. Pero Hubris no perdona, los dioses ciegan a quienes quieren perder y fue algo que pudimos ver en vivo, esta vez con el normalmente agresivo y prepotente diputado comunista. Fue por lana y salió trasquilado.

Una amiga se quejaba porque "no le habían hecho nada", se equivoca, le partieron el cuello con un hacha a su imagen pública, y de la manera más refinada, solo mostrándolo tal cual es. Ese es el peor castigo que puede recibir alguien que actúa de manera miserable: verse expuesto ante todos y con eso basta y sobra.

A todo esto, me vino a la memoria que el año 2000 más o menos, cuando yo era aprendiz de empresario, pasaban por mis manos varios millones, llegué a tener unos 8 trabajadores a mi cargo, en el Banco Ohiggins me decían "don Tomás" y me hacían pasar a la oficina donde estaba la caja Monex sin necesidad de hacer fila. También recuerdo que tenía un tipo que me limpiaba el auto, me entretenía y me hacía pequeños encargos a cambio de buenas propinas y -al menos durante un tiempo- gané mucho más de lo que necesitaba.

¿Y saben qué? También empecé a tener el Síndrome de Hubris, porque el poder siempre enceguece. Me puse prepotente y aunque no se notaba externamente (espero) en mi fuero interno miraba despectivamente a los que no estaban tan bien como yo, olvidando que un año antes yo era un muerto de hambre. Eso le pasó a Sebastian Piñera y también a Hugo Gutierrez, yo no los culpo porque sé como es.

Aunque no voy a negar que tanto con Piñera como con Gutierrez, pero especialmente con este último, siento cierta infantil alegría de ver su caída. Porque Gutierrez como persona ha actuado de modo tan un miserable, manipulador, mentiroso y todas esas cosas que caracterizan a los comunistas contemporáneos. Antes habían muchos comunistas que abrazaban esas ideas por una cierta preferencia o simpatía hacia los más débiles, pero ya no queda ninguno de esos que yo sepa, hoy son todos unos pobres diablos carcomidos por la envidia y el resentimiento social, que apenas consiguen un mínimo poder e convierten en déspotas y prepotentes.

Y last but not least, la Benemérita Fundación Mi Billetera anuncia con júbilo haber recibido un generoso aporte de quien yo se ¡Chas gracias amigo! Doy mi palabra que el dinero será malgastado, partiendo por ls cervezas que estoy tomando ahora mismo ¡Salud y larga vida a la Fundación Mi Billetera!