Los privilegiados

Hace poco rato el senador Flores pidió suspender su militancia en el partido por la democracia, las razones -si entendí bien su carta- son su desacuerdo con la "defensa corporativa", que significó no haber suspendido al senador Guirardi de su cargo de vicepresidente del partido, mientras dura la investigación sobre las rendiciones falsas de gastos de campaña.

No es que crea que el senador Flores sea un san Alberto Hurtado, tampoco creo que las rendiciones falsas sean un asunto inusual en nuestro sistema político pero ¿saben que es lo que me da rabia? como abusan los políticos de los privilegios del poder y como saltan a tapar cualquier escándalo de su sector, los mismos políticos que son Catones implacables cuando el escándalo -real o fabricado- está del otro lado. Me caen muy mal los fariseos.

Ciertamente, en el Servicio de Impuestos ya salieron declarando que no era delito pagar una factura por ventas o servicios ficticios, que bueno saberlo porque mañana mismo abro una oficina de compra-venta de IVA. Claro que primero tendría que ser dirigente de un partido político que esté en el gobierno, porque si la hago como Juanito Bradanovic me secan en la cárcel.

Es un problema tremendo porque no solo los políticos sino que los jefes de servicios públicos han caído en la brutal falta de ética de pensar que hay una ley para la gente común y otra distinta para los altos dirigentes políticos. Así es como los servicios públicos se desprestigian. Nuestro ubicuo diputado Paredes cambió su domicilio por un par de días para liberar un automovil Mercedes Benz, ni el Jefe de Aduanas ni el abogado del Consejo de Defensa del Estado dijeron ni pío ¿que me hubiera pasado a mi si hago la misma jugarreta para librar el CRX?, seguramente ahora estaría posteando esta entrada desde el salón VIP de la Cárcel de Acha.

Cuando el director de Impuestos Internos criticaba duramente a los que no declaraban todas sus rentas y a los pocos días cambiaba su discurso "aclarando" que los sobresueldos de los ministros no estaban afectos a impuestos, tuve una tremenda sensación de impotencia. De haber tenido algún respeto por el Servicio de Impuestos Internos se habría evaporado en ese momento. Pero yo les había perdido el respeto antes.

Resulta que unos amigos norteamericanos se vinieron a Arica con intenciones de abrir una empresa de computación, tal como la que tienen en USA. El abogado del SII, un señor bajito de lentes, nos obligó a rehacer dos veces la escritura social, triplicando el gasto y la pérdida de tiempo, solo porque no estaba conforme con la redacción del párrafo donde yo aparecía como representante ante el servicio. Todo solo para demostrar su poder de veto, para jactarse. Bottom line, mis amigos se volvieron para USA dando al demonio: Arica,muy linda para pasarlo bien pero imposible para hacer negocios. Para que les cuento el drama para obtener una visa temporal, nunca la conseguimos.

Por eso digo, bien por lo de Flores, tal vez sea solo un gesto que no va a cambiar las cosas, pero hay que mantener las formas. Cada vez que se consagra un abuso o que se echa tierra descaradamente a un escándalo es todo el sistema que se agrieta. Seguramente eso no le interesa a los políticos rascas que tienen su horizonte limitado a la próxima elección, pero a lo menos un gesto de protesta era muy necesario en este caso. No pueden salirse siempre con la suya.