Este sábado después de clases salimos directo con mis amigos Daniel y Nelson para la Virgen de las Peñas. No voy desde el año 2005 porque como no he cometido ningún pecado en todos estos años, me parece inoficioso hacerlo, pero en fin, iré este año acompañando a mis amigos pecadores. Son entre 3 y 5 horas de camino a pié por uno de los senderos más agotadores, hay toda clase de incomodidades: subir y bajar cerros muy empinados que castigan los tobillos, caminar sobre piedras canteadas, pasar varias veces el río por puentes improvisados, pasar por una ladera elevada que con mi miedo a las alturas y de noche, paso con harto susto -el año pasado un peruano resbaló allí y se mató- en fin, caminar varias horas de noche hasta la amanecida, visitar a la virgen, descansar un rato y volver a todo sol.
Cada año que he ido juro que no vuelvo más, pero la tentación de la aventura es más fuerte. Fuí por primera vez a los 23 años con mi amigo el Matute, he ido con mi querida suegra, con la Pilar, con el Tomás chico y con otros amigos. Se que me espera un viaje de perros y voy a volver muerto, cada año es peor, pero la tentación es grande y yo no soy de los que resisten a las tentaciones, al contrario.
En fin, me tengo que preparar psicológicamente así es que tal vez no escriba por un par de días, de ahí les cuento como me fué. Por mientras pueden ver algunos de los viajes anteriores:
Todos los ariqueños netos somos protegidos de la Virgen de Las Peñas, yo voy a pedir mis milagros y vuelvo. Nos vemos.
Ay, ay, los ariqueños netos sabemos que caminar al sol en terrenos difíciles hace muy bien cuando uno está preparado, (por lo menos con buenos zapatos). Del punto de vista espiritual, supongo que el encuentro con un desafío físico que asusta lo lleva a uno a pensar en su mortalidad. Y luego encontrarse con otro grupo igual de asustado, aumenta la sensación que debe ser lo correcto. (Pensándolo bien, si fuese creyente, no creería en que Dios tenga una dirección postal en específico ni que sea un tormentador, pero en fin, ese soy yo). Espero que tengas un buen paseo!
ResponderBorrarEn un ratito más salgo!!!!
ResponderBorrarSi, dudo que Dios o quien sea me lo tome en cuenta pero los ariqueños netos debemos ser devotos de la Virgen de Las Peñas, no hay alternativa.
En fin, yo estoy libre de pecados, lo hago solo por mis amigos pecadores...
la unica virgen que conoci se hizo rogar demasiado. ahi deje de creer en sus milagros.
ResponderBorrarAlfredo Zamudio: Encontrarse con otro grupo que comete el mismo error es casi toda la seguridad que ha adquirido la Humanidad desde que vino al Mundo...
ResponderBorrarVoy y vuelvo, si esa virgen no te dio la pasada, obvio que no hubo milagro, yo he visto algunos eso si, pocos pero a veces pasan.
ResponderBorrarUlschmidt, Alfredo, yo creo que aparte de todas las penurias y las quejas, el asunto tiene bastante atractivo. Caminar casi sin parar por más de 8 horas te pone en una especie de estado de trance, es como la borrachera, son cosas que hay que hacerlas solo una vez al año o menos, pero si no las haces te pierdes la experiencia.
También está la aventura, yo necesito un poquito de riesgo a veces en esta ciudad tan aburrida, pero odio los deportes riesgosos, este viaje es un buen sustituto, cuando vas en la mitad piensas que no vas a poder llegar, que te vas a romper una pierna o caer del cerro para abajo, que los zapatos se van a desarmar -cmo me pasó una vez- en fin, son miles de cosas que pueden salir mal.
Además si creemos en el karma (aunque yo no estoy muy convencido que exista) cuando provocas algo que te produce sufrimiento tiene que venir algo de felicidad, ya sea por karma o simple ley estadística.