La bomba de tiempo comienza a explotar

 

Me llamó mucho la atención el incendio en el campamento o toma (así se llaman las ocupaciones ilegales de terreno en Chile) en Laguna Verde, que destruyó alrededor de 100 casas precarias con unos 400 damnificados. Por la cantidad de humo negro que salía el incendio parecía más de una fábrica de químicos o de productos plásticos que de casas de material ligero, como decía, me pareció un asunto muy curioso.

En Iquique hay por estos días una abierta -y entendible- hostilidad hacia los inmigrantes extranjeros porque muchos de ellos han ido copando territorio, espacios públicos, ensuciando, avasallando y todo eso. Las tomas han creado focos de delincuencia, especialmente de narcotráficantes y asaltantes violentos, que en Chile llegaron al Paraíso Terrenal, porque en ningún otro país de la región pueden actuar tan impunemente. 

En Mexico y otros países de Centroamérica por ejemplo, los delincuentes usan la coima para comprar policías, jueces y fiscales, pero en Chile gracias a la Reforma procesal Penal, un engendro diseñado por un par de mocosos egresados de derecho con buenos contactos políticos, los criminales ni siquiera tienen ese costo, porque todo el sistema judicial trabaja para ellos, gratis ¿En qué otro país tendrían esa ventaja?

Tomemos por ejemplo los portonazos que normalmente incluyen el robo de vehículos de alta gama, usados después para otros delitos, hasta que los destruyen en una persecución, o los reducen a sus partes y piezas. Cuando la policía captura a alguien manejando un auto robado en un asalto, La Fiscalía, que es el principal cómplice de los delincuentes, en lugar de procesarlos por el delito de asalto o robo con violencia los acusa del delito muy menor de receptación -es decir por haber comprado una cosa robada.

¿Cual es el motivo de esta tinterillada? Simplemente la Fiscalía, que se manda sola pues nadie la controla, busca el camino del menor esfuerzo, tratando siempre de aplicar medidas alternativas y las penas más bajas posibles. Solo se interesan en ciertos delñitos que tienen incentivos económicos para los fiscales, como el tráfico de grandes cantidades de droga. Así han llegado a inventar delitos, encarcelando a gente inocente con tal de ganar el codiciado "bono de desempeño". Hay casos emblemáticos que muestran como a estos miserables no les importa nada.

Existe un cóctel que se ha venido preparando desde principios de los noventa y hoy está comenzando a explotar. Los ingredientes han sido una desastrosa Reforma Procesal Penal con su fiscalía llena de delincuentes, una serie de leyes nefastas relacionadas con el régimen penitenciario y la guinda de la torta, la apertura total de las fronteras a la Inmigración ilegal, a partir de dos instructivos presidenciales de Bachelet que han resultado ser detonantes en el aumento de los delitos y la violencia.

Asaltos, portonazos, secuestros y tiroteos, todos los días. Que estén involucrados inmigrantes ilegales es casi la norma, pero también hay muchos chilenos que han aprendido rápido las técnicas y el descaro para aplicar la violencia.

Los alcaldes -miserables como todos los políticos- mandan cartas al gobierno quejándose inutilmente y exiguiendo que "tomen medidas". Los "expertos en seguridad" llaman a prohibir la tenencia de armas en manos de civiles, como si esto fuera a afectar en algo a los criminales. Los jueces y fiscales se lavan las manos, evitando referirse a los factores que han sido los verdaderos responsables de lo que está pasando: la Reforma, las leyes carcelarias, la inmigración ilegal. Nadie lo dice porque no quieren ser políticamente incorrectos.

Me dicen que el incendio de la toma en Iquique al parecer fue intencional. Es probable, bien podría ser un enfrentamiento entre pandillas rivales o bien resultado de la indignación de alguna gente que ya no sabe cómo defenderse. Todo puede ser.