La magnitud del fracaso de Sebastian Piñera

 

El primer día que se levantó parcialmente la cuarentena en Arica, hace dos o tres días atrás,llegó a mi mail un correo de mi amigo Waldo Gonzalez que decía así "INVITACIÓN: Se comunica a los cabros del grupo, que a partir de mañana se re abre el chiringuito". Pensé en seguida "este si que es macho de verdad" Waldeque pasó hace rato los setenta, pero nada de terror a los virus ni estupideces por el estilo, este si que es de verdad, no de cartón como otros que no se atrevieron a ir.

Fuimos cuatro los valientes, no somos muchos pero somos machos: Waldo, Marco el arquituerto, el físico Tito Torres y yo, que pasamos un rato excelente tomando vino, ron y picoteando lo que Waldo había preparado, nos fuimos para la casa justo a la hora en que empezaba el absurdo toque de queda, pasé como seis camionetas de Carabineros y afortunadamente ni una sola me paró, tuve suerte. Ahora estoy como nuevo, al pie del cañón, cumpliendo con mi deber, como siempre.

El fracaso de Sebastian Piñera
Un comentario de este mismo Templo del Ocio me llevó a pensar en la magnitud del fracaso político y personal de Sebastian Piñera. Como ya he escrito antes, estoy convencido que no se trata de un ladrón ni un corrupto, en verdad nunca he sabido de alguna denuncia seria, aparte de los rumores y mitos urbanos, que lo haya involucrado en actos de corrupción yeso es algo poco usual en un político, por decirlo suavemente. Piñera al entrar en la política ya era una de las mayores fortunas de Chile, su plata no la hizo gracias a contactos políticos como fue el caso de Angelini y otros billonarios chilenos.

Yo creo que Piñera entró a la política por los problemas de ego que hoy se han hecho tan evidentes y que lo han llevado a arruinar su reputación y su futuro político, todos tenemos ambiciones y cuando las satisfacemos vamos por otras nuevas, algunas personas llegadas a cierto punto nos conformamos con lo que tenemos, porque nos damos cuenta que no podremos llevarnos a la tumba ni la plata ni menos el poder, pero otras personas no se satisfacen jamás y pasan su vida como el alcoholico que sigue con sed no importa cuanto tome.

Me parece que ese es el caso: consiguió juntar mucha plata, pero después ambicionó el poder político, la fama y trascender en la historia, esas ambiciones fueron su perdición. Si después de su primea presidencia se hubiese ido tranquilo para su casa, sin mover un dedo en la política, habría dejado un recuerdo razonablemente bueno. Su extraordinaria buena suerte le regaló el asunto de los 33 mineros, que pudo terminar en un fiasco y el extraordinario boom de los altos precios del cobre, que le permitió gastar como marinero borracho, haciendo demagogia a granel sin que la gente notara la estupidez que estaba cometiendo y los malos efectos que tendría a futuro.

Piñera fue el presidente ideal para los buenos tiempos, cuando la plata dulce llueve del cielo y la oposición política es más o menos moderada, probablemente así cualquiera puede pasar por buen presidente, solo pensemos en el primer período de Bachellet, cuando jugaba a ser "la mami de Chile".

Pero cuando las cosas se ponen malas es cuando se ve el real carácter de los que mandan, las inseguridades, la baja autoestima que lo hace abusar de los que considera que no pueden hacerle daño y humillarse hasta lo inimaginable frente a los que le tiene miedo ha sido el sello que terminó marcando este segundo período. Eso le ha traído el fracaso más estruendoso que ningún otro político chileno haya sufrido, no solo un fracaso de su proyecto político sino un fracaso personal. Hoy debe ser uno de los políticos más ampliamente aborrecidos de nuestra historia, y  lo consiguió en apenas dos años.

No me gusta hacerme pasar por pitoniso, el futuro es impredecible y me he equivocado muchas veces pronosticando lo que va a pasar, pero apenas Piñera salió electo para su segundo mandato yo escribí esto:

"Ojala le vaya muy bien a Piñera en su gobierno, porque si termina igual que su primer gobierno sería la más horrible catástrofe para el país, de esa si que no libramos. Para eso es indispensable que no se equivoque en la lectura de lo que pasó y en el diagnóstico, que haga oídos sordos a la claque de chupamedias y que se cuide del síndrome de Hubris. Este gobierno juega cosas mucho más importantes que un asunto de personas o cargos, aquí o nos salvamos o nos freimos por un largo tiempo"

Dicho y hecho, "resto" mi caso. No había como saberlo entonces, pero tuve la intuición y le achunté, nada más. El problema es el daño enorme que pudo hacer al país un tipo que sufre de cobardía moral y una personalidad desequilibrada, es increíble la cantidad de daño en tan poco tiempo y no me vengan con que "lo boicotearon" o "no lo dejaron gobernar", simplemente no fue capaz de manejar ni uno de los desafíos que se le presentaron, ni uno solo. Se equivocó una y otra y otra y otra vez. .

"Tomás, ¿por qué tomas tanto?" - "es que tomo para olvidar" - "¿para olvidar qué, canalla? - "¡chucha!... se me olvidó". Perdonen el francés pero si usaba otra palabra se perdía el chiste.